El profesor Rubén Portocarrero opina que Miguel Cáseres se equivocó en sus apreciaciones sobre Walter Adet, pero que «no es justo endilgarle un origen nazi-fascista». Los dichos de Cáseres dispararon una dura réplica de amigos y familiares del poeta.
Una fuerte polémica en el ámbito de la cultura, con un trasfondo de posiciones políticas enfrentadas, provocó la afirmación de Cáseres «es triste que hombres con el talento de Walter Adet haya colaborado con la dictadura».
Tal apreciación es considerada calumniosa, malintencionada y totalmente falsa, por lo que provocó la indignación de los hijos de Adet -Raquel y José- que protagonizaron una durísima réplica.
«Mala gente que camina y va apestando la tierra» es el título de la respuesta de Raquel Adet al ataque contra su padre en la que se refiere a Miguel Cáseres como «este miserable obsecuente de los políticos de turno. Advirtió que «va a tener que responder por lo que dijo».
«Es un oportunista y un farsante que habiendo sido en su juventud un militante del peronismo de Ragone traicionó sus ideales para convertirse en menemista y para lanzarse sin escrúpulos a la búsqueda de prestigio político, social e intelectual y de las prebendas que eso supone» señaló además Raquel Adet, una historiadora que es también militante por los Derechos Humanos.
José Adet tituló su réplica «La memoria de un Hombre». Acusó a Cáseres de integrar «una bandita de pusilánimes mercenarios». No le reconoce más méritos que «una ferviente y perseverante obsecuencia para acceder y conservar sus pequeñas e indignas canongías». Lo llama «rata de biblioteca» y le pide que si tiene «la osadía de hablar de alguien mejor que él, tenga también la valentía de no esconderse».
Por su parte, el novelista Juan Ahuerma Salazar consideró que Miguel Cáseres pertenece a «esa estructura fascista y criminal que fue el comienzo ideológico del Proceso, de raíz nazi-fascista». Denunció además que autoridades de Cultura del municipio capitalino lo censuraron, a instancias de Cáseres, cuando quiso hablar en la presentación de un libro.
Poner paños fríos
En un comentario enviado a este sitio el profesor Rubén Portocarrero reconoce que las personas que salieron al cruce de las declaraciones de Miguel Cáseres tienen una larga trayectoria en la militancia de los derechos humanos y la transformación de nuestra sociedad
También expresa su respeto por la familia Adet. Pero indica – «todos tenemos derecho a equivocarnos alguna vez. No me parece justo endilgarle (a Cáseres) un origen nazi fascista»
Portocarrero dice que «la tolerancia debería ser una característica de nuestra democracia, ya bastante hemos sufrido al carecer de ella, y lo peor es educarnos sin ella. Con el tiempo se aclarará en su verdadera dimensión lo que el Prof. Cáceres quiso decir».
«Nuevamente recurro a la tolerancia entre nosotros. Agitar banderas de caza de nazis es una exageración rayana en el exabrupto en esta circunstancia. Pongamos paños frios y reflexionemos, 30000 jóvenes fueron muertos, torturados, desaparecidos por transformar a nuestra patria y aun hoy hay quienes sostienen la teoria de los dos demonios, asi debemos escuchar a quienes lo menos que dicen es «..por algo será, algo habran hecho …», no caigamos en este discurso por que el prof. Cáceres seguro tiene mil defectos pero sabemos también de su militancia en nuestra Salta, de su profesionalidad y capacidad y de su impronta humana, esa misma que a todos nos hace imperfectos …», concluye Portocarrero.
Portocarrero pide tolerancia: «Miguel Cáseres se equivocó»
En la síntesis que ustedes hicieron de mi intervención en la jornada de desagravio a Walter Adet, no registraron algo que creo importante, y que quizá ponga un poco de luz en este lamentable hecho. Esa noche releí el último párrafo de mi ensayo «El Magnicida, un intento de aproximación psicológica», donde decía:
«El magnicida es un impotente que delira grandeza, vampirizando al que mata, pretendiendo mágicamente pasar así a la historia sorbiendo la vitalidad del que asesina, ya que no puede trascender de otra manera. Es un narcisista maligno, un necrofílico incapaz, un simbiótico inmaduro. Pero todo esto llevará al magnicidio, sólo si ha “totemizado” a su víctima. Se ha identificado primero con él, y lo ha convertido luego en el único obstáculo de la realización de su idea, de su dios, de su patria. Matándolo destruye el obstáculo y pretende sorber su fuerza trascendente. Pasará a la historia como “el que mató a…” ya que no pudo pasar como “el que lideró a…”
Magnicidios… Genocidios… ¡Cuántos “cidios” más conocerá la humanidad!»
Concluí que acabábamos de conocer un nuevo intento de «cidio»: el «Poeticidio», pero que el tiro le había salido por la culata al «poeticida».
No tengo la menor idea de si Cáseres pertenece o no a la matriz nazifacista del proceso. Más bien creo que es un impotente que delira grandeza, un narcicista maligno, que se autoadjudica el título de poeta, y vampiriza a quienes realmente merecen ese título, pretendiendo así absorber la vitalidad de la que carece absolutamente. Porque no es la primera vez que pretende difamar a grandes creadores de nuestra tierra. Sólo un enfermo puede hablar así de Adet y otros grandes y puros, sobre los que ya escribiré prontamente una nota.
Lic. David Slodky