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sábado, noviembre 23, 2024

“Un día en la vida…” La apuesta minimalista de Jorge Renoldi

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La obra “Un día en la vida de los únicos habitantes del universo” produjo intriga desde su anuncio. Con texto de Diego Bañares, Renoldi nos convoca a penetrar en el mundo de dos seres con múltiples máscaras pero con un hilo conductor. Vamos hacia él.

Programa de mano: una fotografía en donde están impresas las máscaras de los actores protagonistas: Mariano Madrazo y María Pía Carballo, fondo negro, luz en el centro. Lo destaco porque la imagen condensa los significados de la obra y porque la calidad del trabajo de presentación es subrayable (foto de portada).

Ingreso en la sala. Iluminación que anticipa el inicio: se produce un efecto de distanciamiento cuando el director, Jorge Renoldi, llama a los actores para iniciar la función. La técnica brechtiana entona con la propuesta. Dos actores que juegan como niños nos conducen hacia situaciones en donde los personajes mutan: siempre vemos a un hombre y una mujer pero lo hacemos desde la óptica de distintos personajes en donde, para coser los sentidos, tenemos que abarcar la historia de seres cuyo origen está trasvasado por los mandatos sociales.

Ella es la que tortura y lo marca a él: desde los juegos en la niñez y hasta el paso a adulto, la mujer determina los “deberes”, las censuras, lo que se reprime; ella es el súper yo que instala los mecanismos de la represión que luego deviene en comportamientos sociales estancos establecidos. Ella es la Ley que se traduce en lo que el macho debe ser o no ser en la sociedad.

Mariano Madrazo y María Pía Carballo componen de manera excelente a sus personajes traumados; de a ratos, un sutil humor negro parece cruzar la atmósfera que se percibe con extrañeza. Pero es de subrayar las máscaras de Carballo: la vieja, la niña, Eva, la maestra y la renga tienen una gestualidad que trabaja la fealdad. Ambos actores demuestran un entrenamiento actoral que recala en su trabajo y resalta lo físico.

Aplícase el minimalismo en una puesta despojada de elementos sobrantes que proporciona solo un esbozo de su estructura para reducir a lo esencial. Dos actores en un espacio delinean lugares y personajes con elementos escasísimos: unas fotografías y un bastón.

La dramaturgia nos orienta a pensar en el vacío – en esto de llegar a la nada absoluta- o en el punto de inicio de la cuestión: mezcla la culpa con el pecado y el origen de la civilización. El tabú del incesto, el trabajo y el amor al prójimo es lo que ha originado, psicoanalíticamente, la civilización, lo social. Recomiendo leer “El malestar de la cultura” de don Sigmund para evitar síntesis forzadas por cuestiones lógicas.

Con asistencia técnica de Grisel Nicolau, la obra “Un día…” arriba a feliz puerto, bien dirigida y bien actuada. Un crédito para el teatro de factura local.

Un día en la vida de los únicos habitantes del universo

http://www.salta21.com/spip.php?article2130

Estreno de una obra de teatro en el Arístene Papi

http://www.salta21.com/spip.php?breve1983

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