Durante casi 100 días los argentinos hemos presenciado con asombro e impotencia esta confrontación entre el gobierno y un sector productivo de la Argentina.
Con mucha atención he seguido el accionar y los distintos discursos vertidos de los representantes del poder político.
Ante una Plaza de Mayo, curiosamente llena de argentinos de las provincias más pobres, he escuchado una más de las peroratas de la Sra. Presidenta.
He anotado algunas de ellas que me llamaron la atención:
“Esta es la plaza de todos los argentinos.”
“Nos comprometimos con ustedes con la transformación y el cambio.”
“Para que todos los argentinos pudieran vivir mejor.”
“Defendemos la mesa de los argentinos.”
“Yo creía que estaban en la batalla por la redistribución de los ingresos.”
“No perdonan nuestra política de derechos humanos.”
Por otra parte el Presidente del partido justicialista Néstor Kirchner, se dirigió al país desde el Hotel Panamericano y refiriéndose al sector agropecuario dijo que tienen “reacción con precedente autoritarios apoyados por los medios de comunicación” y a sectores “ligados a represión que les están dando logística”, que no perdonan “nuestra política de derechos humanos y buscan desestabilizar al gobierno».
Usted seguro puede recordar otras frases más, sobre todo aquellas que recuerdan los momentos más oscuros de la historia argentina y que continuamente son recordados por la mandataria y su esposo. Toman de la historia aquello que justifica pero no aclara el presente, y que siguen dividiendo a los argentinos
Me permito, como ciudadana común, hacer las siguientes reflexiones:
– 1. Es evidente que los argentinos más humildes, son movilizados para que participen de estas manifestaciones masivas, con el costo que esto significa para el Estado y lo poco creíble que resultan estos actos. Sólo fomentan el clientelismo político.
– 2. Los discursos apelan a la afectividad de este público, con una clara tendencia demagógica.
Teniendo en cuenta que, en la actualidad se llama demagogo al orador que utiliza términos que halagan a las masas con el fin de obtener beneficios políticos.
De igual forma se le dice demagogo al orador a quien presenta un programa político o económico que halaga a la masas, pero que en la práctica es imposible realizar con el fin de obtener beneficios políticos.
Otra definición de demagogia alude al que seduce al pueblo mediante la oratoria recurriendo a argumentos ilógicos y apelando a la sensibilidad y no a la razón.
También se define como demagogia, la actitud y comportamiento político caracterizado por el intento de conseguir el afecto popular o el incremento de adeptos a una determinada ideología, grupo político o líder carismático, por medio de la manifestación pública de ideas o sentimientos compartidos de forma general por los receptores de tales mensajes.
Las definiciones resaltan que “el individuo o asociación política que utiliza la demagogia como fórmula para incrementar su popularidad, utiliza el lenguaje con la intención de remitirse de forma deliberada a elementos conocidos de la mentalidad de sus interlocutores, apela al componente emotivo y emocional de éstos para lograr la plena identificación ideológica y conseguir el apoyo para sus propósitos”.
– 3. Otro aspecto sumamente llamativo del conflicto es el silencio de nuestros legisladores, en los primeros 90 días del conflicto, siendo que en el Art.75 de la Constitución Nacional se establece que “Corresponde al Congreso:
– Legislar en materia aduanera. Establecer los derechos de importación y exportación, las cuales, así como las avaluaciones sobre las que recaigan, serán uniformes en toda la Nación”
– En el inciso 2 del mismo artículo dice que “Las contribuciones previstas en este inciso, con excepción de la parte o del total de las que tengan asignación específica, son coparticipables.
“Una ley convenio; sobre la base de acuerdos entre la Nación y las provincias, instituirá regímenes de coparticipación….”
“… la ley convenio tendrá como cámara de origen el Senado…”
¿Después de 100 días de conflicto los legisladores recién analizarán el proyecto de las retenciones? No deben ser nuestros legisladores protagonistas activos de la vida democrática y defensores del rol que la sociedad les ha asignado y de las atribuciones que le son propias?
– 4. Se ataca duramente a la prensa, que curiosamente, en nuestro país goza de más credibilidad que los políticos y se los acusa de parcializar la información y tener intenciones golpistas.
– 5. Más allá del conflicto, de la dureza de las posiciones, de la falta de diálogo, me queda la sensación de que estamos mirando el árbol y no el bosque. Que lo peligroso de este conflicto son estas prácticas que nos quitan las cualidades ciudadanos responsables y transforman en masas. Recordemos que el fascismo comenzó con postulados generales a los que fácilmente adhería toda la población: el reordenamiento del Estado, la grandeza de la patria y la exaltación de los sentimientos nacionalistas.
¿Y si miramos el bosque? La Argentina real, no la del INDEC, ¿qué pasa en Salud? ¿Qué Proyecto Educativo se sostiene si hay una ley que no se puso en práctica nunca?
¿Por qué nuestros jubilados siguen con retiros miserables? ¿Por qué continúan reclamando los lecheros si las retenciones afectan supuestamente a los grandes productores de soja? ¿Cuál es el proyecto de país que queremos construir? En ese proyecto ¿cuál es el rol de la industria y cuál el del agro?
¿Dónde se sitúan los que aún no tienen «categoría» de ciudadanos argentinos, los que fueron desterritorializados?