Ayer desde las 17 hs. se largó un brazo de la marcha que recorrió el microcentro con diversas consignas que giraron en torno a la violencia contra las mujeres en todas sus formas, los asesinatos, las desapariciones y la falta de justicia por los crímenes. Se reclamó que frenen los femicidios y la violencia, la protección del Estado a la mujer a través de una ley, mayor presupuesto para la causa, garantías a las víctimas de violencia, menos indiferencia de la institución policial y judicial ante las denuncias, más atención y participación de la Iglesia; y sobre todo, fue un llamamiento a la sociedad para la toma de conciencia y la reflexión frente a esta problemática.
En la Plaza 9 de Julio esperaron diversas agrupaciones que pertenecían no sólo a grupos políticos, sino a diversos sectores apartidarios, lo cual no significa que no conserven sus propias ideologías. Es decir, cada cual se manifestó a su manera y sintió que debía estar. No creo que esta haya sido la circunstancia para decir vos sí, vos no. Pero sucedió. Hubo un momento álgido cuando se le impedía a un partido político (minoritario y de izquierda) hacer su desfile por las calles. Finalmente se privilegió la expresión y eso es lo que cuenta: desde las artes, desde la educación, desde la cultura, desde la salud, desde el sentir autoconvocante, desde la política, desde los sindicatos, desde los movimientos sociales, desde las distintas comunidades… en síntesis, desde la diversidad… No era posible evitar la participación masiva de todos y cada uno de los sectores populares. Embanderados o no, creyentes o no, autónomos o en grupos, todos se dieron su espacio para formar parte de esta Campaña que constituyó un reclamo nacional que unió sus voces en una histórica concurrencia de toda la sociedad.
En Salta, alrededor de 8 mil personas se reunieron en Plaza 9 de Julio y sitios aledaños. Con música, pancartas, carteles, murgas, banderas, batucadas, intervenciones, tendederos y altavoces, los salteños dieron su apoyo a la consigna «Ni una menos”. La frase original es “Ni una menos, ni una muerta más», acuñada por Susana Chávez Castillo, la poeta y activista mexicana asesinada en 2011 por denunciar los crímenes contra las mujeres en México. La frase se viralizó en las redes sociales y el periodismo la capitalizó. La convocatoria en Argentina comenzó luego del crimen de Chiara Páez, en la localidad santafesina de Rufino, en abril pasado.
De manera personal, me siento profundamente orgullosa de formar parte de un pueblo que dio muestras de solidaridad, de unión y de compromiso. Hombres, mujeres y niños reunidos en un colectivo multicultural y polifacético demostraron que se puede luchar democráticamente y sobre todo, quedó a las claras que la lucha no es de las mujeres, sino que afecta a la humanidad completa. No se trata de ellas o nosotras, se trata de Todos nosotros.
Me alegró ver a jóvenes estudiantes de secundaria en las calles. Y, paradojalmente, sufrí con cada retrato de una mujer muerta. Nadie debería estar en esos carteles, nadie debería tener que pedir Justicia por sus muertos. Fue conmovedor ver a cada mujer, a cada hombre, a cada artista, a cada trabajador, a cada abuelito, a cada familia, estar juntos por un mismo propósito.
Me conmovió la madre de María Soledad Morales, Ada, a quien vi por televisión. Cuando su hija fue asesinada en Catamarca, la mitad de su vida y un poco más…se fue con ella…Su otra parte se quedó entre las luces y las sombras para ser un grito. Verla fue una señal, un símbolo de ese coraje que las mujeres han demostrado a lo largo de los siglos.
Cosecharás tu siembra– dice el dicho. Y el pueblo argentino comienza a dejar las semillas de la no violencia. Hay esperanzas. Ayer se vio que cuando se quiere, se puede. El pueblo salió a las calles a decir basta. Es histórico. Es imborrable. Son las raíces de un porvenir de Ni Una Menos.
Finalmente, las imágenes reunidas en el portafolio, tomadas por Salta 21, sintetizan aspectos de la jornada vivida ayer en Salta.
– Foto de portada: Estudiantes del Scalabrini Ortiz
#NiUnaMenos en Salta: histórica convocatoria
Yo asistí a la marcha de #NiUnaMenos con unos compañeros del colegio acompañamos desde la legislatura a plaza 9 de julio la verdad una multitud de gente que se reunió para decir alto a la violencia feminista, me parece perfecto que se tomen cartas en el asunto contra todos los violadores, golpeadores, los que matan a las mujeres o les causa daños psicológicos, también creo que habría que decir #NiUnaPersonaMenos, por que no solo se matan mujeres, si no también se matan niños, hombres, ancianos todos los días por cualquier situación ya no solo por violencia domestica, si no también por violencia en asaltos, o violencia en las calles. Por eso opino que si esta medida nos hará crecer como sociedad también creo que están errando en el echo que no solo no se matan mujeres, o se lastima, o se las insulta o se las usa o se las mutila, o se las daña psicologicamente, si no también que a NADIE se le tiene por que hacer sufrir de esta manera, por mas que se lo merezca o no, ya que nadie se merece la muerte y menos por otra persona que no es nadie para hacerlo.
Aldana Tito.
#NiUnaMenos en Salta: histórica convocatoria
Llegué tarde a la marcha por «Ni Una Menos», casi a las 19 hs, obedeció a una séptima hora de una jornada laboral en la Escuela de Comercio. Justifico porque no suelo faltar a una cita de lucha, menos una lucha por la vida, contra la muerte, a una convocatoria de la sororidad.
En la escuela fue una jornada muy fructífera, movilizadora y autoconvocante, entre autoridades, docentes y alumnos. Desde la mañana se informó sobre el tema, con la foto de “Enriqueta y Madariaga” en cada aula, convocando a la marcha. Por la tarde, se proyectó un corto italiano que sirvió de disparador para conversar en clase sobre la violencia de género. Hablamos con los alumnos de Adán y Eva, de la costilla, de la manzana y la serpiente, de la rica comida que cocinan los papás, que los hombres si lloran, sobre todo por amor, de los novios de la abuela, de las tragedias familiares, de la soledad de los adolescentes y de tantos otros temas relacionados. Todos,turno mañana y tarde, acordamos ir a la marcha.
Entre los comentario de algunos docentes resurgieron el fatalismo y el pesimismo de siempre, «que una marcha no cambia nada», «que la violencia contra la mujer es cultural»… Opiniones lamentables de educadores que debemos tener la consigna moral de ser optimista y esperanzadores por opción, frente a los jóvenes. Mostrarles horizontes posibles, con puentes levadizos a mejores vidas futuras, decirles que la clave y la salida personal y social, pasa por la educación. En este aspecto quiero detenerme, decir y destacar que, la única puerta de salida a una nueva y mejor sociedad, donde se respete la vida y la integridad de la mujer, es a través de la educación pública. Por esto, considero que la enseñanza de la Educación Sexual Integral (ESI) como espacio curricular, es urgente. No lo digo como frase hecha, panfletaria, sino convencida, como profesional de la educación, del valor y la incidencia de la educación en la evolución personal y social, en todas sus dimensiones. Así, por ejemplo, la enseñanza de la Lengua y la Literatura incide y modifica en forma directa en la lectura y escritura de la persona y ella se convierte en agente multiplicador en su familia y entorno social y, como afirma, Michele Petit,»No leemos solamente para dominar la información, ni el lenguaje puede reducirse a un instrumento, a una herramienta de comunicación, leemos para salir del tiempo y del espacio cotidiano y entrar en un mundo más amplio, para abrirse a lo desconocido, para poder tratar la realidad que nos circunda, el mundo real; leemos para ser un poco más los sujetos de nuestras vidas, para rebelarnos. Leemos para habitar el mundo poéticamente y no estar únicamente adaptado a un universo productivista.» Esto es el poder de la lectura. El saber es poder. De igual modo, la enseñanza de la sexualidad integral es fundamental para la persona, en temas como las nuevas masculinidades, las relaciones de igualdad socio-politica-económicas de varones y mujeres, el valor de la vida y de la integridad física; los distintos tipos de familias en que pueden crecer los niños (familias reconstituidas, monoparentales,homoparentales,etc) entre otros, (cito solo a modo de ejemplos) .Temas pendientes que incidirán en la formación de las nuevas subjetividades femeninas y masculinas futuras. Un saber que puede contribuir a «acercarse al otro que vive en uno mismo, domesticarlo, perderle el miedo, ir a encuentros esenciales, a regiones que no conocemos bien, que nos asustan, que tienen que ver con el cuerpo, con sexualidad, con temas que nos hablan en casa, son temas tabú” .Solo la escuela puede abordarlos con profesionales idóneos.
En el mes de mayo pasado se capacitó a dos docentes por escuela en sexualidad integral, ellos están ahora encargados de dar una jornada de información a los jóvenes de algunos cursos. Esto es poco serio, liviano e irrespetuoso.
La exigencia de la enseñanza de la sexualidad integral es la exigencia del reconocimiento y ejercicio un derecho humano, cultural. El derecho al saber y a la información en todas sus formas.
“Nunca antes en la historia, las mujeres alcanzamos derechos que hace un siglo y medio parecían utopías inconcebibles .De no poder votar a ser presidenta, de tener que pedir permiso al marido para trabajar, a ocupar cargos laborales de decisión”. Sin embargo, una mujer es asesinada cada treinta horas, por ser mujer. Una realidad abominable que nos advierte que una será asesinada cada día. Los ancestrales mandatos patriarcales persisten en nuevos ropajes. Nuestra Provincia encabeza todas las estadísticas de femicidios y trata de mujeres. La educación es urgente para sembrar y echar raíces de un porvenir de “Ni Una Menos, ni una muerta más.” El Estado es responsable.
Prof. Balderrama Alicia