Algunas breves consideraciones respecto del anuncio del gobierno sobre el Blanqueo de Divisas propuesto el 7/5/13:
– 1- Primero hay que entender que lo que se anunció es un Proyecto de Ley que será enviado al Congreso, por lo cual, si bien se supone que el oficialismo no tendrá problemas en aprobarlo, todavía no ha entrado nada en vigencia
– 2 – Finalmente, el gobierno, después de cacarear hasta el lunes pasado (6/5) que Argentina era “el país de las maravillas”, empieza a admitir que el tan mentado “Modelo” no es tan “inmaculado”; uno de cuyos síntomas es que tiene graves inconvenientes con el mercado de divisas (por eso el dólar paralelo ya duplicó el valor del dólar oficial), lo que lo obligó a tomar cartas en el asunto. Para ello, anunció el blanqueo en una conferencia de prensa que dieron todos juntos, los máximos responsables del equipo económico
– 3- También admite problemas que no ha sabido resolver (más bien los ha fomentado) en el ámbito de los negocios inmobiliarios (de caída estrepitosa en el último año, sobre todo en los últimos seis meses), y en el energético, cuyo desarrollo no encuentra financiamiento. Los instrumentos financieros que se proponen son dos bonos: el CEDIN para invertir en el primero, el BAADE para el segundo. El dinero proveniente de los blanqueos se podrá utilizar sólo para esas áreas.
– 4- El blanqueo abarca a todas las divisas que estén en poder de personas o empresas dentro o fuera del país y que no hayan declarado al fisco, sea cual fuere su origen. Es decir, que hayan evadido el pago de impuestos, que provengan de una estafa o del narcotráfico, todo da igual. No se les preguntará de dónde las sacaron, no se les cobrará ningún impuesto y, por el contrario, se les pagará un interés del 4% anual. Cabría preguntarse, entonces, cuáles son los beneficios por hacer las cosas dentro de las reglas y de la ley.
Más allá que ahora los que quieran vender su casa podrán cobrar esa operación en bonos que “garantizan” su efectivización en divisas, teniendo en cuenta la esencia esquizofrénica y no muy cristalina de este gobierno… ¿quién se va a arriesgar a hacerlo? ¿quién realmente asegura que el día de mañana, cuando alguien vaya a cambiar esos bonos, la entidad financiera a la que concurra no opondrá una traba urdida por la administración kirchnerista?
La realidad es que este anuncio viene como anillo al dedo sólo de aquellos que no pueden explicar el origen de sus capitales puestos en divisas. Justo, justo, en estos momentos en que ha estallado un nuevo escándalo por el lavado llevado a cabo por los amigos del gobierno y por el propio matrimonio presidencial. Es más o menos como decirle a Lázaro Báez : “Lázaro, traé tranquilo todo lo que te llevaste, ya no te va a pasar nada”.
Un párrafo aparte para la “lección sobre devaluación” que nos quiso dar el mediocremente soberbio Kicillof: el muchachito, muy suelto de cuerpo, nos quiere hacer creer que el acto de devaluar es el que empobrece a los pueblos, así, de un momento a otro, casi por voluntad instantánea de un determinado gobierno. Este engendro de la politiquería barata que propone el kirchnerismo, oculta que una devaluación no es un “momento”, sino un “proceso”, en el que la moneda que representa a una economía más débil se va desvalorizando frente a la de la economía más poderosa. Y esto va a ocurrir siempre que el país más débil se someta a los arbitrios del más fuerte. Que es, justamente, lo que hace, más allá de la verborragia y las bravuconadas, este gobierno cipayo
Vamos a ver cómo se las arreglan para explicar este mamarracho aquellos que defienden el “modelo k” y que han actuado observando todas las reglas que nos ha impuesto el oficialismo ¿Cómo se sentirán aquellos que pagan todos sus impuestos o los que pesificaron sus ahorros en divisas? Aníbal Fernández sabía lo que decía cuando decía que no pensaba cambiar sus dólares por pesos
Con otra “ayudita para sus amigos” Cristina Kirchner sigue intentando sostener la CLEPTOCRACIA que ha impuesto con su difunto marido hace diez años, mientras le sigue entregando todo nuestro patrimonio a las Corporaciones Oligopólicas Multinacionales y le paga una “deuda” ilegal, ilegítima y fraudulenta al Sistema Financiero Internacional con el sudor del pueblo trabajador
Claro, cada día le resulta más difícil disimular el latrocinio, y no son pocos los que van abriendo los ojos a las “bondades” del modelo y sus verdaderos beneficiarios: los corruptos y los explotadores