Elisa Carrió declaró ayer ante Viviana Fein y presentó un escrito donde se refiere a la muerte de Alberto Nisman como un «tercer atentado terrorista». Ante la Justicia, la líder opositora al gobierno nacional presentó un escrito y carpetas con cinco anexos en los que aborda cuestiones que considera relevantes para el esclarecimiento del crimen del funcionario que estaba a cargo de la Unidad Fiscal AMIA.
Los anexos tratan sobre los atentados terroristas a la Embajada de Israel y a la AMIA; sobre el memorándum de entendimiento con Irán y sobre el «Tercer Atentado Terrorista», como denomina la muerte de Nisman en el tercer anexo. Allí, Carrió vinculó el caso del fiscal con las fuerzas de seguridad federales, con el jefe del Ejército y con el jefe de Gabinete nacional, Aníbal Fernández.
El cuarto anexo versa sobre el conflicto nuclear iraní, la posible colaboración Argentina-Irán y la intervención de Venezuela. En tanto, el quinto anexo se titula «Conexiones del caso con inteligencia iraní en Uruguay».
«En el escrito que presentó Carrió se esgrimen líneas de investigación precisas que ya tienen requerimiento por parte del fiscal Guillermo Marijuan por zona liberada de las fuerzas de seguridad y complicidad de la empresa de seguridad de Le Parc, que es una empresa de cobertura o pantalla de la SIDE y que también fue objeto de requerimiento por parte del fiscal Marijuan pero que está en manos del juez Oyarbide, que responde a la Policía Federal desde tiempos inmemoriales y a Aníbal Fernández en la última década», informaron desde el espacio de la diputada.
También adelantaron que el contenido completo de su declaración ante Fein no se hará público.
Carrió llamó la atención sobre la empresa que se encarga de la seguridad de las torres del Le Parc, Seguridad Integral Empresaria SA. Sobre esta aseguró que «presenta rasgos de una sociedad de cobertura que podría tener vínculos con el gobierno nacional«. En particular, señaló a un contador que estaría vinculado a la firma, Julio César Jiménez, y que a su vez «figura como autorizado ante varias sociedades que pueden estar relacionadas con organismos o agentes de inteligencia».
Además, la diputada resaltó que de la firma de seguridad figuró como socio fundador Mario Jorge Caserta, «quien fue condenado por narcotráfico durante la presidencia de Carlos Menem». La empresa Seguridad Integral Empresaria SA respondió a los dichos de Carrió con un comunicado oficial en el que aseguró que «la empresa no tiene ni ha tenido nunca vinculación alguna con los servicios de inteligencia del Estado».
Carrió fue citada a declarar ante la fiscal Viviana Fein, que lleva adelante el caso, luego de que anunciara que tenía información relevante sobre el caso. La diputada ingresó al despacho de la magistrada en la Fiscalía Criminal de Instrucción N° 45, en Tucumán al 900, a las 10 de la mañana y declaró hasta la media tarde.
La diputada, a mediados de febrero, advirtió que estaba en marcha un proceso de encubrimiento de lo que, aseguró, fue un atentado con conexiones internacionales. «Por eso, desde ese momento hice distintas presentaciones judiciales en estricta reserva», había dicho. La diputada realizó estas presentaciones en forma reservada, según dijo, «por razones de seguridad personal».
– La nación
Un atentado sí, pero con otros «vértices»…
Estimados:
No sabía, a ciencia cierta, si delinear algo peculiar acerca del resonante «affaire Nisman», en virtud de que no deseo hacerle el caldo sabroso a la derecha, ni tampoco asomar partidario de una tercera posición que favorezca a la actual gestión de La Rosada.
Empero y habiendo seguido de cerca el desarrollo del caso Nisman, opino que es hora de sugerir otras posibles alternativas.
La primera de ellas, es descartar por absurda, la hipótesis de que agentes, individuos, etc., próximos al kirchnerismo y/o a la Presidente, sean responsables de la muerte de Nisman. Haber concretado algo así y de ser verdad, hubiera sido un suicidio para el kirchnerismo, lo que no creo factible de aceptar, aunque más no fuere por concederle la suficiente astucia a la línea política que gobierna.
La segunda es asumir que el deceso de Nisman no fue un quitarse la vida y sí un asesinato y, en el contexto argentino actual, un magnicidio.
Viví lo necesario para intuir que los crímenes de esas características, son propios de las organizaciones terroristas paraestatales de los ’70, como para no imaginar probable que uno de los organismos involucrados en el magnicidio sea la SIDE. Esto no inculpa al gobierno, sino a la SIDE en cuanto tal.
Los cómplices necesarios del asesinato de Nisman son, entre otros, los sectores económicos que se perciben perjudicados por la conducción de La Rosada y por la posible continuidad del kirchnerismo.
Lo otro a tener en cuenta, es que el magnicidio posee rasgos de la intervención propia de asesinatos perpretados por la CIA, lo que enlaza a entidades de derecha como la SIDE, a segmentos sociales de derecha y con vocación terrorista, como algunos grupos económicos argentinos, y a la CIA.
Lo que sigue puede ser una desmesura, pero no lo creo ajeno a la probable.
Uno de los segmentos económicos y políticos de derecha en el país, son determinados sectores judíos, a los que les vendría bien que se conectara caprichosamente, a Irán con el asesinato de Nisman, para continuar con la política terrorista en Medio Oriente y contra los palestinos, en especial. Y antes de que se me acuse de ser anti semita, aclaro que la exposición de lo que efectúa el gobierno de Israel en Medio Oriente y con los palestinos, no es ser anti semita, sino no ser cómplice de determinados Estados que se sienten llamados a exterminar a cualquiera en nombre de la causa que fuere.
Lo que me parece que se infiere de lo anterior, es que si hubo alguna participación israelí en el magnicidio, es plausible que sea la del propio servicio de inteligencia de Israel.
De cualquier manera y a lo «Teniente Columbo», hay que preguntarse a quienes benefició el cadáver de un Fiscal, para instalar la idea de que la Jefe de Estado de La Rosada podría estar implicada. A partir de eso, es más o menos simple y con un poco de información de cómo actúan ciertas organizaciones en el mundo, percatarse que el kirchnerismo y/o la Presidente no son los primeros sospechosos. Los primeros sospechosos, son los que nos quieren hacer creer lo que defiende Carrió, por ejemplo.
El asesinato fue una jugada extrema de elementos de la derecha argentina, con múltiples vínculos con entidades internacionales…, para desestabilizar y desmadrar el curso de la política argentina.
Fue un crimen tipo «Triple A», sin que las 3 A estuvieran insertas en el aparato de Estado, sino respondiendo a la derecha burguesa argentina y a organismos internacionales, como la CIA.