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sábado, noviembre 23, 2024

El cine que hace Lucrecia, un mensaje para salteños…

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Patricia Patocco salió llorando. Languasco quedó en silencio. «Este cine tan salteño me llega profundo, pero no sé si lo entiende todo el mundo», me dice un amigo. Imágenes magníficas, fotografía soberbia, un filme casi perfecto, con todo el oficio…

«La mujer sin cabeza», con María Oneto (como «Vero»), Claudia Cantero, Inés Efron, Daniel Genoud, Guillermo Arengo, César Bordón y María Vaner, es el nuevo filme de Lucrecia Martel, el número 3, cuyo estreno nacional tuvo lugar en Salta el jueves 7 de agosto.

En esta realización, presentada con algunos altibajos de la crítica en el Festival de Cannes, donde nuestra comprovinciana ya es figura conocida, cuenta una historia muy simple, que se desarrolla, como todos los filmes anteriores de Lucrecia, en la ciudad de Salta («La ciénaga» y «La niña santa»).

Cuenta de una mujer, una odontóloga que trabaja en un hospital salteño, que transitando por un camino cerca de la ciudad, se distrae un segundo ante un llamado de su celular y atropella algo en el camino.

Como no desciende a ver de qué se trata, descubre un perro muerto en el camino y deduce que eso fue el impacto… Y sigue camino, nada más…

Pero después empieza a meditar que a lo mejor «Maté a alguien en el camino…»

El resto del filme, la protagonista se la pasa pensando si realmente fue así, o no. Pero la historia no aparece del todo clara. Ella simula que está sana, pero sus dudas sobre el hecho tiene y deambula a diestra y siniestra pensando qué fue… Se hace radiografías y análisis y todo desaparece, como es costumbre por acá.

Aparecerán en el relato los clásicos personajes de la Salta de ahora, de siempre. Muchas mucamas morochas, una apuntando al lesbianismo, que quiere enredarse con la patrona.

Algunos artesanos desordenados y quejosos que los ayudantes no le aparecen a trabajar (Ese «Changuila» falluto); la clásica abuela (la Lala), identificando gente de un video de un casamiento, que esta es hija de tal o de cual, de esa familia y descubriendo hasta alguien que ya murió, que todavía vive en el filme.

Las típicas frases de salteños: «Vas a comer aca» o «está empacada» que dicen las mujeres policías. La relación de Vero, la protagonista con un primo y amante, circunstancial o permanente (el doctor Villamayor), no lo dice.

La fría relación de ella y su marido médico con el que comparte su casa y que quiere tenerla calmada pues sus otros amigos y compinches de pesca médicos del hospital le señalan que «no apareció ningún cadáver en el camino».

Pero resulta que después sí aparece un joven muerto, que «quizás se ahogó en un canal vecino», lo que no se aclara porque ya pasó una semana.

Y ella que vuelve a la normalidad, a su cabello negro azabache (todo el filme fue rubia), a su vida social intrascendente y a toda la opería de esta Salta nuestra de cada día, que se muestra tan auténtica como siempre, como nunca, pues la señorita Martel la lleva en su corazón.

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Las imágenes magníficas, una fotografía soberbia, digna de todo elogio. Un filme bien hecho profesionalmente casi perfecto, con todo el oficio de todas la veces.

Comentario de tres amigos cineastas o aficionados o profesionales:

Víctor Languasco(*): «Silencio al respecto, puede ser un comentario no?».

Patricia Pattocco (**), que salió llorando. «Siempre me emocionan los filmes de Martel».

Un amigo bancario: «Este cine tan salteño a mi me llega profundo… No sé si eso lo entiende en el mundo…»

Para nosotros, buena, por reconocimiento a la directora Lucrecia Martel, aunque se trata de una realización algo densa, morosa por ratos e inconclusa o no perfilada.

Queda un final abierto. Seguro que no les gusta a muchos. Nada más que decir…

Willy Wilde

(*) Periodista de espectáculos y productor.

(**) Periodista de Cultura, dirige la revista Artenautas.


NdR: Guillermo Wilde es periodista y escritor. Es también, un apasionado del cine. Fue jefe de Cultura y Espectáculos en el diario El Tribuno y maestro de periodistas cuando el periodismo se aprendía en las redacciones…

Willy es padre de Nacho Wilde, cuya opinión sobre «La mujer sin cabeza» disparó una polémica entre lectores, columnistas y periodistas de Salta 21:

La mujer descabezada

http://www.salta21.com/spip.php?article1023


Nota del Editor: Si bien fueron publicados en fechas distintas en Salta 21, los comentarios de Wilde padre (periodista) y Wilde hijo (cineasta) sobre la obra de Martel fueron escritos en forma simultánea e independiente inmediatamente después del estreno de «La mujer sin cabeza» en Salta. Coincidencias o divergencias entre ambas notas no responden al ánimo de respaldo o polémica entre ellos sino que es la visión de cada uno sobre el filme. (Miguel Brizuela)


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