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jueves, abril 25, 2024

En la UNSa. buscan pronunciarse contra las acusaciones de mobbing

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La universidad y la Facultad expresan que perciben ser “atacadas”. Para continuar con un análisis de lo que se llama “de las estrategias de manipulación/enunciación”, atengámonos a que el sentimiento de “agravios” que impactan en la Facultad y en el resto de la academia, es “objetivo” y no relativo, como lo son las percepciones de los que se imaginan hostigados.

Después de varios días de no concurrir al campus universitario, se me informó extra oficialmente, que se había emitido una resolución por parte del Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades (Res. H Nº 1888/09 de 26 de noviembre, expte. 5161/09), la que se refería a los artículos del matutino local de 18 y 19 de noviembre, en los que se explicitó (aunque no por primera vez, dado que uno de los medios que lo hizo desde el comienzo de mis denuncias, fue Salta 21 ) la penosa situación de hostigamiento que sufren administrativos y docentes de todas las jerarquías, de las múltiples unidades académicas.

Lo “sorprendente” del aludido instrumento, que se orientó inmediatamente, al Consejo Superior para un “pronunciamiento” final y que supuestamente, podría hacerse público, es que, aparte de ocluir descaradamente, que la mayoría de los concursos son nada o poco transparentes, que la democracia es escasa o nula, etc., etc., también niegan que haya acoso con la expresión de que se constata que determinados trabajadores “se sienten” hostigados. Por ende, es una impresión subjetiva de unos “loquitos” paranoicos, neuróticos, psicóticos, perversos, etc., que alucinan que en la Alta Casa de Estudios no únicamente un gran porcentaje de las cosas no funcionan como debieran, sino que se “persiguen” a sí mismos con la idea fija de un presunto acoso que, como es supuesto, resulta al cabo, inexistente.

Lo otro que llama la atención es que la resolución con el espíritu de la nefasta Generación de 1880, se dirige a la “comunidad universitaria”, id est, a los que se “amontonan” y “amuchan” en el regazo del Amoinstitución, para disfrutar, como sentenciaría el genial aunque elitista Lacan, con un exceso de goce, en ese amontono mismo, en el que se (auto)reconocen “comunidad” y “academia”. Es decir, que lo que comprobamos en última instancia, es un “autismo” rayano en la locura o enfermedad, en la que lo que trata de concretar la universidad, es “defenderse” de “acusaciones que la agravian”.
Precisamente, en su artículo 2º, se enuncia plus ou moins, que la “irresponsabilidad” de ventilar asuntos de “ese calibre”, afectan a la Facultad y a la institución misma como un “todo”.

Obviamente, los del Directivo de Humanidades, no se enteraron jamás no sólo del peligro totalitario que anida en la palabreja “todo”, sino de lo que el Psicoanálisis de raigambre lacaniana advirtió hace décadas: que no es posible el “todo”, que únicamente hay el “no todo” y que los que insisten, con una pulsión mecánica de repetición, en hablar de la “globalidad” y del “todo”, son Opresores, Amos o Tiranos.

Incluso, hablan el discurso del Amo, que es el de la semblanza de la totalidad y el de la obsesión con el “todo”.

Finalmente, la universidad y la Facultad expresan que perciben ser “atacadas”. Para continuar con un análisis de lo que se llama “de las estrategias de manipulación/enunciación”, atengámonos a que el sentimiento de “agravios” que impactan en la Facultad y en el resto de la academia, es “objetivo” y no relativo, como lo son las percepciones de los que se imaginan (¡vaya a saber por qué!…) hostigados. Esto es, la institución sí puede esgrimir que se la “ofende”, pero coloca en simultáneo entre comillas, que verdaderamente, haya acosados y lo que se viene explicitando desde 2005 por mí, de forma completamente solitaria y a costa de burlas de cualquier índole, sumado en ello el “gremio” ADIUNSa. (que of course, no iba a “reivindicar” al “caballero de la triste figura” en su pelea contra “molinos de viento [¡ni ebrios ni dormidos!…]). Para ser más claros: los agresores se sienten “atacados”; los victimarios se perciben víctimas. ¡Es el colmo!

En realidad y ese es el otro aspecto que subraya el estudio del discurso brevemente emprendido, la actitud “reflejada” en la Res. H Nº 1888/09 es típica del acosador, dado que el hostigador (tal cual el golpeador) niega “autistamente” que ejerza violencia alguna, con lo que pierde la alternativa de curarse de una enfermedad que destruye la vida de terceros. En suma, la resolución misma es una prueba de la existencia de mobbing, a causa de su denegación, represión, desconocimiento, etc., etc.

La resolución dice entonces, más de lo que quiere, menos de lo que sabe y confiesa contradictoriamente en su negación, que el hostigamiento y lo que se volvió, por suerte, público a través de la injerencia del matutino ya citado, son una cruda, crudísima realidad. Son lo Real, lo Vreal (la “verdad” de lo Real), que no soportan, a tal extremo, que ni siquiera aceptan que se hable de ello.

Lo adecuado hubiera sido convocar con una resolución, a que se discuta institucionalmente, lo que se difundió y lo que esparcí desde hace años, en lugar de esconderse a sí mismos, la espantosa situación de los acosados y el penoso acontecimiento, de que nada o muy poco, opere según la Reforma de 1918 en ese genuino “antro”. Pero es una demanda que no entablo con un Otro que se escucha a sí y se mira en su reconfortante espejo narcisista. Por esto, que lluevan las querellas jurídicas por hostigamiento y que cualquiera, a partir de ahora, pueda esgrimir que un sencillo dolor de cabeza es en virtud de mobbing, por cuanto es lo que acaso, haga reaccionar a ese Amo y a sus Esclavos contentos con el placer que encuentran en el goce del Opresor, a quien algunos hallan mucho qué agradecerle -¡y con razón!, por cierto.

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2 COMENTARIOS

  1. En la UNSa. buscan pronunciarse contra las acusaciones de mobbing
    No se puede opinar con propiedad acerca del documento emitido por en Consejo Superior de la UNSa a travès de la interpretaciòn que Lòpez hace de dicho documento. Serìa, pues, interesante que Salta 21 publique una copia del documento en cuestiòn. Me parece, sin embargo, que se estàn mezclando dos temas distintos. Una cosa es el acoso laboral y otra las irregularidades en los concursos. Tal vez algunos docentes han sufrido ambos al mismo tiempo. Sin embargo, en general, se trata de temas diferentes y creo que es mejor analizarlos separadamente. Si es cierto lo que afirma Lòpez, habrìa por parte del Consejo Superior de la UNSa un intento torpe de ocultamiento de la existencia de los dos problemas. Esto serìa ridìculo, pues existen pruebas documentales de que hay casos reales de acoso laboral: los Informes Periciales de mèdicos y psicologos. Tambièn hay pruebas fehacientes de que, en muchos casos, en ocasiòn de arbitrar concursos docentes, los Tribunales Calificadores de dichos concursos habrìan cometido serias irregularidades: Falsedad Ideològica. Las pruebas fehacientes en èste caso son los Dictamentes de los concursos en cuestiòn. Estos Dictamenes tienen el caràcter de Declaraciòn Jurada y son, obviamente, pruebas documentales. Si ADIUNSA ( quièn, por fìn se enterò de estos temas) y el Consejo Superior querrìan realmente llegar a la verdad y nada màs que a la verdad en estos temas(cosa que dudo), deberìan hacer dos cosas. Primero, establecer una comisiòn neutral compuesta por docentes, alumnos y no docentes para revisar todos los Dictamenes sospechados de falsedad y hacer lo mismo en los casos de acoso laboral. En segundo lugar, si los resultados de los anàlisis de las comisiones conducen a la sospecha de que hay indicios de malos manejos, aplicar el Artìculo del Estatuto de la Universidad que tiene que ver con la Etica y hacerles Juìcio Acadèmico a los implicados. Es bueno que se sepa que, aplicando el Artìculo al cual hago referencia, mediante Juìcio Acadèmico, ya se ha expulsado un docente de la universidad. Tambièn es bueno que se sepa que el daño que provocò dicho docente a la instituciòn y a personas y por el cual fue expulsado, fue de muchìsima menor envergadura que el daño moral y econòmico que provocan el acoso laboral y la falsedad ideològica en los concursos a personas, estudiantes y a la propia universidad. La degradaciòn de las instituciones es lo peor que le puede ocurrir a un paìs.

    • Puede ser; depende de cómo se mire…
      Estimado “Síndico”; amables lectores:

      Lo que se tipea respecto a que se estarían confundiendo y fundiendo diversos planos de enfoque, puede ser, pero si se aprecia el asunto desde determinado ángulo. Mas, si uno lo observa desde otro, puede sostenerse perfectamente, que en la academia existen múltiples “disfuncionalidades” que van desde la escasa o nula transparencia en los concursos, los “gastos reservados” de decanos y Rectora, el maltrato a estudiantes, presuntas irregularidades contables millonarias, etc., a la situación de hostigamiento. O sea, que el acoso es una de las tantas facetas de lo mal que opera la institución. Desde ese marco general, encaja que pueda hablarse de temas tan variados, incluido el hostigamiento.

      Respondido el asunto, paso ahora a reflexionar sobre las últimas noticias que se difundieron en torno a lo que nos ocupa, felizmente a muchos, desde 18 de noviembre a la fecha, a causa de la intervención tardía y quizá, “oportunista” de un medio de gran tiraje, pero que acabó, como fuere, por tomar cartas en el tema penoso del mobbing (igual conceptualización les cabe a los sindicatos que decidieron salir a la luz, luego de varios años de lucha solitaria de mi parte -aprovecho para subrayar que jamás sostuve que era el único acosado; sí fui el único que se ocupó con ahínco de difundir lo que se conservaba en secreto y que es un mal endémico en la universidad, a pesar que se lo niegue con “solicitadas”…).

      La primera información es que la resolución del Consejo Directivo de Humanidades (y no del Superior, como equivocadamente consigna el tal “Síndico”), puede consultarse en http://bo.unsa.edu.ar/cdh/. La resolución del Consejo Superior a la que aludiré enseguida, puede abrirse en http://bo.unsa.edu.ar/. Si todavía no se encuentran donde direcciono, habrá que esperar; pasa que a Romina, la última vez que la vi personalmente, fue en el marco del Ciclo de Cine Argentino; desde esa época que no la crucé en otro momento, por lo que sería engorroso para mí (y calculo que para ella…), citarnos para que le entregue una copia de las dos resoluciones…

      La otra noticia es que el Superior ya sacó, a modo de un Pregón Real, una resolución en la que niega los “cargos” que se le imputan a la administración, hablando de su pasado y presente, en tanto supuesta defensora de los DDHH, etc. El tamaño en que duplicó la resolución es mayor que el formato B5, que ya es decir; tanto le preocupa demostrar su “inocencia”, que acaba por acusarse a sí misma, en un procedimiento que destila lo contrario de lo que pretende.
      El Pregón Real fue casi reproducido en la solicitada que se estampó en el matutino local el día domingo 6 de diciembre.

      Ambos instrumentos, además de auto acusarse con tanto excusarse…, tienen el vicio lógico y argumentativo de que por ejemplo, alguien como padre de familia, no puede ser violador de sus hijos; de que por ser sacerdote, no se puede ser pederasta; etc. Que la universidad haya detentado o posea, una “tradición” en la lucha por los DDHH, no garantiza en absoluto, que en casos puntuales y con respecto a su propia vida institucional, sea precisamente, violadora de tales derechos.

      Bien; razonemos, entonces. Supongamos que haya al menos, un caso de hostigamiento; no el mío, sino f. e., el del Dr. Pablo Ortega Baes o el de una CPN de Ciencias Económicas, Auxiliar de Primera. El mobbing, por ser violencia laboral, implica ipso facto, la destrucción de DDHH y de derechos gremiales: la tranquilidad en el ambiente de trabajo, es obviamente, un derecho humano y un derecho sindical.

      Si existe hostigamiento, en el que no se contestan las presentaciones (como hacen conmigo), hay concomitantemente, discriminación en los procedimientos administrativos y en consecuencia, negación sistemática de justicia. Ahora sí es necesario mencionar mi situación: ayer presenté el SEXTO reclamo administrativo previo a demanda judicial, por denegatoria tácita de parte de la UNSa., lo que significa que no responde NADA de lo que interpongo, con lo que se atropella el derecho a ser oído y el derecho a peticionar, el cual implica el derecho a contestación fundada. Y para que se aprecie lo que la denegatoria tácita significa, relato lo que a continuación detallo: ante los primeros 30 a 60 días de elevada una nota sin respuesta, se interpone Pronto Despacho. Se aguardan 30 días; si no contestan, se eleva Recurso de Reconsideración. Si no responden, Pronto Despacho. Si no contestan, Recurso Jerárquico. Si no responden, Pronto Despacho. Si no contestan, Recurso de Reconsideración ante el Superior. Si no responden, Pronto Despacho. Recién después de todo ese calvario de notas sin contestación, se puede esgrimir el reclamo administrativo previo a demanda judicial. Así y todo, la academia cuenta con 90 días hábiles para responder, luego de lo cual se intercala Pronto Despacho. Tienen 45 días más para contestar, después de lo cual queda abierta la vía jurídica. Repito que llegué al SEXTO reclamo administrativo previo, la mayoría de los cuales están habilitados ya para ser elevados a la Justicia… ¡por silencio de parte de la universidad! Y el no responder es una característica típica de acoso; es una estrategia clásica del empleador hostigador contra su víctima y es lo que efectúa la academia conmigo todo el maldito tiempo…

      Pero imaginar que únicamente hay uno o dos ejemplos de acoso, es caer en la lógica del hostigador, que procurar minimizar los sucesos, haciéndolos asomar como asuntos sin importancia, aislados, etc. Por ende, la existencia de uno o dos casos nos debe llevar a asumir que es plausible que haya más de dos; que la serie sea más extensa y de hecho, lo es. Desde 1983 a la fecha y según datos que me llegaron por vía indirecta, parece haber más de 300 casos de hostigamiento, muchos de ellos, denunciados en la Exma. Cámara Federal de Apelaciones de Salta capital. En consecuencia, el mobbing en la universidad es un mal generalizado, estructural y que viene de larga data. No nació conmigo, aunque mi ejemplo sea ejemplar o emblemático.

      Si el hostigamiento es algo estructural, sintomático y sistemático, entonces se dan las condiciones para que contra los acosados, los concursos no sean transparentes, etc. Esto es, se dan las condiciones para que todo lo que denuncié, ocurra. Por ende, en la institución no sólo existe hostigamiento, sino también escasa o nula transparencia en los concursos, poca o nada democracia, etc., etc. Sin embargo, si e. g., los concursos son difíciles para los “marcados para morir”, no hay por qué restringir el silogismo de concursos viciados a los ejemplos de hostigamiento; puede sospecharse que con los concursos, se acomoden a “Caballos de Comisario”. Eso a su vez, conduce a la formación de camarillas que se destripan entre sí y que acosan, por obtener recursos de variada índole. Fin de la historia; que era lo que había que demostrar…

      Vuelvo a insistir por ende, que lo que la universidad debiera hacer, en lugar de sacar Pregones Reales y esparcir solicitadas…, es convocar a los integrantes de la institución, a que discutan el funcionamiento distorsivo y corrupto de la academia y los medios para revertir la situación. De no hacerlo, continuarán pasando las cosas de espanto que suceden.

      Cordialmente,

      Dr. Adrián López

      DNI: 24.138.809

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