Apagón a las 22 hs aproximadamente. Funcionarios que abandonaban la platea. Gente que quería ingresar. Ambulancia. Puertas cerradas con llave. Custodios. Remate de entradas. Había que ir de gala. Johon Foos entró nomás. No era el partido del Santo contra el Cuervo: era la gala inaugural del Teatro Provincial de Salta.
No conseguí entradas para la inauguración del Teatro Provincial y me resigné a no asistir. No funcionó el dicho “Vi luz y entré”. Cuando fue el apagón, me dirigí a la puerta del Teatro, cruzaba la 9 de julio y el microcentro estaba a oscuras. “Esto parece enviado del cielo”- comentaban algunas personas en la calle. En la puerta había gente agolpada, mujeres que se quejaban por no haber podido entrar, se habían quedado sin entradas. Otras, esperaban a los políticos para entregarles pedidos. Faltaron pochoclos y choripán para que el espectáculo callejero sea completo.
A los siete minutos aproximadamente del corte de luz, salía el Intendente Miguel Isa. Le pregunté “¿Está aburrido el concierto intendente?” “No”, me dice, “tengo cosas que hacer, y todavía no empezó el concierto”. Me quejo por la escasez de entradas para el público, pero Isa estaba apurado. ¿A dónde iría? ¿Y Beethoven? ¿Y Mahler? Los asuntos de la intendencia…Se amontonan mujeres entre aplausos y pedidos alrededor del simpático funcionario.
En ese momento y como por arte de magia, un colega periodista me regala su entrada. Entrada en mano, pido pasar. El portero me dice: “no se puede”. Llega un invitado, pasa, dos y tres, y pasan. Le hago notar al portero que la gente pasaba: “son invitados”– me dice.
Me discriminan en la puerta del teatro. Le toco la puerta de vidrio al portero: “Tenés que esperar hasta el intermedio”- me dice. Un colega periodista le señala: “dejála pasar a la sala aunque sea”. Puertas con llave y negativa total. Me quedo pensando si eran las John Foos. Sigue entrando y saliendo gente.
Dos custodios me indican que más allá hay dos músicos de la filarmónica que tampoco pudieron entrar. Las mujeres empiezan a gritar: “¿Qué clase de cultura es esta? ¡Tiene la entrada!” Se me acerca un grupo de mujeres, me dicen que vendieron entradas a $ 10 en la puerta y que en otros lugares las vendían a $5 y $ 7. «Pero si estaban agotadas», comento.
En el intermedio una empleada muy amable me abre la puerta y me dice que pase. Con mis zapatillas John Foos, saludé en la sala a Juan Manuel Urtubey, que a las 23 horas salía del teatro. Recordé el corto que vi el miércoles, aunque con otro sentido, en “Un minuto por mis derechos” titulado “Zapato y zapatilla”. Se trata de un niño de la calle y de un niño de hogar: exhibe las diferencias sociales y culturales. Las zapatillas y los zapatos eran una “marca” anoche en la gala, no encajaban con el vestuario del público.
Pensé en Juan Manuel, el hijo del gobernador electo, a quien le tiraron las orejas en la comisaría primera días pasados cuando dijo su nombre-quizá tenía zapatillas- y no le creían que era quien era. La discriminación está en todos lados. Sobre todo pensé en los estudiantes y en los jóvenes: cuántos tendrán zapatos para ir a un concierto. Me imagino las ventas en las zapaterías: “oferta de verano para ir al Teatro Provincial”.
Me dicen que Javier Anderlini estuvo muy bien, pero esto del corte de luz…nadie quiere hacer muchos comentarios. Son invitados de la gobernación. Las invitaciones estaban bajo la firma de Juan Carlos Romero.
Sinfonía N° 5 (1902-1903) de Gustav Mahler. Celular en la sala. Gente que abandonaba la platea a cuenta gotas. El maestro Luis Gorelik con su batuta, director titular de la Orquesta Sinfónica de la Provincia de Salta. Aplauso sostenido y algunos “bravo, bravo”. El comentario fue que debieron elegir una obra más corta. Algunos recordaron afectuosamente a Felipe Izcaray: “es más inteligente para elegir las piezas”, decían. “Gustav Mahler es un plato para exquisitos”, replicaban con agrado y desagrado. El verbo “es” sonó muy actual porque antes del 28 de octubre dirigió el concierto de la Sinfónica.
El programa de mano consistía en siete tarjetas más el programa de la sinfónica en una carpeta como pack informativo que entregaron al público. En una de las tarjetas, sólo están los nombres del Gobernador, del Vicegobernador, del Ministro de Hacienda y Obras públicas, de la Ministra de Educación y de la Secretaria de Cultura: 21, 5 cm x 12, 5 cm para leer estos datos. ¿Cuánto invirtieron? En otra tarjeta, un párrafo con las palabras de Eleonora de Ferrer; en otra, tres párrafos con las palabras de Juan Carlos Romero. Interesantes palabras: “su nuevo dueño, el pueblo de Salta”, dice el gobernador en alusión al Teatro Provincial. Pero justamente el pueblo de Salta estuvo ausente anoche. El pueblo: ¿podrá entrar de zapatillas?
Eleonora de Ferrer plantea “El reto de jerarquizarlo en su funcionamiento con igual excelencia que su imponente arquitectura”. El teatro Colón, ¿se habrá jerarquizado con artistas de la calidad de su construcción arquitectónica o por los tapados de nutria o visón que exhiben las elegantes mujeres que acceden a la platea?
En las otras tarjetas está la historia del Cine Teatro Victoria, la del arquitecto Alberto Prebisch, las refacciones realizadas y los equipamientos del nuevo teatro y por último, la programación hasta el 8 de diciembre de este año con Dino Saluzzi, Ballet de la provincia, la Orquesta Sinfónica, Les Luthiers, Bruno Gelber, entre otros.
El pueblo de Salta necesita zapatos porque queremos ir al teatro, a los conciertos, a las exposiciones, a las ferias, a los recitales, al cine. Próximo título: “John Foos discriminado en la cancha de fútbol”.
Comentario
¿A quién designará el nuevo gobierno en Secretaría de la Cultura?
Muy bueno el artículo. A lo que agragaría que en doce años de «romerismo» no hubieron actividades artísticas y/o culturales gratis o al menos al alcance de los bolsillos de la mayoría de los trabajadores y estudiantes para que pudieran concurrir. Solamente lo podían hacer, con ciertas excepciones y sacrificios, personas con poder adquisitivo más o menos alto y a lo mejor con escasa o nula cultura, solamente para «figurar» como entendido o culto.
Y la pregunta sería si el «nuevo» gobierno tendrá el tino de designar en la Secretaría de Cultura a la persona idónea y con sensibilidad por las clases populares y cultas, que sepa programar y organizar actividades gratuitas o a precios accesibles al bolsillo de las mayorías, sobre todo para niños y adolescentes que los fines de semanas o feriados no saben qué hacer (además de ver los malos programas de televisión -el que tiene- o rascarse el pupo), ya que en la actualidad hasta el cine es oneroso.
– Pedro Antonio Álvarez
John Foos en la gala inaugural del Teatro Provincial de Salta
Desde ya que rechazo totalmente la actitud del personal en la mala organizacion del evento y estoy en desacuerdo con lo sucedido al no poder ingresar con una entrada en mano.
Pero creo que es equivocada, extremista y suena a muy cinematograficamente argunemtado tu comentario con respecto a «zapatillas vs. zapatos», » el pueblo ncesita zapatos para ir a … «… basta de exageraciones. Hay que ser mas objetivo en las notas y comentarios.
Cuando existe una buena oportunidad para hacer , crear, redactar una nota … no es necesario adornar esta con comentarios incoherentes.
Gracias
John Foos en la gala inaugural del Teatro Provincial de Salta
ay ! romina chavez diaz…el problema no son tus John Foos…
aunque los zapatos caros nunca sean sinònimo de cultivo quiero aclararte que tus notas y comentarios no reflejan en modo alguno lo que «algunos» quieren que cuentes ( o «muestres»)…el mundo de «la cultura» en salta nunca es lo que parece, yo dirìa que se «deja ver» pero no «se siente»…ayer tuvimos un ejemplo clarìsimo de ello: estaban los que no se quieren ir y perder «su» lugar y los que recièn llegan y ya creen que tienen «derechos» (…»esa butaca ahora es MIA, MIA, MIA..)sin dejar de observar, azorados, toda la «manija» que le da en su ediciòn del viernes el «òrgano» oficial…a propòsito…¿el teatro es NUESTRO…O SOLO DE ELLOS…O ELLA?…un pàrrafo aparte por la mùsica que en estos casos es lo ùnico que debiera importarnos:un beethoven no muy inspirado en esta obra interpretado con muy poca convicciòn : aunque aquì se le puede echar culpas al «malicioso» corte de luz que ,quizàs, haya desconcentrado a la orquesta (y mucho màs al solista),dejando en claro que en este siglo ya no tiene sentido tocar ciertos autores de manera tan «light» y «al paso»…y mahler…compositor trascendente que en esta quinta sinfonìa desgrana en cada nota mucho de lo que fue y ¡aquì si!:la sinfònica puso toda la carne en el asador y el maestro gorelik demostrò con su gestualidad que èsta era la obra que querìa presentar…de lo contrario hubiera caìdo en el bostezo fàcil la belleza de su cèlebre adagietto que diò lugar a un final pletòrico y convincente que despertò (nunca tan bien dicho)a un pùblico màs interesado en algunos casos en preguntar «¿falta mucho?» que a gozar del bàlsamo seguro que nos proporciona tamaña partitura…
la pròxima vez intentarè con unas john foos…no sè si me dejaràn entrar, pero creo que saldrè mucho màs satisfecho.
jorge moroni