– AICA- 31-08-09
El ex primer ministro británico Tony Blair, en su intervención en el “Meeting” de Rímini, hizo referencia a su conversión al catolicismo y aseguró que cuando “se preparaba para entrar en la Iglesia católica, tenía la sensación de que estaba volviendo a casa”, y explicó que su conversión fue facilitada por su mujer y que percibió que la Iglesia católica era su casa “no sólo por la doctrina o el magisterio sino por su naturaleza universal”.
Ante las 15.000 personas que asistían al “Meeting” de Rímini, un encuentro anual organizado por el movimiento Comunión y Liberación, este año con el lema “Persona, comunidad y Estado”, Tony Blair recordó su experiencia de 10 años de gobierno y afirmó que el Estado es mejor cuando se une a los individuos y no cuando los sustituye. Y añadió que “el Estado debe organizar servicios público, pero no es necesario que siempre sea él quien los gestione”, además aseguró que es necesario buscar un equilibrio entre los servicio públicos y la libre elección.
El ex primer ministro tuvo palabras de elogio para la Fundación para la Subsidiariedad, una de las organizaciones creadas por personas vinculadas a Comunión y Liberación, y sugirió que el trabajo a favor de la subsidiariedad está en sintonía con el modo que él ha tenido de hacer política.
Continuó señalando la necesidad de conceder más espacio a la sociedad civil y recordó que muchas obras de la Iglesia realizan servicios a favor de los enfermos o de los que están solos. “Sin nuestra Iglesia –refiriéndose a la Iglesia católica- en África muchos no tendrían esperanza, no tendrían vida. Espero que se hable más de estas obras buenas que se realizan”.
Blair afirmó que las personas tienen que ver el Estado del Bienestar como una ayuda y no como un obstáculo, y que el Estado no debe sustituir la responsabilidad personal. “Lo peor que se le puede hacer a una persona es hacerla demasiado dependiente del Estado cuando no es necesario”. Blair destacó también la importancia del principio de subsidiariedad. “El poder que se ejerce desde abajo es el mejor poder”. Y subrayó el papel de la sociedad civil.
Además comentó que “una sociedad, para ser armoniosa, tiene que dejar espacio a la fe. La fe nos enseña una responsabilidad para con los que nos rodean”. El ex primer ministro advirtió del peligro de un Estado potente que sustituya a la sociedad civil y afirmó que la fe amplía y enriquece la idea de la comunidad social. El ex premier británico citó a lo largo de su intervención en varias ocasiones la encíclica Caritas in veritate e incluso agregó que “la encíclica merece la pena leerla y releerla, es un contraataque al relativismo”.