Perfil de Ignacio Apolo: Edad: 39 – Sexo: Hombre – Horóscopo: Acuario – Año zodiacal: Mono – Sector: Arte – Profesión: Dramaturgo – Ubicación: Argentina. Llegará el viernes a Salta para dar un taller sobre dramaturgia a través del INT, el sábado 13 y el domingo 14. El 29, 30 y 31 de agosto, estuvo Rodrigo Cuesta, salteño radicado en Córdoba, quien fue elegido mejor director de teatro independiente los dos últimos años.
Había pensado escribir algo sobre Ignacio Apolo, notable dramaturgo argentino, cuyo nombre se inscribe en la Nueva Dramaturgia Argentina.
Cuando leí en el bloggers de Ignacio “Llegó el bebé Luna Apolo Álvarez, tamaño luna cuarto creciente” , decidí que debía dedicarle estas líneas a Luna. Lo decidí simplemente porque en la vida de un artista, cuando se tiene un hijo, llega a ser la mejor obra.
Escribir sobre Luna, también es escribir sobre él.
A Luna:
Esa delicada pincelada de abanicos lunares, blanquecinos, diluyendo el pasado en el presente, se hacen manitos pequeñas y se olvida alguna que otra rabieta. Si usará o no el chupete es todo un dilema. Los ojitos que de noche no dejan dormir, son a veces, como unos duendecillos del sueño.
Cuántas noches se fabrica el brillo y ahora sonríe plácidamente. Una diosa lunar, casi como una musa intrépida. Lunita pequeña, plateada, que alumbra el silencio y aturde de a pasitos.
Luna, ¿acaso sabés el secreto de la noche? Duerme angelitos de colores y despierta maripositas azules. Un semáforo dice “pase ud. Lunita, dibújeme la pared». Entonces un globo insomne que dice ”felicidades” saca rápidamente una foto. La familia sonríe para Luna, para el amor, para lo eterno.
Luna dibuja la pared de a ratos, cuando el semáforo se descuida y un tráfico de estrellas transita la oleada de rosas por el cielo. Luna empuja los barriletes de la costa y cuando canta, mamá y papá se alegran. La vida la ha recibido con los brazos abiertos.
La obra más reciente de Ignacio Apolo
Se titula Rosa Mística y la co-dirige con Alejandra Ciurlanti. El jueves 12 de junio se leyó en el Centro Cultural del ex predio de la ESMA. Leyeron los personajes Heidi Steinhardt, Esteban Meloni, Ricardo Bartís, Alejandro Catalán y Mirta Busnelli. Ignacio articuló las escenas relatando la trama de aquellas que no se leyeron; Alejandra hizo una introducción y leyó unas palabras de Agustín Alezzo sobre la obra.
Bartís leyendo al cura por micrófono sonaba igual a muchos de aquellos cuyos textos fueron tomados. Comprobé además que los rezos son teatrales, muy teatrales. Heidi y Esteban hicieron una dupla plena y querible, Ale Catalán siempre disfrutable, y Mirta Busnelli, un lujo.
La acción se sitúa en el Gran Buenos Aires, en la frontera entre los barrios pobres y la villa.
Un bebé muerto por una bala policial en un confuso operativo antidroga se convierte en el santito protector de la villa.
Rosa, una niña de 12 años que toma a la religión católica como cuestión de vida o muerte, proclama la falsedad del nuevo santo e inicia una campaña en contra.
Ajena a las luchas de poder y al trasfondo político de los enfrentamientos, Rosa intentará forzar los acontecimientos hasta el límite del propio sacrificio.
Lástima que sea una puta
Ignacio Apolo adaptó la obra de Jhon Ford. Dijo página 12 (2003):
(Por Hilda Cabrera). Una de las piezas emblemáticas sobre el tema del incesto, Lástima que sea una puta , del autor isabelino John Ford, es ahora materia de inspiración de un nuevo estreno porteño: Dios Perro , de Ignacio Apolo. El incesto entre dos hermanos, aquí Giovanni y Annabella, implica en el drama de Ford la posibilidad de hallar una ética, aun en las acciones más transgresoras. El incesto entre hermanos es quizás el que ha despertado históricamente un rechazo menor. Una razón es la que apunta el mismo Apolo, en la entrevista con Página/12: “Las relaciones entre hermanos no producen tanto horror porque tienen toda la suavidad del recuerdo de la infancia. Uno las imagina tiernas y cariñosas y, fundamentalmente, no impregnadas de la sospecha del abuso deshonesto. Las relaciones amorosas entre pares no despiertan el horror de la violación de la infancia”, opina este autor licenciado en la carrera de Letras de la UBA, actor y director que realizó estudios con Agustín Alezzo, Mauricio Kartun y Rubén Szuchmacher, entre otros maestros».
De la entrevista selecciono dos respuestas de Apolo para los lectores:
– «Durante el siglo XX se estudió profundamente este tema. En todas las culturas existe una reglamentación sobre asuntos de endogamia. Pero la manipulación genética se dio siempre. Hubo manipulación con especies vegetales y animales que no produjeron necesariamente degeneración. Esas ideas de debilidad tienen raíz cultural. Cuando la endogamia se aplica al ser humano reaparece el concepto de lo sagrado, de lo que debe ser y no admite discusión».
– «La historia original es muy rica, pero yo no puedo decir si voy más allá. El teatro isabelino es algo muy lejano para nosotros, aunque en algunos aspectos sea actual. Pero esto es por su condición de legado cultural. En realidad, sus convenciones ya no existen. Por eso no es lo mismo trabajar sobre esas obras que sobre las del siglo XIX, por ejemplo».
Fragmentos de otra entrevista
De Alternativa Teatral , por Javier Acuña (11- dic -2000):
¿Qué opina sobre el panorama del teatro actual?
– Esta es una pregunta un poco inabarcable. Teatro «actual» ya es bastante complicado, porque requiere definir la categoría de actualidad. Teatro de dónde. Qué teatro. Etc. Sólo en Buenos Aires la actividad teatral ya es tan múltiple que habría que ir defeniendo focos de atención para hablar con cierto criterio de algo.
¿Con respecto a la dramaturgia actual cree que hay búsquedas y puntos en común?
– La dramaturgia «actual», en cambio, no es tan problemática como categoría en su forma «exterior». Se la intuye como algo más o menos específico porque esa denominación tuvo una fuerte instalación como cosa «nueva» en la década pasada. Tuvo, y aún sigue teniendo (aunque no sé por cuánto tiempo más), coordenadas generacionales y estéticas. Tuvo y sigue teniendo búsquedas y puntos en común, porque surgió en un momento histórico (para el teatro) bastante puntual y convergente: la reinstalación del dramaturgo, desde un lugar especial, en la producción teatral. Hay muchas cosas en eso, creo. Enumero algunas: el quiebre de la oposición rígida director/autor, el trabajo sobre el lenguaje literario en la escena, la explosión/inclusión de multiplicidades estéticas, la puesta en vértigo de criterios centro/periferia, etc.
Sobre La Pecera
Mi opinión:
Acercándome a la escritura de Apolo, puedo decir que La Pecera impone una temática fuerte. Se trata de dos jovencitos de 14 años, Leto y Pescado, que observan la sexualidad desde la perversión. Sus inquietudes los hacen presos de una convivencia en un sótano donde sus deseos los llevan a la muerte. Marginales del mundo, trasladan la violencia a sus propios cuerpos. Callejeros, desprecian a la Correa, quizá hundidos en un deseo homosexual y ambivalente, despiertan a la vida en el momento en que perecen. El detonante es un deseo reprimido y llevan en sus espaldas una problemática social desgarradora. Ven el mundo a través de una mirilla, por ello, su visión es acotada y pequeña. Casi trastornada.
– La pecera de Ignacio Apolo fue Ganadora del 1º Concurso Internacional New York University – Argentores 2001.
Mención Honorífica Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires 1996/1997.
Publicada en Obras Premiadas en New York, Fundación El libro, Buenos Aires, 2001.
Estrenada en Centro Cultural Rojas, 2001 bajo la dirección de Diego Rodríguez
Sobre Ángeles
Mi opinión:
Este texto es de un hondo dramatismo. Tiene un ritmo especial. Soledad no habla, pero podemos escuchar sus pensamientos. Tiene una dramaturgia que penetra en el misterio de la niña de 16 años que ha vivido algo muy fuerte. El sombrero representa al “otro”, a su padre, quien le ha causado mucho daño. En el texto también está la presencia de la sangre “joven” que impone cierto desorden en los instintos. La madre no comprende a su hija que crece como una bella flor pero bajo el mutismo. La obra empieza con la muerte de la tía. Soledad es abandonada también por su madre, pero de alguna manera, tiene que dejar atrás su horrible pasado. La imagen final, cuando Doña Marta (la curandera) se lleva a Soledad a la ciudad, hace que como lectora comience a salir de una sensación oscura y asfixiante pero que en todo momento resulta sobrecogedora y atrapante. Lo cotidiano y lo extraño son cuotas de este texto.
– Ángeles de Ignacio Apolo fue finalista del Concurso de Dramaturgia .Emilio Carballido., México, 1994
Mención Honorífica del Fondo Nacional de las Artes, Argentina, 1995.
Publicada por Revista Tramoya Nº 46 ene/mar 96, Rutgers University Camden – Universidad Veracruzana, México.
Biografía
Dramaturgo, novelista, docente.
Licenciado en Letras, estudió paralelamente actuación, dramaturgia y puesta en escena. Es docente universitario y privado de narrativa, dramaturgia y creatividad.
Sus piezas teatrales se estrenaron en Buenos Aires (Teatro San Martín, Centro Cultural Ricardo Rojas, Centro Cultural Recoleta, Teatro del Pueblo, etc.) y también en el interior y exterior del país (Inglaterra, España, México, Suecia).
En el 2001 fue becado por la Fundación Carolina para el «Curso de Profesionales de Dramaturgia y Dirección Teatral», de Casa de América de Madrid, donde mostró su producción y publicó obras.
En el 2003, participó en el proyecto «Channels» del National Theatre Studio de Inglaterra, escribiendo la versión en español de la obra Gagarin Way, del escocés Gregory Burke. Al año siguiente, fue invitado por el Royal Court Theatre de Londres a su «Residencia Internacional de Dramaturgos», y el mismo año su obra La pecera (Fishbowl) -traducida al inglés por la New York University- fue estrenada en el Theatre 503 de la capital inglesa. En enero de 2005, la New Company le encargó la escritura de una obra breve para su espectáculo Broken Voices; en dicho marco, su obra Implosión, fue estrenada en el Tristan Bates Theatre.
Trío para madre, hija y piano de cola , formó parte de la temporada 2005 del Teatro San Martín de Buenos Aires, con gran éxito de crítica y público.
Entre otras distinciones, obtuvo el Premio «Proyección 1995», de la Fundación Banco Patricios por su novela Memoria Falsa (Ed. Atlántida, 1996), el II° Premio del Fondo Nacional de las Artes (1998) y el Premio Iniciación de la Secretaría de Cultura de la Nación por la obra La historia de llorar por él; también el Premio Municipal (bienio 01/02) por su obra «La Pecera» y Menciones Honoríficas del Fondo Nacional de las Artes por su obra Ángeles (1995) y por su novela inédita La cintura de barro (2000). El texto teatral Un blanco en la memoria obtuvo la Mención Honorífica del Premio Casa de las Américas 2003, La Habana, Cuba.
Hoy en día Ignacio Apolo sigue de cerca la gira de Doble Carolina por Suecia, la producción de su obra Doble Mortal y está gestando un nuevo proyecto para su obra Rosa Mística .
A su vez Los padres terribles de Jean Cocteau, traducida por Apolo, vuelve a presentarse luego de una exitosa temporada, a partir del 10 de enero del 2008 en el teatro «El Cubo».
Ignacio Apolo: homenaje a la diosa blanca
Hola, Romina. Gracias por tu nota. Elegiste muy buenas fotos. Un beso y nos vemos en el Laboratorio