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sábado, noviembre 23, 2024

La muerte de Evangelina Pisco. Desayunando pescado podrido

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Con el caso de la adolescente tartagalense que apareció ahogada en un pozo cloacal que estaba destapado, quedó expuesta la complicidad entre grandes capitales, justicia corrupta, policías torturadores y mercaderes de la información. Tras derrumbarse la hipótesis del asesinato, se pretende encubrir la responsabilidad de la empresa Aguas del Norte mandando al frente a los policías que hicieron el trabajo sucio.

Luego de la aparición del cuerpo de la joven chorote Evangelina Pisco, quien murió ahogada dentro de una boca de cloacas en la ciudad de Tartagal, se derribó la macabra maniobra orquestada desde varios frentes para deslindar de culpabilidad a la empresa Aguas del Norte, que dejó destapada esa alcantarilla cerca de tres meses, según aseguran los vecinos que habitan el lugar ubicado sobre la ruta 34, muy cerca del cruce con la ruta 86. Si bien las amigas de Evangelina dijeron desde el primer momento que la chica se había caído en el pozo, justicia, policía y cierto periodismo “trabajaron” sobre la falsa hipótesis de un asesinato, que luego de la autopsia fue imposible de sostener. Pero como siguen queriendo tapar lo que no taparon a tiempo y como el hilo siempre se corta por lo más delgado, ahora comenzó el Plan B: acusar a algunos policías por torturar a los testigos, tensionar aún más una interna policial que lleva bastante tiempo y que terminará por desplazar a algunos jefes policiales, y finalmente diluir ante la opinión pública la responsabilidad que le cabe a la compañía prestadora del servicio sanitario. Es decir, la estrategia es contar solo parte de la verdad.

El tema es grave, es muy grave. Y es que los hechos se encaminan para que la guillotina corte la cabeza de unos cuantos delincuentes que hicieron el trabajo sucio para que los imputados en la causa se declararan culpables de asesinato, pero no sobre los verdaderos responsables de la muerte de la joven de 16 años.

Cómo es posible que el juez Nelso Aramayo no haya investigado desde el primer momento si era cierto que Evangelina había caído dentro del pozo, tal como había alertado aquella fatídica madrugada del 2 de mayo, su amiga María Eugenia Aramayo. Es decir: por qué no arrancó la investigación por la más simple de las teorías, la que quedó demostrada unos días más tarde, gracias a la presión que ejercieron las comunidades aborígenes chorote y wichí, que exigieron que se buscara dentro de aquella trampa mortal. Por qué aceptó de buenas a primeras la versión que daba la empresa Aguas del Norte: que por ese hueco no cabía una persona. Además, el magistrado permitió que en la jornada posterior a la desaparición de la joven tartagalense, se cerrara el pozo donde aún podría haber estado con vida la desafortunada Evangelina, y una práctica elemental para una investigación que quisiera llegar a buen puerto: la protección del lugar de los hechos.

A diferencia de la información que se difundió en los medios capitalinos, portales noticiosos de Tartagal tales como www.nortedelbermejo.com, www.tartagalnoticias.com.ar o www.viedotarnoticias.com dan cuenta de que la muerte de Evangelina Pisco se pudo evitar. En ese sentido la antropóloga y periodista Marta Juárez publicó que la muerte se produjo por “la desidia y la indiferencia ante los ciudadanos de barrios periféricos de Tartagal por parte de la sociedad anónima Aguas del Norte y la apatía del Ente Regulador, por no controlar las condiciones del servicio”. También señaló que “el desprecio de la condición humana de los pobres es la norma en empresas que tienen por fin el lucro y para nada reconocen la dignidad de las personas”.

Por su parte, el padre de la fallecida Evangelina Pisco expresó: «Hay periodistas a los que voy a agradecer, hay periodistas que no merecen ser agradecidos porque son los que mas lastimaron a nuestra familia, a la madre en especial porque cada noticia que ellos daban, no sé qué inventos decían…”.

Qué tan salvaje se puede ser a la hora de proteger intereses económicos? Cuánta barbarie exhiben aquellos que desde un medio de difusión embarran la cancha al opinar que la chica estaba borracha o drogada. Total, “esos indios de mierda siempre mienten” se escuchó decir dentro de la redacción del tradicional diario salteño, mientras operaban para salvar el buen nombre de uno de sus principales auspiciantes.

Después de desparramar pescado podrido a diestra y siniestra, los buenos empleados del matutino se encargaron de transcribir los testimonios de las torturas que habían debido soportar los cuatro detenidos en la Brigada de Investigaciones de Tartagal, por expreso pedido de sus dueños, que necesitaban un chivo expiatorio con urgencia. Ahora, los malos son los policías.

Aborígenes indefensos

Las personas imputadas por el falso crimen (tres mujeres, dos de ellas menores de edad, y un hombre adulto) no sólo fueron torturadas durante cinco días, como en los peores años de la dictadura militar; es decir, con los mismos métodos y con la intención de lograr una declaración acorde a lo que se necesitaba escuchar. Según informó el cacique wichí Indalecio Calermo, una de las mujeres perdió su embarazo a raíz de los tormentos que sufrió dentro de la Brigada de Investigaciones.

Para colmo de males, los acusados estuvieron incomunicados con sus familiares y sin derecho a contar con un abogado que actuara en su defensa. A falta de dinero para pagar uno, lo lógico hubiera sido que el Ministerio Público o el Instituto Provincial de Pueblos Indígenas (IPIS) les proveyeran letrados en forma gratuita. Llamativamente esto no ocurrió durante el período que duró la detención.

El relato del cacique

“Tomé intervención en el caso a los dos días de haber ocurrido la desaparición de la chica”, comenzó narrando el cacique wichí Indalecio Calermo, al término de una reunión con funcionarios provinciales en la que se determinó, en primera instancia, el apartamiento de dos jefes policiales. “Las versiones que circulaban en los medios casi provocan un enfrentamiento entre chorotes y wichís”, afirmó el dirigente aborigen, quien remarcó que “el diario El Tribuno se prestó a una versión falsa”.

Luego de interceder entre las dos etnias vecinas, Calermo solicitó al juez hablar en wichí “con la chica más afectada, (María Eugenia) Aramayo, quien había declarado que le había cortado la cabeza a la amiga”. “Ahí me entero que Evangelina estaba dentro del pozo, le informo al juez y le pido trabajar en la búsqueda”.

Según Calermo, la hipótesis de que la adolescente había caído por la boca de cloacas se había descartado puertas adentro del juzgado porque “desde Aguas del Norte le dijeron al juez que por ese hueco no entraba un cuerpo” y también porque “la policía lo informó mal”.

Viendo cómo se estaban desarrollando los hechos, el cacique le comunicó al magistrado que, como autoridad, iba a convocar a personas de la comunidad para entrar por el tubo a buscar a la chica. “Recién ahí él (el juez) ordenó que se usara un camión hidrante con el que lograron sacar el cuerpo que estaba atascado”, subrayó.

“Debe haber muchos inocentes en la cárcel de Tartagal”

“Si yo no hubiera intervenido, no hubiesen buscado dentro del pozo y la gente inocente seguiría presa”, afirmó indignado Indalecio Calermo. Recordó también otros episodios en los que estuvieron involucradas personas indígenas y expresó: “La justicia no nos tiene en cuenta, lo que me lleva a pensar que hay muchos inocentes en la cárcel de Tartagal”. “Lo que pasa es que en la Argentina los aborígenes estamos pero no vivimos. No tenemos los mismos derechos, no se cumple con la Constitución Nacional ni con la Provincial.”
“Nunca nos dieron pelota, nunca nos dieron justicia. Lo que no tuvieron en cuenta es que las cosas cambiaron, que ya no nos llevan de narices a votar”.

Luego de la entrevista con el cacique termino abatida. La muerte de Evangelina me deja la amarga sensación de que en Salta el Estado de Derecho es una mentira que me vendieron en la clase de cívica. Ya lo decía José Hernández en el Martín Fierro:

Versión oficial

La gerente de Relaciones Institucionales de la empresa Aguas del Norte, Laura Terán, hizo declaraciones públicas en las que deslindó todo tipo de responsabilidad de la firma en relación al accidente sufrido por la joven chorote, Evangelina Pisco, quien cayó a un pozo cloacal sin tapa y falleció ahogada. “La tapa estaba al lado de la boca por la que cayó la chica. Alguien la sacó; no personal de Aguas del Norte”, explicó.

Terán dijo que estas aberturas pueden ser violadas con facilidad ya que las estructuras que las cubren no tienen llave ni seguro y hay una en cada cuadra”.

– Foto: Tartagaltv

– Notas relacionadas:

Evangelina Pisco: homicidio inventado, chivos expiatorios y desinformación

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