Cuidar el medio ambiente, no son sólo palabras, son hechos concretos, unir gente, manifestarse, peticionar y sobre todas las cosas, denunciar al depredador, exponerlo al antisocial y molestar al político para que tenga más compromiso con la “Madre Tierra”.
Celebrar se considera un gran acontecimiento, algo destacable que no debe ni puede pasar desapercibido, marcando el momento y dejando huellas para el buen recuerdo, es decir, es algo notable.
Mezclar los ambientalistas con los pescadores deportivos, es como querer mezclar el agua y el aceite, sin embargo cualquier estrategia sirve para juntar voluntades y defender el medio ambiente.
Los milagros existen, eso se viene demostrando desde épocas antiquísimas. En Caná, Jesús comienza sus milagros y sus signos eficaces para la salvación de todos los hombres.
Hace un año atrás todos los argentinos sentíamos que nuestro corazón explotaba, la sorpresa, por sobre todas las cosas, alegría y llanto, fue el cóctel que nos embriagó y nos llevó a pensar un poco más en la palabra “esperanza”.
Sabemos que este flagelo está causado por el virus Hanta, que lo portan los ratones colilargas, especie que vive en el campo, y lo transmiten a las personas mediante su orina o materia fecal y hasta por inhalación