El mundo “políticamente correcto” no sale de su asombro ante el triunfo de Donald Trump, la bestia burguesa tan parecida a un fascista que ha sido electo como presidente de EEUU.
Pasando mediados del segundo decenio del siglo 21, quienes habitamos este suelo llamado Argentina vivimos un tiempo aciago, en un mundo tremendamente desigual y en un país subdesarrollado que no puede escapar de la corriente global de inequidad sin salirse de los cánones dispuestos por esa globalización, como nadie puede de otra manera.
El más evidente y acabado representante del interés empresarial del gobierno de las empresas, J.J. Aranguren, fue a dar explicaciones a un plenario de comisiones (Presupuesto y Hacienda, Energía y Combustibles, Obras Públicas y Defensa de la Competencia) de la Cámara de Diputados, por el bestial tarifazo que diseña él junto con el presidente Macri para desgracia de todos los habitantes de este bendito suelo. Una farsa a todas luces, que revuelve las tripas y provoca vergüenza por el país y la dirigencia que hemos sabido conseguir como pueblo.
El juez Martínez di Giorgi ordenó la detención de Hebe de Bonafini. En el país donde Menem, Cavallo, De La Rúa y otros impresentables están libres y gozan de sus fortunas de oscuro origen, un magistrado del Estado Burgués se atreve a poner la maquinaria represiva al servicio de atropellar a una Madre de Plaza de Mayo.
Más allá de la extraordinaria convocatoria popular que genera el repudio al Golpe Genocida perpetrado el 24 de marzo del 76, más allá del aborrecimiento a los militares asesinos que dirigieron aquel horror, más allá de la cárcel a los principales responsables uniformados, más allá del resentimiento que tiene la gran mayoría del pueblo por todo aquel que porte un uniforme (efecto cultural de aquél proceso), el objetivo para el cual se dio el golpe ha triunfado nítidamente en la sociedad argentina.
Anda dando vueltas un fantasma en Argentina. No, justamente, el que recorría Europa en el siglo 19: ese es otro, bueno y necesario. El que da vueltas en estos suelos es uno que instaló la Dictadura Genocida como instrumento del imperialismo financiero. Del imperialismo a secas, bah. Agregarle el término “financiero” en estos tiempos es una verdadera redundancia.
Qué fáciles de entender las relaciones humanas cuando se comprende que hay que mirarlas desde una perspectiva de clase y la defensa de los intereses de cada una.
La consecuencia de los 12 años K, es Macri presidente. El kirchnerismo se va dejando todas las riquezas estratégicas del país en manos extranjeras y después de haber pagado una "deuda" que nunca debimos por 200mil millones de dólares (desconociendo el fallo del juez Ballesteros del año 2000 que la declaró ilegal, ilegítima y fraudulenta), dejando una deuda igual o mayor, pero esta vez legitimada.
Después de 12 años de gobierno kirchnerista, la realidad ha desembocado para el pueblo argentino en la disyuntiva de tener que elegir entre dos opciones de la derecha para presidir el país los próximo 4 años.