El martes pasado, en otra de sus acostumbradas cadenas nacionales para hacer campaña y mostrar que hace obras que se debieron hacer hace 12 años, la presidenta Cristina Kirchner dio otro paso en su enfrentamiento con la clase trabajadora. Visiblementente afectada por el contundente paro convocado por las centrales obreras, no tuvo empacho en declamar “Me da vergüenza que el 10% que paga ganancias impida ir a trabajar al otro 90%”.
Así que ahora, el ministro de economía nada menos, Axel Kicillof, no sabe cuántos pobres hay en la Argentina. Lo dijo con total desparpajo, sin que se le cayera la cara de vergüenza. Claro, es un atributo que el arrogante funcionario no detenta. El tipo que maneja la economía del país, que debe tener a su disposición todas las estadísticas económicas y sociales para poder llevar a cabo su tarea, no sabe cuántos son los seres humanos a los que su función fundamental debe ser solucionarles sus necesidades insatisfechas y sacarlos de la pobreza.
“No le dejo un país cómodo para los dirigentes: dejo un país cómodo para el pueblo” -dijo CFK ante la Asamblea Legislativa. Después de 12 años de gobierno kirchnerista, el 90% de los asalariados gana por debajo de la Canasta Familiar, y el 70% de los jubilados, la tercera parte. No parece una realidad muy cómoda que digamos para ellos
El gobierno kirchnerista vive su crisis más grave después del levantamiento de la patronal agraria en 2008: la dudosa muerte de quien se atrevió a acusar a la presidente CFK de urdir un plan para absolver a Irán de su supuesta responsabilidad en los atentados contra la comunidad judía, perpetrados en el país en la década del 90, inculpando con pruebas plantadas a células fascistas locales.
Irracional y criminal ataque a la revista Charlie Hebdo jamás puede ser defendido por personas cuyo principal valor sea la vida humana. Que fanáticos religiosos, sean del credo que sean, asesinen a quienes según ellos se "burlen" de su fe, debe ser repudiado sin más.
La globalización imperialista avanza, soberbia, impiadosa, incesante, derribando todas las barreras. Una de las últimas que quedaba, resistiendo heroicamente, como ejemplo para las futuras generaciones, era la Cuba de Fidel y el Che.
Ayer la presidenta CFK utilizó la cadena nacional para "compartir con el pueblo" su alegría por haber enviado al espacio "el primer satélite argentino"... que no era el primero. En los 90 se lanzaron varios, con distinta suerte y repercusión. Algunos, como el Nahuel I, de capitales privados. Otros, como el Víctor I, construído totalmente en Córdoba.
A todas las tergiversaciones a las que ha sometido el kirchnerismo al concepto de “liberación nacional y social", ahora le está agregando una especie de "vanguardización de la resignación" a nivel mundial.
Qué época lamentable estamos viviendo en este suelo, con esta corriente de pensamiento tan mediocre, incoherente y entreguista al frente del destino del pueblo.
El otro día fuiste a Rosario y a la Embajada yanqui a gritar "Patria sí, buitres no", y CFK te soltó la mano asegurando que a los buitres les iba a pagar sí o sí, rogándole al juez del Imperio - Griesa- que le diera las condiciones para poder hacerlo.