Han retornado últimamente algunas voces que hablan de la necesidad de olvidar el pasado penoso y frenar los juicios a los represores integrantes de la última dictadura militar, con el fin de lograr, según sus relatos, una supuesta reconciliación y armonía entre los argentinos.
La expresión aguda y directa, delicadamente bella en su despojamiento, otorga a este poemario la potente calidad de la certeza, certeza que el poeta atisba luego de raspar una y otra vez las palabras y luego de entrever lo que queda en el delicado velo.
Los funcionarios públicos, los políticos, los intendentes, los educadores, continúan creyendo que el incumplimiento de las reglas de tránsito se debe a una falta de educación vial.
La persistencia de las situaciones de privilegio a través de los años, hace que quienes gozan de esas situaciones terminen evaluándolas subjetivamente como algo natural y lógico, como si ese estado de cosas perteneciera a un orden universal definitivamente establecido y justo.
Concluida la guerra, la actividad Otpor, lejos de desaparecer, se incrementa y su método se exporta desde los movimientos juveniles no violentos de Yugoslavia, a otras latitudes, aunque bajo signos ideológicos diferentes y con otros fines menos nobles que los de derrocar al tirano Milosevic
Se observa hoy en la Argentina y especialmente en provincias como Salta, un marcado deterioro educativo que comenzó, o se agudizó, a partir de la última dictadura militar y que tuvo su punto más alto durante el período menemista y se propagó en los gobiernos posteriores.
En la calurosa noche de sábado 27 de noviembre, fue dable observar en Salta un inesperado fenómeno de masas. Varias cuadras de filas y apretujamientos para ingresar, como sea, al teatro Provincial para ver el espectáculo de Alejandro Dolina.
¿Cómo se explica que un sector de la clase media salga a festejar la muerte de Néstor Kirchner? Una clase media que fue precisamente beneficiada por los dos gobiernos kirchneristas.
