“Nos dejaron una provincia quebrada” fueron las palabras que eligió la gobernadora Alicia Kirchner para definir la grave situación económica y social por la que atraviesa Santa Cruz y cargar culpas contra Macri en primer lugar, y luego a los gobernadores que la precedieron: ¿a quiénes se refería?
En estas semanas de movilizaciones intensas opositoras en las principales ciudades, llamó la atención la aparición de un nuevo movimiento político ultraizquierdista autodenominado “Resistencia Popular”. Sus integrantes se identifican con una estrella roja sobre banderas celestes o con una bandera roja con una estrella amarilla (la clásica de los partidos marxistas-leninistas). Pero además llevan un nombre como emblema: ANA MARIA VILLARREAL
Tal como lo habíamos convenido días antes, en las primeras horas de la tarde del sábado 1 de Abril me encontré con Jorge, un porteño ex compañero de trabajo y gran amigo, en una confitería de la zona del Abasto. Luego de un café y de una jugosa charla recordando viejos tiempos, nos subimos a un colectivo para ir a la concentración.
Un habitante cualquiera de la ciudad de Buenos Aires y alrededores –laburante o estudiante, o las dos cosas- se levanta a la mañana, desayuna, se viste y sale de su casa para ir a trabajar o estudiar.
En abril de 1961 hacía más de dos años que las tropas rebeldes comandadas por Fidel Castro Ruz habían entrado en la ciudad de La Habana, expulsado al dictador Fulgencio Batista y puesto en marcha una Revolución que se proponía construir un país más justo y libre.
En junio de 2015 la médica tartagalense Adelaida Terán irrumpió en una conferencia de prensa del Chaqueño Palavecino para denunciar los graves problemas por los que atravesaba (que atraviesa todavía) el Hospital Presidente Perón de esa ciudad, entre ellos la carencia de insumos esenciales como gasas, jeringas y ropa de cama, así como la falta de médicos de diversas especialidades.
El sistema educativo argentino está en el peor momento de su historia, lo sabemos todos los habitantes de este país, incluso aquellos que niegan esta realidad: la calidad de la enseñanza en la mayoría de las escuelas públicas y privadas se ha deteriorado enormemente en los últimos veinte años, y ha afectado particularmente a los niños y jóvenes más pobres.
Días pasados, en el micro estadio de Atlanta (en la ciudad de Buenos Aires), la ex presidente habló en un acto armado para ella por los radicales kirchneristas, una pequeña fracción escindida del histórico partido político de Alem e Irigoyen.
En junio del 2015 la ex presidente Cristina Kirchner, hablando ante la asamblea de la FAO (el organismo de las Naciones Unidas para la alimentación) dijo, sin ponerse colorada, que los pobres en la Argentina a ese momento representaban menos del 5% de la población. Cualquiera que caminaba las provincias del norte argentino –sobre todo el interior de esas provincias- o el conurbano bonaerense, en especial el Partido de La Matanza, se daba cuenta de la enorme mentira que la Presidente le estaba tirando al mundo.
El Ministro de Energía habla de un aumento del 400% máximo, que aún así apenas cubriría los costos. El problema, otra vez, es que a todos, acostumbrados durante años a una boleta bimestral más barata que el abono del teléfono celular que usan nuestros hijos, nos parece demasiado.