El maestro Javier Anderlini, uno de los mejores instrumentistas de la Orquesta Sinfónica de Salta, si no el mejor, ha dado una nueva demostración de sus innegables condiciones técnico-musicales. Su repertorio transitó por la inspiración de Ravel, la Viena bethoveniana y el pianismo de Chopin.
Un director invitado siempre mueve, cuando menos, a la curiosidad, a la inquietud de ver cómo se desenvuelve, qué puede dejar a nuestra orquesta, cuán diferente puede ser con el titular desde lo técnico pues desde el modo de relación entre conductor y dirigidos ya es sabido: el actual no despierta precisamente, la alegría de hacer música, de convertir el sonido en arte.
En otras oportunidades he hablado de este proyecto social, cultural y educativo que representa la creación de esta orquesta infanto-juvenil que hoy esta dividida en dos, denominadas respectivamente “Haydn” y “Mozart”.
La escuela de música Zoltan Kodaly de Maracaibo era un pandemonium. En el ingreso estaban los sonidos de violines, violonchelos, pianos, flautas, etc. que surgían de sus aulas en el marco de la sección académica del IX Festival y Academia del Nuevo Mundo.
(Segunda nota). Mientras más de un centenar de alumnos están en una tarea que no se acaba nunca, aprender, sus maestros ensayan diariamente y preparan sus conciertos de la noche, por lo general con aforos superiores al 70%. Yo diría que la organización del Festival es un mecanismo bastante bien aceitado en el cual profesores, alumnos y conferencistas (me encuentro entre ellos) tienen todo lo que piden.
El pasado 15 de agosto en la antigua sala del Teatro Baralt en Maracaibo (Venezuela), el notable violinista Simón Gollo de apenas 28 años de edad, con sus cargos de fundador y director artístico, inauguró el IX Festival y Academia del Nuevo Mundo. Su discurso tuvo conceptos profundos y emotivos pero dijo algo que sería bueno extenderlo a todo el orbe: "El FANM es un medio más para mejorar la calidad de vida de los venezolanos".
Un concierto donde hubo aspectos destacables pero uno que sobresalió ante los demás: la sencillez del maestro, de un conductor que se siente cómodo en el lapso prerromántico hasta el posromanticismo y que además logra excelentes resultados con su natural afabilidad creando un clima de energía positiva con sus dirigidos.
Es el primer trabajo realizado por el maestro Petipa, entrado en años, con ese notable compositor musical que fue Chaikovsky. Ambos tomaron el cuento de Charles Perrault, funcionario y cortesano del Rey Sol Luis XIV escrito en pleno siglo XVII.
Una orquesta juvenil de integrantes de entre 18 a 25 años, nunca será igual que la Filarmónica de Berlín más allá de quien dirija. También en este aspecto hay notorias diferencias. No es lo mismo un conductor como Sir Simon Rattle que un joven que está haciendo sus primeras experiencias en este campo.
Ese tomar de la mano, ese mirar a los ojos de los visitantes, esa sonrisa emocionada del receptor del canto, hizo aparecer lágrimas en muchos ojos de los artistas y en muchos ojos del público que colmaba la Iglesia de San Alfonso.