Mora es un conductor sobrio, tranquilo, seguro de su visión musical. Indica con precisión y busca permanentemente la mejor manera de presentar el tempo elegido.
He visto varias veces esta ópera, en el país y en el extranjero. Es la primera vez que la veo en una versión a mitad de camino entre versión de concierto y ópera escenografiada como corresponde. Noam Zur que cuidó hasta el mínimo detalle lo que sucedía a sus espaldas con irreprochable conocimiento. El coro de adultos magníficamente preparado por Luciano Garay.
Siempre tuve la sensación que a partir de la muy interpretada sinfonía nº 29, Mozart cambió su modo de escribir sinfonías. La nº 30 de poco uso interpretativo ya es una muestra de lo que seguiría después.
La labor de Santiago Clemenz, guía de las flautas en la orquesta sinfónica local fue impecable desde donde se la mire. La última sinfonía del músico de Hamburgo, Johannes Brahms, fue el plato fuerte de la noche. El maestro Miceli, es un joven director que ha dejado de ser una promesa. Es una realidad que enriquece al país.
Cerró la primera parte, llena de estrenos locales, los diez minutos dedicados a la sección de percusión de la OSS con pentagramas escritos por el percusionista hawaiano Matthew Cadirao. La segunda parte estuvo dedicada a las expresiones nacionalistas del checo D’Vorak con dos serenatas, una con dos solistas: violonchelo y contrabajo.
En lo personal y por momentos me creí estar en el Blue Note del 131 oeste de la tercera calle de New York, el legendario lugar donde se escuchan las notas de extraordinarios intérpretes o en las arenas de Punta Cana en República Dominicana, o en La Fusa...
En lo personal, cumplí junto a músicos y oyentes un minuto de silencio en memoria de Domingo Garreffa. El concierto de esta noche, agrega otro jalón en el programa musical planeado por el maestro Zur para nuestras tierras.
Presentación del Mozarteum Argentino Filial Salta y Cuarto concierto del ciclo Haydn. Estrenos para Salta. Soporte económico de la Embajada de Israel en Argentina, Mozarteum Filial Salta y Ministerio de Cultura, Turismo y Deporte de Salta.
Ralph Votapek vino cinco veces a Salta desde 1984. Todo comenzó con dos breves sonatas del italiano Domenico Scarlatti. La segunda parte abrió con la delicadeza de la música del francés Debussy. Siguió el irrepetible George Gershwin.
El pulso rossiniano es difícil de lograr como también lo es la búsqueda de un equilibrio sonoro que destaque el especial color de una Italia vital (...) El maestro Calderón, es eso precisamente, un maestro. Alabó a la orquesta local lo cual es un halago viniendo de semejante figura.