La época es que no se tolera la mentira y el incumplimiento, sobradamente vivida en las campañas anteriores que limpiaban sus palabras con grosera liviandad.
Los recurrentes ataques a la Presidenta, hoy, toman la configuración del reflejo condicionado, que actúa como una conducta reactiva contra su persona, pero exentas de una solidez argumentativa que pudiera justificar la regularidad de las mismas.