La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó la demanda de inconstitucionalidad de la Ley 26.639. Régimen de Presupuestos Mínimos para la Preservación de los Glaciares y del Ambiente Periglacial sancionada el 30 de septiembre de 2010, planteada por las empresas mineras Barrick Exploraciones Argentinas SA., y Exploraciones Mineras Argentinas S.A., concesionarias del emprendimiento binacional Pascua Lama.
Los principales problemas ambientales que están extinguiendo y degradando la biodiversidad del planeta son los fenómenos del calentamiento global y el cambio climático.
Hace 25 años entró en vigor de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), pero su accionar parece no haber alcanzado para abordar la disminución de gases efecto invernadero y mejorar el calentamiento global
Nuestro planeta afronta retos sin precedentes en relación con el medio ambiente y el clima que conjuntamente constituyen una amenaza para nuestro bienestar. Para conseguir la sostenibilidad a largo plazo, hemos de abordar el medio ambiente, el clima, la economía y la sociedad como partes inseparables de una misma entidad.
La buena noticia es que hay bastante gente que quiere salvar los bosques. La mala noticia es que salvarlos no sera fácil. Esto requiere el esfuerzo de mucha gente trabajando en conjunto para asegurar que los bosques y su vida silvestre logre sobrevivir y pueda ser vista por nuestros hijos y tus nietos.
Desde la sanción de la Ley de Bosques hasta ahora, cerca de 1.000.000 de hectáreas fueron ilegalmente deforestadas en Argentina debido a “la falta de coordinación entre los distintos niveles del Estado, la debilidad regulatoria y la corrupción institucional”. Un informe del geógrafo Sebastián Gómez Lende indica que el Estado incumplió sistemáticamente la normativa.
El ser humano es el responsable de las plagas porque desestabiliza los ecosistemas naturales por tomar soluciones drásticas reduciendo las poblaciones de especies animales silvestres aduciendo que son “plaga” a través de la caza, y el error se paga caro.
Tenía dientes de hasta 36 centímetros de largo, los más grandes que se conozcan para un vertebrado, y se alimentaba de ballenas. En aquella época, este “Moby-Dick” competía contra otro monstruo depredador de los mares: el megalodon, ese tiburón gigante que superaba los 18 metros de largo y en el que está inspirada la famosa película de Spielberg.