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domingo, noviembre 24, 2024

Daniel Aráoz Tapia, una dicha intraductible en diálogo con licencia

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Dicha sin Culpa, puesta poética a cargo de Daniel Aráoz Tapia, junto al acompañamiento musical del cantautor Matías Manzur, se representará este fin de semana en las provincias de Jujuy y Salta. Las citas serán el viernes a las 22.00 en la sala Raúl Galán del jujeño teatro Mitre, y el sábado, también a las 22.00, en El Atico (Salta) en el marco del ciclo Abril Cultural.

El espectáculo «Dicha sin culpa», estrenado el año pasado con muy buena aceptación del público en el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán, está integrado por textos del propio Aráoz, a los que se suma una larga lista de ilustres plumas como Miguel Hernández, Federico García Lorca, Lope de Vega, Jorge Luis Borges, Andrés Eloy Blanco, Pablo Neruda, Roque Dalton y Horacio Rega Molina, entre otros.
Los poemas se suceden en bloques temáticos, donde se alternan la lírica culta, el humor, la poesía mística, el lunfardo, el romancero andaluz, la poesía negra y los sonetos.

La selección de canciones incluye composiciones de Charly García, Jorge Fandermole, Adrián Abonizio, Joaquín Sabina, Frank Delgado y el propio Manzur.

Después de su estreno en el MUNT, Dicha sin Culpa hizo pie en la Biblioteca La Randa de Yerba Buena, en el Centro Cultural Rojas, de Aguilares, en el Museo del Colegio Santa Catalina, y también en la Biblioteca Provincial 9 de Julio, de Santiago del Estero.

Con Dany Aráoz Tapia, dialogamos en exclusiva:

¿Cómo nació Dicha sin culpa?

Por una necesidad muy personal de unir dos amores de mi vida: el teatro y la poesía. Estoy convencido de que la poesía se merece un recital propio, no como un complemento o «adorno» de un recital de música. Ahora bien, las reuniones de poesía «leída», cafés literarios y otras variantes suelen ser poco convocantes, tal vez por elitistas, tal vez por aburridas, o tal vez por ambas cosas. Yo elegí un camino de «poner a la poesía en escena», es decir, plantearla como un espectáculo.

¿Cuáles son las temáticas que se subrayan en este espectáculo y cuál es la estética?

Los temas que sobrevuelan desde siempre nuestra «cultura», nuestra educación y crianza: se habla de la infancia, de la nostalgia, de la fe, del agnosticismo, del amor, del erotismo, de los juegos, del humor, de la contracultura, de la belleza, de los niños que trabajan y, metalinguístico al fin (es mi pasión), de la palabra y la poesía mismas.

En cuanto a la estética, el espectáculo bordea los códigos del teatro de cámara, del stand up, del recital intimista… Es relativamente inclasificable y, como el doble sentido de la palabra Dicha, intraductible. No queda más remedio que tomar el riesgo de verlo en vivo.

¿Qué repercusión tiene en Tucumán, capital de la cultura en el NOA?

Ha sido muy bien recibido por el público, en cada una de sus presentaciones: no hablo de masividad, por ahora, sino de un cálido y creciente apoyo. En la prensa, con desigualdades, como suele ocurrir, también ha aparecido una mirada de sorpresa y aprobación. Hemos generado interés de audiencias tan variadas como bibliotecas populares, organizaciones sociales, fundaciones, instituciones educativas y comunidades religiosas. Incluso fuimos a Santiago del Estero, donde nos presentamos en la Biblioteca Provincial 9 de Julio, contratados por la Subsecretaría de Cultura de esa provincia. Ahora estamos ante la posibilidad de participar en el Mayo de las Letras, un ciclo anual que organiza el Ente Cultural de Tucumán. De todos modos, mi experiencia como artista independiente indica que, hablando en general, el Estado tarda bastante en interesarse en propuestas como ésta. ¡Dios quiera que esa morosidad se revierta… y lo dice un no creyente!

Dany: comentáme acerca de tu concepción sobre el arte

Soy doblemente utópico en mi concepción: creo en el arte como utopía liberadora y como medio de vida. Lo primero tiene que ver con la creación propiamente dicha, mientras que lo segundo implica la dignificación y legitimización de la praxis creativa como una actividad social útil (y hablo de utilidad ante todo para el propio artista, en el sentido de que pueda vivir de su actividad). En cuanto a mi postura, soy libertario a la manera de Bréton en el Manifiesto surrealista, que proclamaba «toda licencia en arte». No admito censuras en el nombre de nada ni nadie.

¿Es la poesía un género en extinción, un género minoritario, un vuelo de escritores arriesgados, una tarea díficil u hoy más que nunca una necesidad de expresón a través de las letras?

Para mí la poesía es un derecho humano, y no solamente el oficio de los poetas. En este último aspecto será minoritario, porque es un oficio de una minoría de la sociedad, como el de jugador de fútbol, el de agricultor o el de maestro de grado. Eso sí, ojalá podamos hablar de una inmensa minoría, en la medida en que más gente tenga las posibilidades materiales para desarrollarse en la escritura. En cuanto a la poesia como derecho humano, creo que es algo a lo que todos debemos tener acceso. Por eso mi Dicha sin Culpa busca no sólo atraer al público «iniciado», sino más bien llegar a todos, especialmente a aquellos que no «consumen» poesía habitualmente. Y que han descubierto que pueden disfrutarla, como lo viví función a función.

¿Cómo comenzaste a trabajar con el cantautor Mátías?

jpg_dicha_sin_culpa_5.jpgPorque se dio un feliz encuentro entre ambos. Cuando lo concebí, el recital requería de uno o más músicos para «dialogar» con mis textos. Cuando empecé a producirlo, Matías se mostró interesado y plenamente identificado con la propuesta. Su voz deliciosa y su integridad como artista me convencieron de que sería mi socio en esto. Afortunadamente, el público ha aplaudido la combinación que logramos.

¿Por qué elegís Salta como depositaria de tu espectáculo?

Salta para mí es mucho más que «la linda» del slogan turístico. No sólo me deslumbra el cerro San Bernardo, cada vez que llego. Es también «la honda», la que tiene una historia y una dimensión profunda de Manueles Castillas y otros seres semejantes. La que tiene contradicciones de realismo mágico, como las tiene también Tucumán y todo nuestro continente. Es la de Ana Gloria Moya y su María Kumbá (¿quién creó a quién?), a quienes conocí por mi trabajo de producción en Cosa’e Negros. Además estoy resuelto a llevar este espectáculo por todo el norte, y no sólo por sus capitales. Me gustaría ir a los municipios, a escuelas, bibliotecas y teatros del llamado «interior». Y por supuesto, volver una y otra vez a esta ciudad. Espero que los gestores de cultura quieran reincidir con nosotros.

¿Cuáles son tus expectativas con el público salteño?

Que nos permitan volver en julio, por ejemplo. Tengo confianza en el «producto» artístico que traemos y en el público local, más aun en este clima de múltiples propuestas culturales que tiene Salta en abril. Cuando nos plantamos en el escenario, Matías y yo estamos, como dice la canción de Charly García, «hablando a tu corazón» (no por nada incluimos música de él y de otros artistas que llevamos tatuados en el alma). Por eso creo que este viaje es sólo un comienzo. En lo personal, hay amigos que desde hace tiempo quería reencontrar, y ahora lo lograré con el lírico pretexto de este recital.

¿Cómo definirías tu rol dentro de la sociedad, como poeta?

Sé que soy, por mi oficio y mi formación, un usuario privilegiado de las palabras. Y así como tengo la necesidad de usarlas con pasión y libertad en mi arte, sin censuras, también tengo la responsabilidad de usarlas con solidaridad y respeto, en mi vida pública como ciudadano. El poder político a menudo se apropia de las palabras, las vacía y las reconvierte, las estatiza cuando quiere y las privatiza en favor de sus amigos, tal como puede hacerlo con los teléfonos, la educación o los trenes. Insisto, para mí la poesía es un derecho humano, entonces en esa defensa soy una especie de activista suprapartidario.

¿La cultura está en crecimiento desde lo político o se sostiene gracias a los artistas y al público?

jpg_dicha_sin_culpa_4.jpgLa cultura es algo tan inasible y abstracto que no entra en las Secretarías del ramo, como sostiene Dolina. En un sentido crece, porque desde el poder político se invierte en ella, sin duda (podemos y debemos discutir en qué segmento de ella). Nos guste o no, cultura es también (en mi opinión) la televisión pasatista y el fútbol mafioso e hiperesponsoreado (y aclaro que me encanta el fútbol). Decir que el Estado desatiende la cultura sería una simplificación y, en última instancia, una falsedad. El problema es más profundo: hay que mirar qué tipo de cultura se está apoyando y construyendo… y, como siempre, la pregunta es al servicio de quiénes. Yo observo que al lado de prácticas como el clientelismo político, se ha desarrollado una cooptación de la cultura y una «cultura de la cooptación»: para los teatristas, músicos, escritores, plásticos, comunicadores, etc. aparece como casi la única alternativa de desarrollo sustentable su integración al estado y sus organismos de gestión relacionados. Y eso, se sabe, tiene ventajas pero al mismo tiempo implica un condicionamiento del que cuesta escapar.

Contáme acerca de otras producciones literarias y de tu gran compromiso con la cultura

Escribo desde la adolescencia, período en el que también «descubrí» el teatro. Eso me ha dado un cierto oficio. No soy un autor prolífico, sino más bien irregular y poco disciplinado. De todos modos, Dicha sin Culpa es la cabecera de playa de un desembarco masivo de la poesía en escena, ya que estoy preparando otros dos espectáculos teatrales de la misma calaña. En cuanto al compromiso, creo que soy uno más entre mucha gente que está resistiendo, con dispar fortuna, a la mediocridad y la alienación. A pesar de todas las derrotas y retrocesos, creo que somos muchos los hijos bastardos de la posmodernidad, que aún hablamos de nociones «demodées» como compromiso o cambio social.

¿Hay grandes olvidos en las letras o grandes olvidados?

Seguramente los hay, y temo que los seguirá habiendo, aunque mi educación fragmentaria no ha de ser la que vaya a subsanar esos olvidos. Es la sociedad la que debe cuidar la memoria de sus muertos luminosos y la respiración de sus marginados en vida. Yo no puedo hacer mucha justicia con ellos, pero en Dicha sin Culpa me permití rescatar un bello poema erótico de Roque Dalton, el salvadoreño que se repartió, como tantos, entre la militancia revolucionaria y la poesía.

Y un soneto rantifuso y chispeante, llamado «Soneto en alpargatas», de Alcides Gandolfi Herrero, quien se ríe con sorna arrabalera del mismísimo Lope de Vega ( a quien admiro y de quien incluyo, en brutal contraste, un soneto místico…). Y traigo al final, a puro zarandeo de caderas, la poesía negra de Luis Palés Matos, que escribe en un español tan musical como atravesado de africanismos e imágenes caribeñas.

Si tuvieras en tus manos la posibilidad de hacer una antología, ¿quiénes estarían en ella?

Sería la más caprichosa y limitada de todas, por la más que limitada erudición del compilador (y lo digo en serio, no como falsa humildad ni demagogia). Tendría que ponerme a pensar mucho. ¿Te la puedo responder otro día? Para no escaparme, te diría que no dejaría afuera a Raúl Gustavo Aguirre, a Ester de Izaguirre ni al entrañable Rega Molina. No podría olvidarme de Roberto Themis Speroni, un fino poeta platense. Ni de las letras de Daniel Viglietti, un admirado hermano mayor. Ni de los Machados, ni de Requeni, ni de «Teuco Castilla», ni de Luis Franco. En fin…

¿Sos escritor por vocación, por decisón, por pasión o por oficio?

Me rige la pasión, me asiste el oficio, me sostiene la vocación. En cuanto a la decisión… yo siempre digo que escribo por encargo, aunque te suene excesivo. Escribo cuando hay necesidad, urgencia o reclamo: por eso hice periodismo y amo ese oficio. Pero soy muy crítico de la situación actual del periodismo argentino, al que veo revuelto en un penoso mix de mediocridad, pobreza estilística y orfandad cultural. No sólo no son independientes: también son malos. Caramba… hasta para montar operaciones de prensa o hacer lobby se requiere buena pluma, pero eso hoy escasea en la prensa. Pero volviendo a mi vocación, aclaro que lo de «escritor» me queda grande, ya que no tengo libros publicados. Sólo algunos poemas y notas periodísticas. Soy, más que nada, un merodeador de la poesía. Un actor que escribe, es decir un «actautor».

Finalmente: ¿qué necesitan los argentinos para entrar en la cultura popular y dejar de admirar lo extranjero?

Supongo que hablás de dejar de copiar modelos impuestos… Pero eso nada tiene que ver con la oposición local-extranjero, que no me parece válida. Yo admiro lo extranjero porque también es mío. En mi antología babelesca pondría poemas de Walt Whitman, sonetos de Baudelaire y canciones de Serrat en catalán. Y amo el tango, que nació tan extranjeramente africano y creció tan extranjeramente gringo. Y amo el rock, tan pasionalmente como al cine italiano o francés. Volviendo a la cultura popular, creo que hay que incluir, abarcar, dialogar… en vez de excluir, segmentar, uniformar. El desafío y la asignatura pendiente de esta sociedad es enterrar la intolerancia.

Nota relacionada:

http://www.salta21.com/spip.php?breve612&var_mode=calcul

Información sobre Dicha sin culpa y biografía de Dany Aráoz Tapia y Matías Manzur

1 COMENTARIO

  1. Daniel Aráoz Tapia, una dicha intraductible en diálogo con licencia
    muy buena entrevista,cuando se presentan de nuevo en Salta para verlos?

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