“Nos hubiéramos amado tanto” propone un diálogo adulto de cara a la verdad. La verdad siempre duele. Luis Caram, Melanie y Mel Nacul dirigidos por Hynes, dejan caer las máscaras en el momento preciso. Las miserias humanas pueden dar un vuelco sorprendente.
Podría anunciar a los lectores – posibles espectadores- que la obra es una historia de amor, y no faltaría a la verdad; podría decir que se trata de una mujer que tuvo que enfrentar la maternidad en un momento inapropiado; o que se trata de las frustraciones y los impedimentos que conllevan el matrimonio; incluso podría referirme concretamente a la homosexualidad; abordar lo conflictos adolescentes cuando hay ruptura de una pareja; lidiar con conflictos de una clase media que a falta de posibilidades en Argentina, ve en España la fuente de un incipiente futuro, más esperanzador y promisorio; y por qué no, hablar del hombre proveedor que se olvida de la familia en su lucha por la búsqueda de una mejor calidad de vida.
Conflictos humanos concretos del hombre de hoy. Pasajes cotidianos de un fragmento en la vida de César (Luis Caram), Silvia (Melanie Nacul) y Marcela (Mel Nacul), quienes sin embargo, van más lejos que el sólo esbozo de diversas temáticas que los contrarían, los asedian, los envuelven y hasta los transforman.
Nada en la obra, es predecible. Guardo de a pedazos en mi cabeza, las imágenes del naufragio de las miserias humanas: frivolidad, apariencia, desamor, maltrato, humillación, venganza, materialismo. La justificación plena de estas dimensiones precarias que nos trastornan a menudo, pueden caer siempre del lado de la mujer: aquí se equilibran porque como en la vida misma, nunca hay un solo culpable, sino dos, al menos…
Pero como el panorama de la obra no se rige por lo preestablecido- salvo por la estructura dramática-, se rompe de a poco la ingenua credulidad en la culpa. La culpa está en el pasado, vuelve al presente pero ya no puede ser suficiente sentirla para salvar tres vidas. Nada puede convencer frente a lo que se precipita. Entonces el humanismo es lo que resta, el As que devuelve un poco de oxígeno, eso que se llama fidelidad a uno mismo, acto de grandeza frente al otro: principios.
Una “mocosa malcriada”, Marcela, como la llama César al momento en que le arroja los libros, inicia la historia. Una mujer aparentemente frívola, Silvia, pretende vender hasta el último alfiler 
del estudio para irse con una amante menor que ella. Los reproches se suceden unos a otros, la cachetada de Silvia a César inunda de silencio la atmósfera. Los recuerdos y las viejas heridas reaparecen. Un nombre quiebra el presente: Alberto. Aparecen los celos y se develan crudas verdades. Esa mujer no era frívola, la adolescente no era lo que parecía; y César era mucho más de lo que tuvo que haber sido.
Impecable trabajo actoral de Luis Caram y Melanie Nacul, con el acompañamiento de Mel.
La dramaturgia de Hynes se instala en un teatro que pretende influir en el público y buscar la identificación. “Nos hubiéramos amado tanto” es la tercera obra de Hynes O´Connor que en años consecutivos fue distinguida en el “Concurso Regional de Dramaturgia del NOA, Bernardo Canal Feijóo”. En 2.003 “Cielo de Tambores” conquistó el Primer Premio por unanimidad del jurado. En 2.004 “Lamars” obtuvo la Primera Mención Especial y en 2.005, “Nos hubiéramos amado tanto” logró el Segundo Premio.
Los actores corrían el riesgo de internarse en una novela y de quedar atrapados en el melodrama, pero logran evadir tales supuestos y recrean una historia bellísima, fuerte, creíble.
Dos objeciones: las frases de tuteo, “no te pongas mal” y “no te preocupes”.
“Nos hubiéramos amado tanto” , representa la fusión entre el teatro salteño y el teatro tucumano. Caram está radicado en Salta, Melanie Nacul, además, conduce un programa llamado “Benditas tentaciones”, y también está viviendo aquí con su hija Mel. La directora y autora es tucumana. Arte para celebrar una feliz producción.
– Sobre el elenco y la obra:
El ser y el parecer como isotopías en la obra de Cristina Hynes O’Connor
Mas alla de tu opinion sobre el espectaculo, que por cierto agradezco mucho, me siento muy halagada por el nivel de tus palabra, Romina. Ya no es muy frecuente, en los «tiempos modernos» encontrarse con criticos observadores, agudos y con buen uso del lenguaje Realmente te agradezco mucho tus opiniones, pero sobre todo el nivel en el que te manejas.
Gracias.
Chriss
El ser y el parecer como isotopías en la obra de Cristina Hynes O’Connor
Veo que es un espectaculo mas que interesante y lamento no estar en este momento en Salta para asistir. Pero me confunde un pequeño parrafo, ese de «dos objeciones, las frases de tuteo» (???) Me deja desconcertado. Me podria aclarar que significa? Mil gracias.
Conozco, de Tucuman, impecables trabajos de Hynes O’Connor y de Melanie Nacul. No recuerdo a Caram, aunque evidentemente supe verlo en su juventud.
Atentamente
Estimado Ian
Me refería al uso del Tú en estas dos únicas frases de la obra. El aspecto lingüístico e incluso literario, están muy bien cuidados. No he realizado más que una observación. Es un detalle.