Hormonas: la belleza tiene la edad de la juventud

Con dirección de Ana María Parodi, Stress estrenó anoche “Hormonas” de Franklin Rodríguez en el Salón Auditórium. Tal y como anticipa el comentario sobre la escritura escénica, la dramaturgia de texto pone el acento en la interpretación de las actrices. Franklin no se inspiró demasiado pero el trabajo actoral condimenta esta comedia. Más funciones esta noche a las 21, 30 y mañana a las 20 hs.

Sinposis: La escritura escénica, pone el acento en la interpretación de las actrices, sus acciones y expresión para hacer evidente el sentido del texto dramático, que desde el humor, la sátira y el absurdo, descubre en los seres humanos de nuestro tiempo el afán obsesivo por perpetuar la juventud. De una manera muy amena y divertida, pone en tela de juicio la frivolidad de una cultura que se destaca el acento en el «parecer», olvidando los valores del «ser» y desechando todo aquello que recuerde la edad, el tiempo, y la vejez que ha dejado de ser símbolo de sabiduría y reverencia; para transformarse en un sinónimo de horror y decadencia, cuando no una cualidad vergonzante que se debe ocultar y maquillar.

Con un nivel actoral parejo, cuatro actrices del medio salteño encarnan a mujeres que por distintos motivos quieren cambiar. He aquí que descubren, luego de padecer ciertos sufrimientos que ocasiona la necesidad de ser bellas y jóvenes a través del bisturí, las lipo, los botox, el láser, etc., que el cambio tiene que ser interno. La satirización de estos padeceres ridiculizan al máximo lo que hacen ellas para verse diferentes, como tener una teta en la espalda.

Pero sí se puede subrayar el trabajo de dos actrices, a modo de rescatar ciertos matices de personajes que imprimen mayor vida a la actuación: Mary Gervino (Filomena) y Cristina Sánchez (Valeria). Gervino impone una presencia escénica indiscutible con un dote de “mujer fatal” de los años románticos; y Sánchez, acelera pasajes de humor con frases cotidianas que le dan frescura y aire a su interpretación en tanto que su cuerpo juega la clave de humor de la obra.

Mabel Miralpeix (Andrea), hace de la fea, un personaje rico cualitativamente. Comparando con otras actuaciones (en Sade , por ejemplo), esta se ha definido por su postura corporal y el trabajo con la voz; en tanto que Jaquelinne Minati (Aurelia), se desplaza segura y ambas, son convincentes.

El aporte de Susana Núñez con su creación escenográfica, termina de componer esta antesala en una clínica de belleza. Motivos coloridos para la presentación de un moblaje teatral, repercuten en el efecto visual del espectador.

Los signos de la puesta están bien cuidados y armonizados: música, peinados, vestuario, iluminación. Hubo un elemento que aportó bastante a la escenificación y que sugirió una especie de “caño” que, aunque puesto en un costado como perchero, participaba del centro por el desplazamiento de Cristina Sánchez sobre él. Enriquecía.

La dramaturgia del actor es lo que resignifica la obra ya que el texto dispara una comedia entretenida, estructuralmente sencilla y con un lenguaje llano. Si está pensada como un tema que afecta a las mujeres en la posmodernidad.

El nivel interpretativo y actoral está logrado, en cuanto al nivel de energía y ritmo se mantuvo al límite. Me parece un trabajo digno de elogio desde la dirección, con notable crecimiento después de Luna gitana , la última obra dirigida por Parodi.

Es de destacar la participación como asistente de Silvia Atrio, Profesora de Letras, autora de varias publicaciones en nuestro medio y amante del teatro.

Adriana Varela al comienzo y cierre de la puesta le dio musicalmente esa bocanada de aire que necesitan las mujeres para pararse frente a la vida, más allá de las exigencias de la imagen eterna de la juventud.

– Foto de la obra en portada: Cristina, Jaquelinne, Mabel y Mary.

– Ficha técnica de Hormonas

Actrices: Jaquelinne Minati, Cristina Sánchez, Mary Gervino y Mabel Miralpeix.