Jesús Rodríguez: 25 años de labor periodística en Clarín

Trayectoria, anhelos, balance, historia del periodismo, reflexiones, aciertos, trabajo. Entrevistar a un periodista de la talla de Jesús es como abrir un archivo viviente, es como conectarse con la historia que se construye con el valor de la pregunta. A veces la vida de un hombre se liga al tiempo y al espacio, a lo local y a lo propio. Este es el caso y muchos son los motivos.

El martes 1 de julio, un público en el que había periodistas, académicos, funcionarios y empresarios, asistió a la charla «Australia, la Argentina que no fue» que brindó Carlos Vernazza, editor y subdirector de la Revista de ADEPA, en el hotel Sheraton Salta.

Vernazza, «el profe», luego de la presentación de Josi Muñoz y antes de iniciar su recorrido por el mundo aproximadamente a las 20, 50 hs., reconoció públicamente la labor periodística de Jesús Rodríguez.

«¿Dónde está?», preguntó. Pidió que se mostrara frente a la audiencia y remarcó sus 25 años de trayectoria en Clarín. Desde el fondo de la sala Jesús levantó la mano, sonrió tímidamente y recibió el aplauso de la gente.

Con este dato en la mano, surgió la entrevista a JR, el corresponsal de Clarín en Salta. Es verdad que -como lo señaló Vernazza-, él merece un homenaje y un reconocimiento. Y, como es un periodista cabal, seguramente podrá apreciar que una entrevista puede ser la mejor manera de brindárselo.

Cuando decís: soy periodista, ¿se te abren o se te cierran las puertas?

– Cuando se me cierra una puerta porque el entrevistado no quiere darme la nota, no me preocupo, porque sé que se me van a abrir otras y por ahí donde encamino mi investigación. Puede suceder también que la persona que vas a buscar no te conoce y se te pone a la defensiva, pero al final termina con gusto dándote la entrevistada. Me sucedió hace veinte años con el doctor e investigador de enfermedades tropicales Néstor Taranto, recientemente fallecido en Orán.

La gente sabe que un medio nacional pesa: ¿te piden a menudo ser “publicados” o temen la exposición?

– La gente común que recurre a la corresponsalía lo hace consciente de que Clarín es un medio donde puede apoyarse y contar su historia. Sin embargo, por seguridad periodística, se chequean todos los datos y voy atando cabos que surgen de la interpretación del caso, lo que va a enriquecer el artículo final, que muchas veces hay que redactar en espacios reducidos, lo que no deja de ser importante.

Cuando se me presentan casos interesantes, pero su principal interlocutor teme la exposición, prefiero rechazar el tema de frente, aunque la persona se moleste conmigo. Y si mis artículos no fueron querellados, es porque yo escribo con pruebas en las manos.

¿Los políticos te piden salir en Clarín?

– No tengo una relación estable con la clase política. Sí mantengo una relación circunstancial para consultar a los políticos y funcionarios, sobre los problemas de actualidad. De todas maneras, ellos envían partes de prensa diariamente a tu correo electrónico, y sin mantener contactos personales, uno está informado de sus labores a nivel local. Como corresponsal, debo valorar la importancia de esa información institucional, partidaria o gremial, y decidir si se la propone o no, a los editores en los panoramas diarios que desde el interior enviamos los corresponsales de todas las provincias.

¿Tu vida se asocia directamente al periodismo o el periodismo es un condimento en tu vida?

– Las personas que conforman mi familia, se adecuaron de a poco al periodista. Cuando estaba de novio con mi esposa Gloria, ella me conoció sin que yo pudiera disfrutar de un sábado, un domingo o un feriado. Viajar a cualquier hora y cualquier día. Como fue el ausentarme semanas enteras como enviado especial a Jujuy cuando el “Perro” Santillán convulsionaba a los jujeños. No estar para cuatro cumpleaños de mi hija Melisa, y otros tantos de mi esposa. Ellas dos, son el cimiento de mi carrera como periodista en Clarín.

¿El periodista tiene amigos, fuentes, pasajeros circunstanciales o las tres cosas?

– Mis amigos quedaron en la adolescencia y nada tienen que ver hoy con el periodismo. Pero si tengo un gran amigo como lo es Oscar Nella Castro. Hoy podría decir que tengo colegas dentro de una relación muy amistosa y respetuosa. Surgen amigos circunstanciales como el compositor Roberto Ternán (el autor, entre tantos éxitos, del Candombe para José), y el doctor Mario D’Jallad.

Un periodista sin fuentes, no es periodista.

En Salta y en el país te reconocen como uno de los mejores corresponsales. ¿Sos totalmente consciente de eso o vivís a pesar de eso?

– Mi estimado amigo Oscar Nella Castro, hace muchos años me dio un consejo para que me vaya bien en la vida que por aquel entonces ni por las tapas me imaginé que iba a llegar a ser el corresponsal de Clarín en Salta: “no pierdas nunca la humildad” me dijo cuando él era profesor de la carrera de Comunicaciones Sociales en la UCA, y yo colaboraba con la circulación del diario (venta en mostrador). Yo no me considero entre los mejores corresponsales, pero sí un corresponsal distinto en la forma de encarar las notas.

Buscar la primicia es difícil y supone capacidad y competitividad.
Alguna vez, dijiste que había que tener una visión “particular” para encontrar el dato que puede estar frente a los ojos.

– Cuando un periodista siente las mieles de lo que provoca una primicia, la va a buscar hasta debajo de la cama. En la actualidad, la competitividad le permite a un periodista estar constantemente en la búsqueda de la primicia.

¿Quiénes pueden ser periodistas gráficos?

– Cualquier persona que tenga un nivel de estudio, ya sea secundario, terciario o universitario, y que a esto lo complemente con el hábito de leer diarios y revistas. Estos dos medios, le permiten a la persona estar actualizada. El que esté en esta situación, puede encarar una carrera de periodismo o comunicaciones sociales sin hacerse ningún drama. Ya pasó el tiempo cuando uno, como yo, aprendió periodismo con la escoba en la mano.

¿Si no fueses periodista de Clarín, o de algún otro medio, harías un blog? ¿Creés en el periodismo de blog?

– Nunca digas de este agua no he de beber. Pero por el momento sólo pienso en Clarín.

Te admiro por tu trabajo y constancia, sos un paradigma en el periodismo salteño. ¿Te reconocen tus propios pares y te lo dicen a menudo o hay una especie de egoísmo?

– Los periodistas tenemos una pizca de egoísmo y nos cuesta un poco reconocer los logros de los colegas. Pero aunque los colegas no te lo digan en forma directa, siempre tengo palabras de aliento para seguir adelante, y eso te da fuerza para seguir trabajando. Capaz que si te dicen sos el mejor, te “achanchás”, te lo crees, y se te viene todo abajo.

Jesús: ¿por qué hay pocas mujeres consagradas en periodismo?

– Las pocas que hay, son las que pueden llegar contra viento y marea. Veniero Morandi -un exponente del periodismo salteño, fallecido hace ya una década-, solía poner sobre la mesa de café una frase que él había leído de un poema: “Detrás de un buen periodista, hay una gran mujer”. ¿Por qué traigo a colación esta frase? Porque la mujer periodista, en lo mejor de su carrera, tiene que optar entre quedarse con su familia o con la profesión. Conozco muchos casos de mujeres que se divorciaron para poder seguir en el periodismo. Como también tengo colegas conocidos en Buenos Aires que rehicieron sus vidas casándose con otra periodista y les va bien. Una periodista que tenga por esposo a un médico por dar un ejemplo, no se van a ver nunca. Y cuando la periodista tiene que viajar por varios días por una cobertura acompañada de un fotógrafo, comienzan los celos de parte del marido, y ahí comienza el fin de la carrera de la mujer, o la de su matrimonio.

A tu criterio, ¿quiénes son los pioneros del periodismo salteño?

– Puedo partir desde la década del 50 en adelante, cuando la gráfica salteña se nutre de plumas importantes como Manuel J. Castilla, el “Loro” Giacosa (padre), Andrés Mendieta (padre), Antonio y Oscar Nella Castro, Carlos Vernazza, el “Gallego” Zamora, Luis Andolfi, Néstor Salvador Quintana, el “Negro” Juan Carlos Guiñez, el “Negro” Víctor Abán, Veniero Morandi, Ricardo Martínez, Jorge Villazón, Antonio Marocco, el “comisario” Juan Guillermo Gonza y el chileno Abarzúa. De toda esta gente, siempre estuve pendiente sobre lo que escribían en los diarios El Intransigente, El Norte, El Tribuno, y en los primeros semanarios.

¿Pensás publicar tu libro, tu biografía, tu historia… o crees que tener bajo perfil y créditos son suficientes?

– En estos momentos estoy escribiendo una historia basada en un hecho real que la tenía ahí en el tintero hasta que me animé a mostrarle un borrador de unas cuantas hojas al profesor Carlos Vernazza. Pasaron cuatro días cuando recibí la llamada del “Profe” y me dijo: “Si la historia le da para cien carillas, va a ser un buena historia para un libro”. Desde entonces, avanzo en la historia cuando mi estado de ánimo está predispuesto a ese tema. Mi biografía… No es para tanto.

¿Cuál sería un dato o una anécdota para la biografía “no autorizada” de Jesús Rodríguez?

– Tal vez de mi infancia, donde crecí con mi tío José Gabriel y mi tía Celina, porque mi padre biológico no me quiso porque yo no tenía el color de sus ojos celestes. Mi madre, una joven laboriosa, rehizo su vida, se casó he hizo bien en dejarme con mis tíos. No les guardo rencor a ninguno de los dos.

Libertad de prensa, ¿tres palabras en vías de extinción o en vías de circulación?

– Mientras ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas), accione sus resortes cada vez que la libertad de prensa es atacada, los periodistas nos podemos sentir protegidos.

Te imagino de pequeño, canillita, con un diario en la mano, ocurrente, soñando con ser un gran periodista. ¿Llegaste a la cima o cuál es la cima?

– Nunca lo había soñado cuando niño, llegar a ser periodista. Me gustaba el fútbol y cantar. Al fútbol no me pude dedicar a pesar que tenía ciertas ventajas para poder entrenar ya que lo molestaba al señor Oscar Nella Castro que por entonces era presidente de la Liga Salteña de Fútbol. Los horarios de entrenamientos coincidían con la llegada de Clarín, de Buenos Aires. Hoy no tendría ese problema porque los vuelos mejoraron mucho.

Con el canto, tampoco tuve suerte. Cuando todo estaba listo para viajar a Buenos Aires para grabar un disco con la Banda San Remo, a todos los integrantes los planté con los pasajes en la mano porque Antonio Nella Castro que era Corresponsal de Clarín en Salta, me dijo: “Vas a cantar hasta los 30 años ¿y después? Con el periodismo vas a llegar muy lejos”. Opté por el periodismo, y no me arrepiento.

¿Qué significan 25 años de labor en periodismo? ¿crecimiento, rito, mito, saber…?

– Son 25 años de labor efectiva en Clarín. Pero a los 15 años de edad, los hermanos Nella Castro me dieron la oportunidad de comenzar a aprender el oficio como Cronista Volante en Clarín, enviándome a las canchas a buscar las síntesis de los partidos de aquellos famosos Torneos Regionales y Nacionales de Fútbol. Esos años me sirvieron de base porque además de ser cronista volante, cumplía funciones en la circulación del diario, y después en la recepción de avisos. Es decir, conozco de punta a punta el manejo de una corresponsalía, lo que me posibilitó crecer en el oficio y como persona.

Me permito llamarte “un maestro generoso del periodismo”, capaz de abrir puertas a la información y dar herramientas para elaborar notas. ¿Son las universidades de Salta puertas para la formación de periodistas?

– Por ahí andan trabajando muy bien varios colegas que cuando comenzaron en esta actividad, siempre me consultaban para mejorar sus trabajos. No voy a mencionar sus nombres porque ellos forjaron sus estilos. Porque eso les inculqué, tener un estilo propio, y lo lograron.
Las universidades a un estudiante lo enriquecen de teoría. Pero qué voy a aprender en el campo si el profesor que tengo no reconoce el olor de la tinta de un taller de un diario.

¿Irías a dar charlas a los colegios o universidades?

– Una vez que culmine la historia que estoy escribiendo, me dedicaré a preparar una charla para futuros estudiantes de periodismo. Eso sí, una charla bien documentada con notas que escribí y cómo llegué a ellas.

Jesús, ¿cuál es el mejor periodista del mundo?

– Larry King, por sus entrevistas frontales.

Por último, ¿es tu humildad tu mejor autocrítica o cómo hacés para no ser egocéntrico?

– Mientras por las mañanas me levanto con vida, agradezco a Dios que me dio una esposa a prueba de fuego, y una hija que nos alegra la vida. Nunca me detuve en hacerme una autocrítica seria. Pero si algún colega necesita una mano, estoy dispuesto a darle las dos.

Fotos

– Foto de portada: JR con el Turco Alí y Sergio Poma.

– Foto 2: Jesús nada más y nada menos que junto a Antonio Nella Castro y Gustavo «Cuchi» Leguizamón.

– Foto 3: Los hermanitos Maizares, que dormían en ese pozo que su padre les cavó en las lomas de los cerros de la Finca el Toro (en plena Puna salteña), porque en la escuela rancho no había albergue. A raíz de esta nota, el gobernador Juan Carlos Romero hizo construir 8 escuelas albergues en toda la Puna.

– Foto 4: La Puntana 3, noviembre de 2007, en un aula de la Escuela Albergue La Puntana, donde los recientes desbordes del Río Pilcomayo, alcanzaron a esta escuela. Para fines de este año, se espera la inauguración del flamante establecimiento para que los chicos -en su mayoría aborígenes wichís-, dejen de tomar clases en los ranchos como el de la foto.

– Foto 5: Jesús en una nota sobre los chicos de la calle, en la recova del ex Cine Victoria.

– Foto 6: El piloto «Tata» Pedraza, que a pedido de Juan Domingo Perón trajo a la Argentina a jerarcas nazis y que fue despedido de Aerolíneas Argentinas por negarse a usar luto cuando murió Eva Perón. A su lado, su señora esposa de apellido Billingurd, la primera mujer piloto de Sudamérica.