No es el discurso de Caro Figueroa en la Feria del Libro en Buenos Aires algo «memorable». O debiera serlo como un ejemplo de lo que no se debe hacer. Desde el comienzo y hasta el final, menciona a Juan Manuel Urtubey y a su gobierno. ¡Un poco de libre pensamiento! Como decía Clemente: «un cacho de cultura lara lara lara…»
Tantísimos escritores de talento como Jorge Luis Borges, para no ir más lejos, defendieron la literatura como ese campo donde se hacen posibles la plurignificatividad y la polisemia, desde donde «leer» posibilita cuestionar la propia realidad. Y decía tan famosa frase: «que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído». ¡Y vaya si fue un gran lector!.
El problema es que Gregorio Caro Figueroa apela a un lector de vidriera, el mismo del que habla en forma crítica el personaje de Rayuela de Julio Cortázar. Pone la atención sólo en una cultura «centralizada» por el libro.
Cuando se refiere a políticas culturales, no queda claro cuáles son: ¿La regionalización? ¿La publicación de los autores salteños? ¿Sólo el engrandecimiento de la cultura libresca? ¿La cultura al servicio del gobierno? ¿La gestión pluriparticipativa? Todas estas cuestiones aludidas de alguna manera en su discurso.
Si de federalización se trata, está completamente equivocado si cree que por poner libros en un escaparate es federalizar la cultura.
Salta goza de una exclusión con respecto al Centro. Buenos Aires ha centralizado una cultura a la que las provincias están obligadas a consumir pero de la que no forman parte.
Si hablamos de Salta, tenemos que decir que en ella conviven una cultura oficial y una independiente, y por qué no, una marginal. La cultura de nuestra provincia no pasa por la Biblioteca Victorino de la Plaza.
Pero no caben dudas que la cultura de Salta existe y es autónoma y que no ha escatimado en erguirse aún y pese a toda exclusión. Existe por sí misma.
Por otro lado, debiera ser consciente Caro Figueroa, y mencionarlo en sus discursos, que el libro es una especie en extinción: me gustaría saber cómo se hace con el federalismo y las políticas culturales para sostener el desprestigio de la «buena literatura» y la falta de libros en las casas. ¿Les diremos que vayan a la Victorino? ¿Cómo les decimos a los jóvenes que lean libros nada más y que con ellos aprenderán lo que es una Orquesta Sinfónica, un ballet, una obra de teatro, una película de cine, un cuadro, una escultura, etc. etc.?
Para hablar de descentralización tiene que abrir su mirada hacia otras manifestaciones de la cultura. No sólo la tradición es cultura; a comienzos del siglo XXI y trasvasados por lo europeo francés, existen mixturas entre lo viejo y lo nuevo, lo propio y lo ajeno. Hoy se apela además, a la tan nombrada diversidad cultural.
Salta no se quedó en la poesía, el folcklore, los vinos y las empanadas. La tradición hoy, lo tradicional, es eso. Algo que se sostiene y no muere; por lo tanto, la tradición de Salta es la propia cultura en vigencia.
No yerra Gori Caro en apelar a la lectura como disparador de la moral y de la consciencia. Pero es demasiado primitivo un discurso amparado en la política en donde más aparece el nombre de Juan Manuel Urtubey que el de ningún pensador ni escritor. Tampoco da los nombres de los escritores ni rinde cuenta de un examen de esa literatura a la que nos orienta.
Por otro lado, en esas disculpas sobre la ausencia del gobernador, quedó de manifiesto la importancia que tiene para el mandatario la cultura, primero y la importancia que cobra para él Cristina Kirchner, segundo- ya que Juan Manuel eligió viajar a Jujuy a ver a la presidenta-. También resuena, en tercer lugar, en este discurso -aunque no por alusión directa- el valor que le da el gobernador a los libros.
Ya sabemos lo que pasó con los Manuales de EGB, con todos los errores que contienen, además del famoso mapa inglés de las Islas Malvinas convertidas en The Falklands Islands. Y lo único que escribió Urtubey, fue un libro en el que alaba constantemente las políticas de Juan Carlos Romero y denosta al Partido Renovador.
El discurso de Gregorio Caro Figueroa no está armado desde un rol de intelectual sino desde un rol de funcionario público. Peca de burócrata. El discurso es un trámite que surcó el paseo por la Feria del Libro sin apuntar a ningún conocimiento profundo, no tiene fundamento filosófico, ni antropológico, ni epistemológico. No tiene fundamento.
Tenía la posibilidad el secretario de Cultura de la Provincia de decirles en forma directa a los responsables de las editoriales de Buenos Aires que un buen libro tiene que tener una buena pluma y no un buen arreglo editorial, que en Salta las pocas editoriales que publican a nuestros escritores no trascienden al ámbito nacional; y de paso, que el paseo de funcionarios de cultura de las provincias por la Feria del Libro de Buenos Aires no es nada más ni nada menos que ir al pie de la Gran Cultura.
Le faltó a Gori Caro la defensa de la cultura salteña, destacar el auge y el advenimiento de un sin fin de manifestaciones que hoy ensanchan los horizontes culturales de una provincia en donde al decir de los turistas: «de cada piedra brota un artista».
Por otra parte hablar en Buenos Aires de una presunta «cultura de la legalidad» en Salta al tiempo que se respalda y sostiene como colaboradores a funcionarios severamente cuestionados y sospechados parece una actitud que roza la hipocresía y aprovecha la desinformación de los porteños sobre ciertos aspectos de la gestión cultural oficial que se lleva adelante en la provincia.
La prestigiosa presencia de Santiago Sylvester incluye una reivindicación a los poetas y sus obras. Pero nuestro Secretario de Cultura podría al menos haber mencionado autores de la narrativa, la dramaturgia, el cuento y el ensayo.
No es la presencia de la biblioteca lo que ensancha la lectura sino la presencia de lectores. Una obra maestra no existe en tanto no haya un lector que la haga vivir. Esta concepción es más importante que una institución pública o privada.
Dijo Tomás Eloy Martínez: «Los hombres siguen buscando en los libros ese aliento de eternidad que pareciera no estar en ninguna otra cosa. El libro ha sido siempre no sólo una celebración del conocimiento, sino, ante todo, de la vida.»
Recordemos que los escritores aquí mencionados defienden el libro porque tienen la finalidad de conectar la literatura con el lector, tal y como decía el propio Cortázar: hacer del lector un cómplice, un camarada de camino .
El libro es una parte de la cultura, pero no toda.
La Secretaría de Cultura envía a los correos este parte de prensa:
Memorable presentación de Salta anoche en la Feria del Libro 2008
El Día de la Provincia de Salta en la 34ª Edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, fue celebrado con un masivo acompañamiento que colmó la Sala “Juana Manuela Gorriti”y los pasillos vecinos, y rebasó todas las expectativas de los organizadores. El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que no pudo asistir, fue representado por el secretario de Cultura de la Provincia, Gregorio Caro Figueroa.
El acto fue ocasión para presentar voces nuevas, representantes de la vitalidad que anima la literatura salteña. En un panel que moderó el poeta Santiago Sylvester, se reunieron los autores salteños que él compiló en Antología de Poesía joven del Noroeste argentino. Luego se presentó el tenor Fernando Chalabe con una selección de temas folclóricos. Por último, se disfrutó de una degustación de vinos, empanadas y quesos salteños. (Fragmento)
El discurso de Gregorio Caro Figueroa en la Feria Internacional del Libro
“El libro y la lectura nos abren al mundo” (quizá el título)
En primer lugar, trasmito el saludo del señor Gobernador de la Provincia, doctor Juan Manuel Urtubey, quien no pudo estar aquí esta noche, pese a su deseo de hacerlo.
La presencia de Salta en esta Feria Internacional del Libro es motivo de satisfacción. En primer lugar, porque el Gobierno de la Provincia, a través de la Secretaría de Cultura, decidió estar presente en este gran y prestigioso escaparate. En segundo lugar, porque reunimos más de doscientos títulos que permiten mostrar parte de nuestra producción de libros, hacer conocer sus autores, temas y novedades.
Difundir el libro y la lectura es prioridad de nuestra gestión. Se trata de que el mayor número de personas adquieran o vuelvan a tener práctica frecuente y gusto por la lectura. Procuramos que incorporen el libro a lo cotidiano de sus vidas y se sirvan de él para conocer el mundo, las ideas, las ciencias, las artes y formas de vida diferentes. Traer libros a la Feria es un modo de incentivar a nuestros escritores, darles difusión y abrir nuestro todavía limitado mercado. El libro y la lectura ensanchan nuestro horizonte y nos abren al mundo.
Nuestra participación tiene profundo sentido federal. Por un lado, por el hecho de relacionarnos como provincia dentro del país con nuestra personalidad, con nuestro esfuerzo, con nuestras producciones y nuestros artistas. Por otro, porque hicimos una amplia convocatoria, procurando que estén representados nuestros escritores del interior de la Provincia: federalismo en el ámbito nacional, y federalismo hacia adentro.
Federalismo es una de las formas de decir integración. Para Salta, que se plantea el desafío de crecer y modernizarse, la integración es vital. Entre el ámbito nacional y el espacio local, el crecimiento plantea la necesidad de la integración regional. Limitando con seis provincias y tres países, y formando parte de rutas históricas y de otras nuevas que la conectan a ambos océanos, Salta tiene la vocación de vincular espacios y abrir rumbos, superando uno de sus rasgos geográficos y sociales que la inclinaban al aislamiento. Salta elige hoy la apertura y la integración de una manera fuerte, y uno de los medios privilegiados es mostrar su patrimonio y sus productos culturales.
Nuestra gestión está comprometida en la reconstrucción funcional del NOA Cultural, surgido en la década de 1960. Vivir la región es pensar en términos regionales, actuar en dimensión regional comenzando por las relaciones entre las personas: funcionarios, artistas, escritores, gestores y otros agentes de la cultura. También es ampliar la consideración de los actores que son “nuestros” y nuestra población destinataria de políticas y actividades; es planificar con implicaciones de dos o más centros, es ejecutar con criterios económicos para que el esfuerzo de una de las partes sirva a las demás.
La afirmación regional no es sólo un dictado de la historia y la cultura: es una necesidad, una imposición y una conveniencia en los tiempos actuales donde se intensifican las relaciones entre países, se multiplican y actualizan las nuevas tecnologías y se diversifican los mercados.
Por decisión del Gobernador de la Provincia, la Secretaría de Cultura depende ahora de la Gobernación. Este cambio debe interpretarse como expresión del valor que el Gobierno otorga a la cultura y de la importancia adquirida por ésta en Salta, en tanto política de Estado. Es un reconocimiento de la complejidad de un organismo al que se vinculan funcionarios, bibliotecarios, archiveros, museólogos y conservadores; músicos, bailarines, otros artistas, técnicos, administradores y comunicadores.
Desde mediados de diciembre pasado estamos poniendo énfasis en el fortalecimiento de la Secretaría y en la mejora de su calidad institucional. Estamos haciendo esfuerzos por consolidar este organismo, dotándolo de marcos legales, de reglas claras y de criterios funcionales. Entendemos que la práctica de la cultura de la legalidad es un componente sin el cual no se puede avanzar en la democratización de la cultura.
Trabajamos para poner los bienes culturales al servicio de los ciudadanos: no sólo del sector que tiene habitual acceso a la cultura y que reside en algunas zonas céntricas de las ciudades. Llevar las manifestaciones culturales a la periferia y valorizar las actividades surgidas fuera de los circuitos tradicionales, son formas de procurar una efectiva participación de todos. Atender la diversidad cultural respetando y dando lugar a nuestros pueblos originarios, y considerar el carácter plurilingüe de nuestra población, es una condición necesaria de una política cultural participativa y de inclusión.
En este campo, democratizar es orientar las políticas culturales para que contribuyan a la inserción social, atendiendo a la vinculación que ellas tienen con el desarrollo económico, la producción, el trabajo, el empleo, el turismo y otras actividades.
La particularidad del libro y la lectura es que son el instrumento, el indicador y el objetivo de todo afán democratizador, de toda política de integración e inclusión social. “Más libros para ser más libres”, es un lema de nuestra Biblioteca Popular Provincial Dr. Victorino de la Plaza: allí se encierra una profunda verdad y un exigente desafío.
No estamos en la Feria sólo para mostrar nuestras producciones y nuestros artistas. Venimos también a llevarnos ideas, ejemplos y relaciones que nos ayuden a abrir nuestros horizontes y a fertilizar nuestras iniciativas. Abrimos las puertas de par en par para poder referir nuestra identidad a la cultura universal. Ese es el sentido que expresa también la presentación de un tenor de la calidad y la trayectoria Fernando Chalabe cuando ejecuta canciones folclóricas en claves líricas.
El panel de esta noche, con jóvenes poetas, coordinados por un intelectual consagrado como Santiago Sylvester, pone en evidencia la renovación generacional de nuestros escritores y artistas, y expresa la continuidad de una tradición literaria fuerte en Salta, que es la poesía. Como símbolo de esa voluntad de ampliar fronteras, de sumar y compartir, elegimos presentar esta antología de la Poesía joven del Noroeste argentino, primera antología de este tipo hecha en el país con criterio regional.
Agradecemos la presencia de ustedes, al Gobierno de la Provincia, al CFI, a los Fortines Gauchos, al Centro de Residentes Salteños y a los grupos de salteños reunidos en Buenos Aires en diversas entidades. Gratitud a quienes apoyaron la presentación en esta Feria del Libro: a los directores de la Casa de Salta –Leopoldo Van Cawlaert, hasta hace unos días y de Domingo Avellaneda, ahora-, a todos los funcionarios y agentes que aportaron su trabajo. A nuestros colaboradores de la Secretaría, a los escritores salteños y a quienes enviaron sus libros.
Están invitados disfrutar de las presentaciones. Después de la música y la poesía, podremos degustar nuestros vinos de altura, con empanadas y quesos, otros frutos de nuestra cultura tradicional. Muchas gracias.
Salta y su eterna paciencia
La derecha salteña hace gala de su «pan y circo», solo unos pocos privilegiados acceden a los libros, el resto de las artes parecen no existir. Confuso, errante y sobre todo mezquino el discurso de Caro Figueroa, no demuestra su capacidad intelectual (la tiene?)y confunde, UNA VEZ MAS, espectáculo con entretenimiento. Hasta cuándo? Cuánto hay que esperar para demostrar su ineptitud? un manual equivocado?
En busca de los lectores perdidos
Romina tiene razón: Gori debió mencionar a Manuel Castilla o Jacobo Regen más que a Urtubey. Pero coincido con él en la importancia de lectura. Le pregunté a una alumna ¿Por qué tienes tantos errores ortográficos?. «Es que no leo», me contestó. Es verdad también que «el libro es cultura, pero no toda la cultura». Recordemos que para lo griegos la experiencia artística fundamental era el Teatro. Ojo que para leer hay ahora nuevos formatos como internet y los libros electrónicos. ¿Se habrán enterado en la Victorino?
¿La Cultura de Salta pasa por el libro y los elogios al gobernador?
Al leer la nota, y los comentarios del funcionario, me doy cuenta de que Caro Figueroa puede ser un gran historiador, pero de cultura esta muy lejos, como lo manifiesta la periodista, cultura no es solo un libro, y mas si los realiza el gobierno de la provincia, que de cultura tambien sabe bastante poco, ni siquiera leyeron en los «Libros» que las malvinas son ARGENTINAS.
¿La Cultura de Salta pasa por el libro y los elogios al gobernador?
es cierto que Gori hace reiterada menionde los libros y la biblioteca V de la Plaza pero el discurso era en la FERIA DEL LIBRO no?.A las otras ramas del arte tambien las menciono’aunque mas someramente.
En cuanto al encargado de prensa de
la Secretaria de Cultura no merece mas atencion que para DENOSTARLO,pues se trata de un lamentable error de Gori,peroalgun compromiso, le impide corregirlo o aceptarlo,solo GORI lo lamentara,verdad?