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domingo, noviembre 24, 2024

«Rancho aparte»… en un lugar llamado Nogolí

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Basada en una obra de Julio Chávez, “Rancho aparte” estuvo en el programa de las películas seleccionadas por Cine Verano en La Fundación Salta. Ayer la propuesta nos dejó pegados a la butaca. Esta noche se verá “El nido vacío” a las 21, 30 hs., con entradas de $ 7 y cintas de excelente nivel artístico.

El film se estrenó en marzo de 2008 en Buenos Aires. Leandro Castello es Tulio, Mercedes Scapola es Susana y Luz Palazón es Clara, son una familia que se constituyó en “rancho aparte” para hacer sus vidas.

Tulio y Susana viven en Nogolí, un rancho que ha quedado fuera de la modernidad, en San Luis; Clara, tía de Susana y hermana de Tulio, es una rica burguesa que se ha olvidado de su apellido Cáseres y vive en el Barrio Norte de Buenos Aires con todo el confort, en un piso lujoso.

Tulio y Susana están en el tiempo de las velas y Clara, en el de la luz eléctrica y la tecnología. Clara se ha superado en la vida, según lo que nosotros pensamos que es la superación, representa el paradigma hegemónico de nuestra civilización.

Tulio y Susana están cerrados en su modus vivendi y no interpretan razones. Han perdido el rancho y se van a lo de Clara. Increíblemente ella los recibe bien, trata de brindarles asistencia, comida y una cama digna. Pero ellos están más allá del bien y del mal… Es tarde. No pueden adaptarse ni convivir.

Las interpretaciones de Castello y Scapola llegan a sacarnos de quicio al hacer esos roles; vemos imposible su movilidad y ascendencia social. El destino de Tulio y Susana está en el rancho, entre los chivos, la achicoria, las naranjas, el chorizo y el mate.

Clara los expulsa de su piso lujoso, pero entremetidos como dándole la razón a la burguesa, aceptamos de buena fe su actitud.

En el fondo queremos que Susana y Tulio sean presentables, duerman y coman como “gente decente” y se superen en el limitado esquema hegemónico que conocemos. Y nos hace mal creer que esto es lo único posible.

Luz Palazón interpreta tan bien su papel, que terminamos acomodándonos a los berrinches burgueses; Palazón cautiva porque sus razones y su trabajo actoral, ganan en todo aspecto.

Pero es un drama potente, trata la exclusión de un sistema que opera en contra de los que han permanecido fuera. Los del rancho son carentes pero estos carentes son felices de serlo, aunque no hay salida para ellos más que la pobreza y la extinción.

Don Ochoa, el carnicero, es el que les juega una mala pasada a Tulio y Susana, los estafa. Dentro de la vida del pobre, Don Ochoa era adinerado pero mal bicho. Quiere que su hija, «la Miriam», se case como sea y lo consigue poniendo cosas materiales a cambio.

Un recurso interesante en el film es el del mito: la chica (Rosa) que muere, hace dedo, un camionero la lleva hasta su casa, luego va a buscarla y resulta que es una muerta.

– Salta 21 la recomienda: muy buena composición argumental, destacadas actuaciones, técnicamente bien narrada.

Datos

Con 25.000 espectadores la primer semana en cartel «Rancho Aparte» fue declarada por el Ministerio de Educación de la Ciudad de Interés educativo .

El vínculo del reconocido actor, director y escritor Julio Chavez con la obra teatral «Rancho» siempre fue especial: no sólo es su principal autor sino también un fanático que fue a verla numerosas veces en diferentes salas.

Luego de su estreno en septiembre de 2003, «Rancho» se reestrenó en el teatro San Martín (tuvo dos renovaciones de contrato), pasó al Centro Cultural Recoleta, fue seleccionada para el Festival Internacional de Teatro y también se pudo ver en el Camarín de las Musas. Además, formó parte del V Festival Internacional de Buenos Aires/ Teatro/ Danza/ Música y Artes Visuales (FIBA).

– Dirección: Edi Flehner (Sobre una obra de Julio Chávez) Elenco: Leandro Castello – Mercedes Scapola – Luz Palazón

– Sinopsis:

El conflicto es simple y claro, y deja a la vista su origen teatral. Tulio (Leandro Castello) y Susana (Mercedes Scapola) son tío y sobrina que viven en un rancho muy pobre, en el campo. Cuando el dueño del lugar decide venderlo, ambos quedan en la calle y sin más opción que venirse a Buenos Aires a vivir a lo de la hermana de Tulio, Clara (Luz Palazón), que se ha convertido en una señora bien de Barrio Norte que los aloja en su amplio departamento.

Pronto surgen los choques, las diferencias y los reclamos. Tulio anda en silla de ruedas, parece desconocer lo que es la luz eléctrica y hasta una cama, y Susana lo consciente y lo ayuda en todo. Clara los quiere civilizar dándoles de comer platos propios de un restó de Palermo y criticando sus hábitos. El fastidio pasa a la molestia y de allí a recordar el origen de los problemas familiares.

– El nido vacío (crítica y comentario)

http://www.salta21.com/spip.php?article1404

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