Resulta que en la diversidad de los comercios que pululan en nuestro mercado consumista salteño existen diversas tácticas para atacar el bolsillo de los ciudadanos. Paso a detallar una de estas.
El lucro marketinero es aquel que, sobre todo las grandes empresas como lo son las telefónicas, cable, súper e híper mercados…, elaboran con el plus de conseguir dinero en base a la propaganda. ¿Qué es esto?
Sencillamente sacan dinero a las gentes estimulando la ilusión y los deseos ilusos. ¿Cómo se da esto? Para ser gráfico cito esas propagandas donde el potencial comprador, es decir, cualquiera de nosotros, se ve feliz por obtener este o aquel producto, como pueden ser los celulares, un ejemplo a mano. Luego todos sabemos la porquería que significa tener un aparato de estos, lo frágiles que son, lo complicado para entender, por sobre todo para las personas mayores. Lo ineficiente que resultan ser las compañías como Claro, Personal o Movistar que pintan un servicio excelente y en realidad la más de las veces la comunicación se hace imposible.
Pero lo más deshonroso para estas empresas y lo más indignante para el consumidor, es la manera en que los créditos son engañosamente consumidos. Promociones mentirosas a las cuales la ley tendría que pedir mayor transparencia.
En fin, todo un sistema económico para delinquir al básico precepto de no robarás.
Otro método para lucrar marketineramente es el que se puede observar, por ejemplo, en promociones que exigen papeles donde la burocracia termina sepultando la ilusión febril consumista por obtener productos. Así se trae a la memoria cómo a los jubilados y pensionados se le ofertan gangas que son realmente un vericueto de papeles poder llegar a ellas.
Esto sucedió con los beneficios que el Estado otorgara a los viejos para obtener computadoras, TV plasmas o a Led’s, cocinas eléctricas, conversores digitales y chucherías por el estilo. Se podrá alegar que algunos obtuvieron estos beneficios, pero en realidad fueron unos pocos. Se presentaron trampeadas en los bancos, en los comercios y hasta en el mismo correo. Toda una complicidad entre el sistema empresarial, financiero y el Estado.
Pero resulta llamativo que en una empresa como el Híper Libertad, en la semana pasada, se promocionaba un 15% de descuento para jubilados en productos que marcarían y que el requisito era solamente documento y recibo de jubilación pasando el comprador a la base de datos de las cajas implementándose el descuento…fácil, pero no se permitía ni con la tarjeta Argenta que es la credencial de todo jubilado y pensionado, inclusive, ni tampoco con los recibos que emite el cajero automático. Sólo con el recibo que da el Anses, es decir el menos usado, el que prácticamente está en desuso. Se pregunta en atención al cliente y estos chicos amaestrados por su patroncito sólo respondían que lo dictaminaba el “procedimiento”. Pobres pibes, adoctrinados para robar por un miserable sueldo, claro está, vital.
Los consumistas somos saqueados día a día, moneda a moneda con todo tipo de artimañas por parte de aquellos que lucran el mercado de consumo. Pero al menos seamos hincha pelotas y exijamos como compradores que se nos respete el intercambio de nuestro dinero por el bien que queramos obtener.
El dinero es bien habido y por lo tanto el producto debe ser bien ofertado. Sin engaños y a conveniencia de ambas partes.
– Por Hugo Luis Daher
