Cuando por estas horas trascendió a la opinión pública que Carlos Carrascosa podría recuperar su libertad, tras la anulación por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de un fallo que confirmaba su prisión perpetua, se agitaron nuevamente los fantasmas de una investigación respecto al asesinato de María Marta García Belsunce, que genera muchas dudas en cuanto a su veracidad y a la necesidad de contrastarla con hechos delictivos posteriores, que con una trama similar y algunos actores comunes, dejan al descubierto nuevas conclusiones.
El “empresario inmobiliario” correntino Horacio Ognio, sobrino de Carrascosa, es el suegro de Damián Stefanini, el “empresario de la fábrica de sombrillas” desaparecido el pasado 17 de octubre, casado con su hija Antonella.
Ognio estuvo involucrado en el caso de María Marta, la Justicia sospechó que el arma homicida, un revolver 22 Orbea, le pertenecía. Es él mismo quien se apresuro a decir respecto a su yerno, “que no tenía problemas económicos”, “que era una persona trabajadora como nosotros y no tenía problemas con nadie”. Muchos no comparten estas expresiones, ya que tanto Ognio como Stefanini, sí tuvieron problemas no con pocos, y además según el decir de quienes realmente los conocían, compartían la misma actividad “financiera” de prestar dinero, descontar cheques, lavado de activos, conformar en definitiva una red de actividades financieras que no serían legales. Actividad que también habría desempeñado Carlos Carrascosa.
Hay nombres del ambiente financiero que se repiten no solo en estas investigaciones precedentes, sino también en el caso vulgarmente denominado “triple crimen de la efedrina”, nombres que no superan las tres o cuatro decenas de personas y todos se conocen entre sí, como Carlos Molinari, Leonardo Fariña, Sergio Schoklender, Miguel Ángel Lamparelli y Sebastián Forza por citar algunos, veamos a continuación de que se trata.
El dinero como “factor común”
“Missing Children” era la Fundación que vice presidía la socióloga María Marta García Belsunce, asesinada el 27 de Octubre de 2002 en su casa del Country “El Carmel”. Al momento de la muerte de María Marta, la Fundación atravesaba un grave problema financiero de alrededor de u$s 300 mil; en el entorno más intimo, la desprolijidad financiera se la adjudicaban a Carrascosa experimentado agente de bolsa, y al decir de algunos, vinculado a una red financiera no del todo legal, cuestión que habría acrecentado las discusiones entre los cónyuges.
A Carrascosa se lo sindica como coautor del asesinato y parte de su familia como encubridor del mismo, cuestión que llevó al Fiscal adjunto ante el Tribunal de Casación de la Provincia de Buenos Aires, Jorge Roldan, a dictaminar el día Viernes en contra de que se le otorgue el beneficio de excarcelación mientras se revise su condena, porque considera que la pena sigue vigente, hay peligro de que se fugue por sus medios económicos y su salud no se deteriora por estar en la cárcel. Afirmando que el fallo de la Corte Federal, mantiene incólume la sentencia condenatoria dictada por el tribunal de Casación bonaerense.
A su sobrino Horacio Ognio, fue entonces el Fiscal Molina Pico quien lo puso en evidencia al revelar la pérdida de un revólver marca Orbea calibre 22 de su propiedad, similar al utilizado en el asesinato, pero que nunca había sido denunciado sino hasta que se lo exigió el RENAR. Que el certificado de defunción de María Marta extendido por la “Cochería Sierra” resultara apócrifo, dejó también las dudas en cuanto a la autenticidad de la constancia de robo de la mencionada arma presentada a posteriori, robada sobre un total de ocho que poseía de muchísimo más valor ¿? En una teoría que apuntó a saber si Carrascosa que viajaba habitualmente a la Provincia de Corrientes, pudo haberse llevado el arma al Country Carmel, para “garantizar la seguridad de su casa”.
Este Ognio, es el mismo que el mes pasado cobró nuevamente notoriedad pública al desaparecer misteriosamente su yerno Damián Stefanini, y el mismo que se apresuró a decir acompañado por un hombre de prensa en vez de abogados, que Stefannini era un hombre honesto y trabajador. Pero lo que no dijo Ognio fue que su yerno estaba vinculado al “dinero negro”. Se lo relaciona con la misma mesa de dinero que operaba Sebastián Forza, una de las víctimas del triple crimen de General Rodríguez vinculado a la “efedrina”, ya que intercambiaban cheques en el mismo lugar de la calle Sarmiento al 500 y 700. Que el Audi S4 blindado que manejaba Stefannini pertenecía o habría pertenecido a Federico Elaskar, quien fuera titular de la “cueva financiera” de Puerto Madero llamada “la rosadita”, situada en el mismo edificio donde vive el Vicepresidente de la Nación Amado Boudou.
Que el barco que se adjudicada como propio, en realidad no era de él, lo estaba vendiendo, lo mostraba, cobraba señas y no las devolvía, que el propietario era el “empresario gastronómico” Miguel Ángel Lamparelli; es un yate de lujo que estaba embargado y se encuentra interdicto por la Justicia. Lamparelli fue quien se quedó con la Ferrari de Leonardo Fariña, se lo sindica como testaferro del narco colombiano Luis Agustín Caicedo Velandi alias “don Lucho”, capturado en nuestro País en 2010.
Lamparelli junto con Adrian Gago Marcal y Marisa Pomponio, fueron procesados y en Julio de este año la Sala II de la Cámara Federal, confirma el fallo al tratarse de una banda dedicada a estafar con certificados impositivos falsos, cobraban sumas millonarias de las empresas que compraban los certificados de buena fe, pero cuando a los empresarios les llegaban intimaciones de la AFIP por falta de pago de sus obligaciones y se daban cuenta de la estafa, para entonces la “banda” ya había juntado millones.
Que es muy extraño que el Gobernador de la Provincia de Corrientes Ricardo Colombi, llamara al Ministro de Seguridad bonaerense Alejandro Granados. Como también que un alto Jefe de la SI recibiera una carta con amenazas justo cuando comenzaba a investigar el caso, denunciando el hecho en la Fiscalía; aunque esto último Horacio Ognio no tendría porque saberlo. ¿O sí?
Carlos Lamparelli junto a otros, pertenecían al mismo “grupo” que comandaba Leonardo Fariña. El Jefe de todos ellos era Carlos Molinari quien fuera el titular de la Ferrari que utilizaba Fariña y comprara Lamparelli, también fue quien se hizo cargo y se presento ante la AFIP como poseedor titular de los bienes de su protegido cuando el escándalo de divorcio con la modelo Jelinek. Hizo negocios con otro de sus “ahijados”, Sergio Schoklender en la “Fundación Sueños Compartidos”, y aparece junto a éste vinculado a una red de constructoras de propiedades, con sede en Miami, que con tecnología de origen israelí, aplicaron en sus emprendimientos en Argentina; en consecuencia todos unidos en un mundo de estafas y lavado de dinero.
Conclusión
La Justicia tiene que actuar libremente, sin ningún tipo de presiones políticas o del hampa. Sería saludable que el crimen de María Marta García Belsunce, pudiera desentrañarse y que sus culpables cumplan las sentencias impuestas.
Que Horacio Ognio, sobrino de Carrascosa, ante la desaparición de su yerno Damián Stefanini el “empresario de sombrillas publicitarias», pusiera un vocero de prensa en vez de asumir el rol de querellante, habla por sí solo. Buena parte de la investigación se centró en los contactos y negocios del empresario, pero nunca en su entorno familiar.
Que Carrascosa, Stefanini y Leonardo Fariña estén unidos por personajes del mundo de las estafas, estimo que ya son demasiadas coincidencias.
– Oscar Dufour
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