“Lápiz labial”, una comedia salteña sobre el sexo, el amor y la infidelidad

ARPI termina de estrenar la obra escrita y dirigida por Omar Pizzorno sobre un tríptico moderno basado en la vida sexual y amorosa de tres boquitas pintadas. El significado del título es plural, ya que el lápiz labial tiene todo tipo de connotaciones, y si se quiere, en el sentido más malicioso, el objeto cosmético es empleado por chicas bastante “sueltas”.

Pero si hay un objeto netamente femenino es el lápiz labial. Las chicas de esta historia entretejida con humor, lucen diferentes colores en sus labios en sintonía con sus estados anímicos y su situación amorosa.

La dramaturgia pizzorneana va de lo general a lo particular y permite que la historia se desenvuelva en piezas bien construidas, con intercambio de monólogos y diálogos, lo cual la vuelve sumamente entretenida, bien hilvanada y atractiva para los espectadores. Un acierto del autor.

La coherencia dramatúrgica se ensambla a la perfección con el desarrollo de las escenas muy bien llevadas técnicamente por las actrices Michelle Durand, Gabriela Vázquez y Laura Casco. Si bien hay un registro dispar en las actuaciones, cada una de ellas crea un personaje divertido con el peso dramático justo. Las tres mujeres tienen conflictos profundos que ganan en intensidad por su interpretación actoral. Gaby y Laura trabajan el gestus de manera notable, mientras Michelle le agrega frescura a su “loca” representación femenina. Majo (Vázquez), Barbie (Casco) y Lara (Durand) responden a tres tipos de mujeres: la religiosa, la divorciada y la aventurera. Pero no todo es blanco o negro, como dice Majo: “hay grises”, y sin lugar a dudas, ella es la más gris-rosa de todas.

Hay una ironía fundamental en la obra: la religiosa satiriza a las mujeres que se cuelgan el crucifijo, juzgan a los demás por sus actos pero ellas se comportan de la manera más “pecaminosa”. Este condimento vuelve a la pieza mucho más humorística y delatora de ciertas féminas de ese estilo.

Ellas cuentan sus infidencias, son parte de historias de traiciones y desengaños amorosos, pero también hay amores que nacen y vínculos que se fortalecen. Provocan, encantan, discuten, se reconcilian. El respeto al vínculo de la amistad prevalece sobre la hipocresía, algo bastante significativo. Hay algo de cada una de ellas, en nosotras…

La obra carece de moralinas y falsas apreciaciones morales. Esto también es un punto a favor de esta comedia. No va por ningún carril que intente un mínimo de consejo o receta o correctivo de algún tipo.

Con respecto a la puesta, se ajusta al espacio que representa. Ellas se encuentran en un gym para hablar de los que les pasa con los hombres, y de lo que no les pasa también. En el plano del lenguaje no hay metáforas, aunque la obra es un símbolo atinado del ser femenino de hoy, agobiado por las presiones de la estética, la tan mentada independencia de la mujer, la necesidad de ser atractiva y de estar en «onda», a tono. El humor sobresale en los parlamentos con gajs efectivos en momentos precisos.

Es importante aclarar que no es una comedia de género, no hay ningún feminismo encubierto ni descubierto. Aquí ley pareja no es rigurosa.

Pizzorno, con asistencia de María Loreto Paesani, arma un muy buen producto teatral, de buena calidad, que puede disfrutarse con mucho placer. Recomendable para todo público.

– Fotos de ARPI Teatro tomadas del Facebook del grupo