Hace diez años, Nicholas Negroponte, el fundador del laboratorio de diseño del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), presentó en el Foro Económico Mundial su proyecto Una Laptop por Chico, para motivar la producción de computadoras de bajo costo y así reducir la brecha digital en los países en desarrollo.
Tiempo después, en América latina se instrumentaron varias iniciativas de ese tipo que combinaron el uso de tecnología con una estrategia pedagógica en las aulas.
En la Argentina, por ejemplo, desde 2010, el programa Conectar Igualdad entregó casi cinco millones de netbooks a alumnos y docentes. Chile, en tanto, optó por repartir tablets. Uruguay, que comenzó con el programa en 2007, apostó por las tablets y las netbooks para todos los alumnos primarios y secundarios. En Brasil, el número de computadoras portátiles entregadas parece ínfimo si se tiene en cuenta la densidad de población: 165.000.
Sin embargo, más allá de las cifras, se impone una pregunta: ¿cuáles fueron los resultados pedagógicos que se lograron? LA NACION consultó a especialistas de Uruguay, Chile, Brasil y la Argentina para analizar las características de los programas, sus diferencias, logros y dificultades.
Argentina: Conectar Igualdad
Desde 2010, Conectar Igualdad entregó 4.979.377 netbooks entre alumnos de escuelas secundarias públicas, institutos de formación docente y escuelas de educación especial. En comparación con los otros programas mencionados es el de mayor alcance. Silvina Gvirtz, directora ejecutiva del programa, dice que eligieron entregar netbooks porque, en muchos hogares, es el único dispositivo. «La tablet se usa, en general, para consumir, pero no para producir textos escritos. En cambio, la netbook permite ambas cosas. Además la tablet se rompe más fácil», explica.
En relación con los resultados pedagógicos, Gvirtz comenta: «No se puede esperar un cambio de un segundo al otro. Es un cambio cultural, un proceso a largo plazo». Según señala, el programa cuenta con distintas etapas, que van desde la simple familiarización con las netbooks hasta la posibilidad de terminar desarrollándose como programador.
Uruguay: Plan Ceibal
El programa uruguayo Conectividad Educativa de Informática Básica para el Aprendizaje en Línea (Ceibal) entrega netbooks y tablets a todos los alumnos de escuelas públicas primarias y secundarias, docentes y estudiantes avanzados de profesorado. En el caso de las instituciones de educación privada pueden recibirlos con un costo adicional, algo que no ocurre en la Argentina.
«Las tablets se han empezado a entregar en los grados más bajos como parte de la actualización tecnológica y pensando en que es en estos grados donde la modalidad y el tipo de uso pueden ser más provechosos», detalla Ana Rivoir, coordinadora del grupo de investigación ObservaTIC, docente e investigadora de la Universidad de la República de Uruguay. El acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) por parte de los sectores más excluidos es uno de los mayores logros obtenidos por el programa. «Las TIC pueden facilitar cambios en las formas de enseñar y aprender; en parte lo hacen por la vía de los hechos si se tiene acceso, pero hay otra parte que requiere del saber y la práctica específica de los docentes», señala la especialista.
Chile: Puentes Educativos
Puentes Educativos es el programa que desde 2010 capacita en el uso de TIC a docentes de establecimientos públicos de Chile con altos niveles de vulnerabilidad. Con ese objetivo, se entregan tablets. Al principio, entregaban smartphones Nokia (400 dispositivos entre 2010 y 2012). Sin embargo, desde 2013 optaron por tablets. El año pasado se distribuyeron más de 800 a profesores y para este año esperan entregar cerca de mil más.
Junto con la Universidad Alberto Hurtado, evaluaron a los estudiantes que participan del programa y constataron que obtenían resultados académicos, en relación con quienes no formaban parte del plan, superiores al 10%, en el caso de ciencias e inglés, y tan sólo del 3% en de matemática.
Gonzalo Plaza, director ejecutivo de Puentes Educativos, señala: «Los alumnos declaran estar más motivados y con mayor disposición a aprender por el uso de videos educativos en las aulas, un componente fundamental del programa». Sin embargo, hay preocupación por la alta rotación de profesores en escuelas públicas, y en zonas rurales hubo problemas con la conectividad a Internet.
Brasil: Prouca
La versión brasileña de estos programas se llama Um Computador por Aluno (Prouca) y se implementa desde 2009. Ya entregaron alrededor de 165.000 computadoras portátiles a alumnos de la educación básica.
La inclusión digital es uno de los principales logros. En algunos distritos, la escuela ganó centralidad por ser el único lugar con acceso a Internet. «En muchos casos son las primeras computadoras que hay en las familias y en otros, las primeras con acceso a Internet», comentó Geovana Lunardi Mendes, coordinadora del Programa de Posgraduación en Educación de la Universidad del Estado de Santa Catalina (Udesc). Y agrega: «Las escuelas presentan algunos problemas para incluir los equipos y lo mismo sucede con los profesores».
Para Mendes, la infraestructura no acompaña porque muchas escuelas no cuentan con acceso a Internet ni con la estructura necesaria de tomas de corriente para cargar los equipos.
– Por Denise Rabin | La Nación