Cada tarde de vacaciones de invierno en la Sala Juan Carlos Dávalos de la Casa de la Cultura, a las 17:30 hs., en el marco del ciclo “Cultura a la vista”, renace un clásico cuya hondura temática se basa en el sentido de la vida, los valores perdidos y la búsqueda del niño olvidado, el que sueña, el que cree en el amor y la amistad, el que es capaz de proponer que en lo inmaterial radica lo verdadero. “Un desafío para la Morisqueta”, como señala a Salta 21 la directora y creadora de esta versión, Cristina Idiarte.
¿Por qué “El Principito”? – le pregunto a la realizadora. “Porque queríamos hablar de metáforas con lenguaje infantil. Es todo un tema. Y también porque está bueno darles a los niños un contenido inteligente”.
Con respecto al desenlace, interrogo a Cristina…”el final, ¿es tu interpretación?” “Es mi visión sobre la muerte”– aclara. “Sobre todo porque de lo que habla ‘El Principito’ es de pasar por encima de la tristeza y pensar que hay algo más allá” – expresa reflexiva. “Esta es una versión muy Morisqueta, es nuestro estilo para contar esta historia”. En la misma línea de sentido y con respecto al empleo de la voz del Negro Armatta como narrador de la historia (actor que nos dejó en marzo y cuya voz pertenece a una antigua versión de la realizadora, pero con muñecos), la directora de la obra manifiesta emocionada: “No es casual elegir la voz del Negro. Siempre presente en el escenario. Una manera de hacerlo vivo”.
Si alguien desea recrear el libro de Saint-Exupéry, esta es la mejor manera: compartir la historia que pinta de cuerpo y alma al habitante del asteroide B612, interpretado por Laura Casco. La representación imaginaria de los escenarios en los que se desenvuelven los personajes, está muy lograda. De la mano de Andrea Di Salvo en la escenografía y vestuario, asistimos a lo real maravilloso que intercepta nuestra conciencia para abarcar la magia del relato. La banda sonora es original y fue ideada por el músico Fernando Subelza, un signo vital en la puesta que le agrega movimiento y tensión a la atmósfera.
“El Principito” de La Morisqueta es un paseo interplanetario con aterrizaje en la Tierra. El mundo creado en la escena es absolutamente alucinante y poseedor de un fresco lirismo. La nocturnidad, el viaje hacia el interior de uno mismo y el redescubrimiento del yo, se posibilitan a través del clima creado. Casi un silencio poblado de personajes, casi un estar adentro del clásico, casi un revivir de la infancia, casi un reniego de la seriedad y la lógica de los adultos, casi una plegaria a la vida…
Una metáfora completa sobre lo esencial. El lenguaje permite la figuración y la figuración exalta la comprensión.
La escena arranca con el Piloto en su avión averiado encallado en el desierto, personaje encarnado sobriamente por Rodrigo Ramírez, quien también compone los personajes del Vanidoso, el Borracho y el Farolero. Demuestra mucha plasticidad y creatividad con el Vanidoso, una visión moderna de la realizadora sobre lo que vemos a diario en la espectacularización de la vida. El Aviador es quien narra la historia en una voz en off realizada por Carlos “Negro” Armatta.
Con soltura diplomática, aparece el Rey, papel que le cupo a David Puppi (Contador de estrellas y Geógrafo). Se palpa en el diálogo la absurda y dictatorial mirada sobre la autoridad y el poder que mantiene el coronado, principios de la estupidez humana que también son cuestionados por el Principito.
La Rosa que ama el pequeño de 12 años, es recreada por Zoe Subelza (la actriz de Alicia en el país de las zapatillas). Ella representa el orgullo, y sus espinas, la coraza para defenderse del dolor. El personaje propone lo efímero de la belleza, pero también, explora la riqueza de la amistad y de los lazos verdaderos. Una exquisita metáfora.
La Serpiente y el Zorro son dos personajes claves en la obra. Los roles son interpretados excelentemente por Paula Alderete. El Zorro le transmite al hombrecito la filosofía de la vida y él aprende la lección más grande: “lo esencial es invisible a los ojos”. La Serpiente, simboliza el dolor y le revela al Principito que con los hombres, “también se está solo”.
En el jardín de rosas, aparecen como Florcitas las pequeñísimas actrices Mía y
Manuela Subelza, acompañadas por Lucía y Julieta Sánchez. Un momento verdaderamente luminoso de la puesta. Para el niño, un descubrimiento: su flor es única y debe regresar a su planeta a cuidarla.
La técnica que el Principito emplea es la mayéutica, que es conocer a través del cuestionamiento. Por eso pregunta por cada cosa, porque la vida para él es un aprendizaje compartido. Por medio de esta técnica socrática, él logra dar a luz la sabiduría que está en el interior, oculta. Al buscar la verdad, se encuentra a sí mismo, pero al mismo tiempo, permite que cada uno se redescubra en su verdad más profunda puesto que sus reflexiones parecen ser la conciencia colectiva. De manera que entre espectador y personaje se pone en juego la dialéctica del conocerse a sí mismo a través de lo que hay en el alma.
Creo que, de alguna manera, la creadora de la obra apuesta a una comunicación concientizadora; lo cual no implica una imposición de la verdad, sino un acto de creación dado por la palabra en un encuentro ritual que posibilita el teatro. La obra es en realidad un diálogo entre el público y los personajes, lo que lleva al pensar crítico que tanto sostiene Cristina Idiarte, pero en un contexto de libertad. Por eso el teatro es inteligente, porque es liberador, no formula verdades impuestas sino cuestionamientos sobre el mundo.
“El Principito” de La Morisqueta tiene un vuelo místico cuya afortunada aventura no es otra cosa que una indagación profunda acerca de lo esencial. Un vuelo esperanzador sobre la humanidad y sus posibilidades de realización. Lo trascendente versus lo superficial. Encantador!
– Fotos tomadas por Salta 21
– Notas relacionadas:
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“El Principito” que todos llevamos dentro: “hablar de metáforas con lenguaje infantil”
hola!!! Muy linda obra, la verdad me encanto muchisimo. Algo q fue muy hermoso para todos los chicos. Y a mi me gusto muchisimo el personaje de la zarro y la sexy víbora. Exitos!!!