El intento de la empresa del naciente movimiento peronista a manos de la esposa del presidente PERÓN, era imponer parámetros de justicia social y no de beneficencia. Eran los tiempos en que el peronismo se anunciaba como una empresa revolucionaria. El pasado 30 de septiembre, el joven mandatario participó de una de las galerías más obscenas de las vanidades faranduleras de la Argentina.
La escritora Rita DE GRANDIS en: Reciclaje cultural y memoria revolucionaria (Editorial Biblos, Buenos Aires Año 1996, pág. 196 y ss), nos recuerda la anécdota del encuentro de la señora Eva Duarte –ya por entonces de PERON- y las damas de la Sociedad de Beneficencia.
En dicha ocasión, la coqueta Mercedes ORTIZ de ACHAVAL JUNCO es recibida en la Casa Rosada, y Evita le espeta: “Qué nombre señora, es tan agrario tan terrateniente. Qué quiere que le diga, hasta tiene olor a bosta de vaca”.
Con evidente enojo y cara de ofendida ésta le responde: “No le permito”. En la misma mesa la señora Guillermina BUNGE de MORENO le reclama: “Ante todo, la próxima vez no vamos a permitirle que nos haga esperar tanto”. A lo que Evita responde: “La sociedad de beneficencia queda disuelta. El pueblo no necesita de la memoria oligárquica. Ahora me tiene a mí ”.
El intento de la empresa del naciente movimiento peronista a manos de la esposa del presidente PERÓN, era imponer parámetros de justicia social y no de beneficencia. Eran los tiempos en que el peronismo se anunciaba como una empresa revolucionaria.
Tanto Eva PERÓN como otros dirigentes de ese nuevo movimiento de masas, tenían claro que para poder sortear las hipocresías de la oligarquía, primero debían vencer a esa poderosa clase instalada en la Sociedad Rural, que en esos tiempos dirigía los destinos de toda la Nación.
Muchas décadas después y ante la inevitable realidad de que el peronismo no era un estatus pasajero, la derecha reaccionaria argentina se instala en el mismo Partido Justicialista. ¿O vamos a creer que SOLANO LIMA era socialista?
Y así el otrora intento de cambio radical de las estructuras del país, esa especie de continuidad del Irigoyenismo derrocado en 1930, se iría transformando en otro partido burgués más, como continente de todas las clases sociales, y dominado en sus estructuras por las elites alejadas de cualquier atisbo de lo popular.
Un ejemplo clarísimo de ese proceso y del resultado actual de cooptación del PJ por parte de la oligarquía, lo constituye la presencia de nuestro gobernador Juan Manuel URTUBEY, no solamente en posición de tal por tercera vez, sino por la participación activa en eventos que en el cementerio de La Recoleta, habrán hecho temblar las cenizas de Evita.
Y así el pasado 30 de septiembre en los lujosísimos salones del Alvear Palace Hotel de Buenos Aires, el joven mandatario participó de una de las galerías más obscenas de las vanidades faranduleras de la Argentina, la cena anual de “beneficencia” que organiza una vez al año la llamada Fundación Educando.
Esta organización está presidida por la hoy mencionada como Bettina BULGHERONI, en su condición de esposa de Alejandro BULGHERONI (Pan American Energy) y número uno de la revista FORBES, que pocos recuerdan como Bettina GUARDIA, ex jefa de gabinete de asesores de Carlos CORACH y con estrecha relación al caso YABRÁN-CABEZAS, el comisario RIOS y el policía ROSA–con quien se le atribuye un romance- ANZORREGUY y los escándalos de la SIDE en la década infame de La Rata (*)
En tal evento participaron –como siempre-especímenes que van desde Jorge BRITO 
(h), pasando por el embajador de EE.UU. Noah MAMET, Mirtha LEGRAND, Eduardo FEINMAN, -¡socorrro!- y aunque cueste creerlo, hasta gente peor, sumado a una casi interminable lista de modelos, modistos, periodistas, empresarios, y especuladores financieros, además de políticos por supuesto.
De esta forma, la plétora de empresarios monopolistas-casualmente todos ellos con esposas y/o parejas de dos décadas para arriba de diferencia de edad, rubias y esbeltas, porque ciertamente la vejez de los millonarios parece que atrae más que la de los pobres- que concentran en este perverso sistema de acumulación sus fortunas todo el año, se hicieron presentes dispensando algunas monedas para la beneficencia, entre copa y copa de champagnes Blanc de Blanc y Couvve Cristal.
Y esa chapa vende imagen de falsos Robins Hoods supuestamente preocupados por los que no han tenido las mismas oportunidades que ellos, simulando no conocer que la grosera carrera con los negocios del estado liberal y las especulaciones son precisamente las condiciones por las cuales en nuestro País todos somos iguales, pero que hay algunos –ellos por ejemplo- que son más iguales que los demás, y que por un día tienen la condescendencia de acordarse –la memoria de la oligarquía-Evita dixit- de los otros.
Y con la barriga llena de un menú cardenalicio, todos los concurrentes se despidieron de madrugada llevando en sus retinas las fastuosas figuras de las actrices y modelos que pulularon por todo el salón exhibiendo curvas y derroche de glamour, habiendo ganado un lotecito más en el paraíso por su aporte benéfico.
Imagino que el conserje que tuvo que apagar la luz luego de que el último invitado se fuera, habrá sentido inevitablemente que la justicia social sigue siendo un anhelo hoy distante, y que muchos de los que asistieron son responsables del techo paritario de su salario.
Ciertamente que ese trabajador habrá sentido también, un profundo y rancio olor a bosta de vaca.
(*) Menem
– Fotos tomadas de Infobae
– Foto de portada: Bettina Bulgheroni y Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta
– Foto 1: Silvia Saravia de Neuss y su esposo Jorge Neuss; Teresa Castaldo, embajadora de Italia en Argentina; Cristiano Rattazzi, presidente de FIAT Argentina; Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta, y Rodolfo D’Onofrio, presidente de River.
– Foto 2: Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta; Noah Mamet, embajador de los Estados Unidos en Argentina; el empresario Alejandro Bulgheroni; Jorge Brito (h), vicepresidente 1ro del Club Atlético River Plate, y el empresario Jorge Sánchez Córdova.
Urtubey (y otros) en la cena de «beneficencia»: Con olor a bosta de vaca
No te entiendo Manguera. Lo que decís ¿es una amenaza?.
La concesión del Yacimiento Cerro Dragón a PAE por 40 años es verdad, eso lo podés chequear en las páginas relacionadas con la industria hidrocarburífera, por ejemplo el Instituto del Petróleo y Gas, o podes tomarte un avión e ir a la provincia del Chubut a verificarlo. En cuanto a las afirmaciones de Bonasso o Laura Di Marco, que yo sepa hasta el momento Cristina ni La Cámpora les han iniciado juicio ni han hecho la mas mínima denuncia por difamación.
Respecto de los gustos lujosos de la Presidente no hace falta que nadie nos lo diga, lo vemos en los medios de comunicación y sobre todo en las cadenas de televisión que obligadamente los argentinos debemos mirar.
Urtubey (y otros) en la cena de «beneficencia»: Con olor a bosta de vaca
PARA EL APRECIADO LÉCTOR EL TALA que la mira por LA Nación
«Una “difamación con real malicia” ratificada
El fallo condenó al diario italiano, a su director y a la periodista que escribió el artículo con falsas acusaciones contra CFK
La Corte de Apelaciones de Roma confirmó ayer el fallo de primera instancia que condenó por el delito de “difamación con real malicia” al diario Corriere della Sera, a su ex director, Paolo Mieli, y a la periodista María Egizia Fiaschietti por la publicación en 2008 de un artículo con falsas acusaciones contra la presidenta Cristina Kirchner. La nota, que en la Argentina reprodujo completa el diario La Nación, aseguraba que durante su visita oficial a Italia para participar de una cumbre contra el hambre la jefa de Estado había participado de un tour de compras y había gastado miles de euros en joyas y objetos de lujo. En 2013 una jueza italiana condenó a los responsables de la publicación a pagar una indemnización de 41 mil euros, que la Presidenta donó al Hospital de Niños de La Plata, afectado un mes antes por un temporal. »
Urtubey (y otros) en la cena de «beneficencia»: Con olor a bosta de vaca
El declamado anti glamour del Kirchnerismo.
A través de la prensa nacional y, en particular, de las revistas del corazón, los argentinos de a pie nos enteramos a menudo de las actividades de las llamadas “instituciones de bien público” integradas por personajes del empresariado nacional o por figuras del espectáculo, cuya finalidad declarada es la ayuda a hospitales, escuelas, centros comunitarios y otros espacios destinados a la gente más humilde. Casi siempre esas actividades consisten en cenas o veladas donde pueden mostrarse no solo personajes de la farándula, sino también de la política, del periodismo o incluso de la misma justicia.
Al Kirchnerismo, que hace doce años vino a refundar la República, las actividades de esas organizaciones no le gusta; las considera una “fiesta de la oligarquía y de los intereses antipopulares” y los políticos de ese espacio político saben que deben abstenerse de asistir a ellas aunque fueran invitados, so pena de perder sus privilegios en el entorno gubernamental. Conociendo los gustos glamorosos de algunos personajes del “Gobierno nacional y popular” habría que pensar cuánto lamentarán no poder estar ahí dirigentes como Amado Boudou, Beatriz Rojkés de Alperovich, Aníbal Fernández, José Luis Gioja, Karina Rabolini, o los jóvenes dirigentes de La Cámpora que comparten su pasión por la militancia con el deseo de vivir un día en el exclusivo barrio de Puerto Madero o en los countries de Nordelta.
La última gala de estas “instituciones de bien público” fue la cena de la semana pasada organizada por la Fundación Educando, que regentea la ilustre dama doña Bettina Guardia, esposa del empresario Alejandro Bulgheroni. A esta fiesta concurrió el Gobernador Juan Manuel Urtubey por lo que, ni bien conocida la noticia, el Kirchnerismo duro empezó a apedrearle el rancho.
¿Quien es la familia Bulgheroni, de la que forma parte la presidente de la Fundación Educando? Veamos.
El último libro que publicó el periodista Miguel Bonasso -uno de los pocos militantes revolucionarios setentistas que no fue seducido por los encantos espirituales y materiales de Néstor y Cristina- se llama “Lo que no dije en Recuerdo de La Muerte” (se refiere a un libro anterior, de comienzos de la Democracia). En el capítulo IV, bajo el título “Cristina y Bulgheroni, el empresario del 601” se lee.
“La guardia presidencial de Olivos se asoma con respeto al hombre de traje negro y traba de oro en la corbata, que espera en su auto la autorización para avanzar hacia el pabellón donde aguarda la Doctora. No lleva chofer ni custodia, pero no importa: el oficial de guardia observa el rostro afilado, cerúleo y ojeroso del visitante y recuerda algo, no mucho, de su historia que haría palidecer de envidia a la serie Dinastía. Sabe que Carlos Bulgheroni es un poronga, un capo de la industria petrolera, que tiene la fortuna de un jeque árabe y que la Jefa lo espera, en el acristalado despacho que da al jardín, para hablar a solas, fuera de protocolo”. “Son las 7 de la tarde del lunes 2 de Diciembre de 2013”.
El holding de los Bulgheroni -el grupo Bridas S.A.- es actualmente uno de los dueños de Pan American Energy junto con la British Petroleum y la petrolera estatal china. Juntos todos ellos fueron beneficiados en el año 2007 con la concesión por 40 años del Yacimiento de crudo y gas Cerro Dragón, en territorio chubutense: un manjar de lo más preciado para cualquier magnate petrolero. Las quejas que levantaron los viejos seguidores del General Mosconi cayeron en saco roto; la mayoría kirchnerista en el Congreso Nacional se negó a revisar esa adjudicación.
Es muy probable que, en vista de estos antecedentes, Urtubey haya asistido a esa cena con la autorización de la cúspide del poder, y que lo siga haciendo en el futuro en otros eventos, solo que hay cosas que no se pueden hacer públicas.
La periodista Laura Di Marco dice en la biografía no autorizada de Cristina, que esta desde adolescente quiso pertenecer a los círculos altos de la sociedad, al punto de no mencionar nunca su infancia pobre en La Plata ni su humilde escuelita primaria; es una lástima que teniendo ahora la oportunidad de compartir esos círculos no pueda disfrutarlo.