El Teatro Provincial colmado, fue una muestra de la expectativa que despertó la nueva directora titular de la Orquesta Sinfónica de Salta. Al final hablaré de ella. El repertorio elegido, se encuentra dentro de la gran tradición centroeuropea en las tres etapas del romanticismo alemán, el temprano, el pleno y el tardío.
Salta, viernes 8 de abril de 2016. Orquesta Sinfónica de Salta. Directora Titular Maestra Nathalie Marin. Obertura de El Cazador Furtivo de Carl Maria von Weber (1786-1826). De la ópera Tristan e Isolda: Preludio y Muerte de Amor de Richard Wagner (1813-1883). Muerte y Transfiguración op.24 de Richard Strauss. Inicio de la temporada nº 16. Primer concierto de la directora titular Maestra Nathalie Marin. Dirección Artística Maestro Jorge Lhez. Aforo 95%.
Es posible afirmar que von Weber fue el iniciador de la ópera nacionalista alemana, sin la influencia de conocidas estructuras italianas. En este caso, la ópera “El cazador furtivo” cuenta una lucha mordaz entre las fuerzas del bien y del mal en la que triunfa el primero dejando al siniestro diablo que tienta permanentemente a Max el protagonista argumental. Fue feliz la decisión de poner en escena una versión no camerística, como a veces sucede o sea dejando de lado criterios historicistas. Weber en este caso, fue expuesto con un carácter casi prewagneriano con una acertada cuantitativa instrumental en donde el triunfo del bien, al final, muestra intenso regocijo. Al inicio y en los momentos centrales, los diálogos de las cuerdas mostraron una flexibilidad llamativa y poco frecuente.
Luego el “Preludio y Muerte de Amor” del drama musical de Wagner Tristán e Isolda. Aquí es oportuno señalar que quien llega por primera vez a oír la música académica y de pronto escucha este preludio se llevará la sorpresa del desarrollo sin resolución como se muestra Wagner en muchos momentos de su incomparable producción. De todas maneras, la página, una de las más bellas compuestas por Wagner, requiere perfección orquestal y aunque siendo música que anticipa el extenso drama que en escena dura más de cinco horas, también puede exhibir su carácter abstracto que prepara al oyente para lo que vendrá luego, cuyo desenlace muestra a Tristán, ya muerto, que tiene a su lado a Isolda que lo siente vivo y que va transformando de a poco su visión. Es una luz radiante y clara que asciende hasta lo cielos, mientras la música ingresa en el tema del “Éxtasis”. Se va agitando más y más hasta explotar en irresistible gloria y tal como si hubiera sido envuelta en ella, luego de abrazar a una de sus fieles amigas, Isolda cae exánime sobre el cuerpo de su adorado Tristán. Este final es de indescriptible vehemencia y llega hasta el más tremendo climax de infinito amor que la música puede mostrar.
Finalmente la complejidad, el exigente entramado de Richard Strauss en “Muerte y Transfiguración”, página que en mi caso y aún intentando conservar la objetividad del crítico, tiene implicancias personales que no son fáciles de prescindir. Altamente emotiva, cuenta la historia de un hombre en sus momentos finales de una vida plena de ideales, recordando sus mejores momentos hasta que llega la muerte. Ese y no otro es el momento en que su espíritu se transfigura, su alma alcanza estadíos que en vida no había podido tener. Pasa por momentos alegres, felices despreocupados de su infancia. Luego esa etapa de abandonos y tristezas, el quedo sonido de timbales marcando el menguado ritmo de su corazón hasta que llega su transfiguración. La orquesta responde con fidelidad esos cambios, acompañados de una variada muestra de intensidades y fuerza sonora en una imbatible serie de accesibles vivencias musicales.
La conductora. Nathalie Marín tiene una apariencia frágil, delicada, mueve a preguntarse cómo hace para tomar decisiones en su trabajo que le exige resolver cientos de situaciones, segundo a segundo. Sorpresivamente, en el podio, se muestra como alguien que tiene una claridad conceptual y un conocimiento inesperados. Esta noche ingresó en un hecho no habitual. Cuando dirigió Strauss, no se conformó con lo que decía el programa de mano y realizó, cual cirujano detallista, una disección de la obra explicando cada pasaje orquestal y su significado. Y entonces la traducción total, fue mucho más clara, más entendible, además de comprender qué quiso decir el autor en este u otro momento. Es francesa y por tanto mujer delicada, suave pero una leona con la batuta en la mano.
La Orquesta Sinfónica de Salta tuvo un sonido con su fundador, el maestro Izcaray, luego tuvo dos conductores hasta que llegó el maestro Lhez que nuevamente consiguió darle una personalidad definida a ese sonido. Hoy suena diferente, yo diría más aplomado. Es como el chico que pasó su infancia, y está finalizando su adolescencia para enfrentar su adultez. Me pregunto si los músicos se percatan de este cambio. Marín, trabajó casi dos semanas este programa. Tenía y tiene total claridad acerca de sus significados. Los tempi usados fueron exactos, las intensidades también. El maravilloso y casi permanente crescendo de Wagner fueron fantásticos. Partir, casi de la nada, hasta que llega la expresión de triunfal magnificencia no es fácil de lograr. Marca before beat lo cual permite seguir su gestualidad. Además no marca todo, o sea que la orquesta respìra con libertad. Evitó superficialidades, por tanto no hubo estridencias innecesarias. Me permito una idea futura. Creo que será una conductora que contribuirá a amar la música elaborada. Hay suavidad en el gesto pero también una firmeza insospechada en el mismo.
Estos son algunos detalles técnicos. Pero con solo la técnica no se llega a nada. Se debe agregar fuerza musical, emoción interior y una capacidad poderosa para transmitir el mensaje del autor. Marin tiene todo eso. Un notable maestro ruso dijo: “primero intente tocar todo que está escrito en la partitura; probablemente llegue así a ser un buen director pero sepa que algunas veces no lo logrará y entonces la forma de transmitir lo que no está escrito lo hará llegar a la meta”.
Creo que la Orquesta Sinfónica de Salta está en buenas manos.
Notable debut de Nathalie Marín
Me alegra de sobremanera el éxito de la flamante directora Nathalie Marin. Le auguro lo mejor con ese magnífico instrumento que es hoy día la Sinfónica de Salta, próxima a cumplir sus quince. Desde Venezuela les envío un afectuoso saludo.