El argumento es dramático y estuvo dicho por la atractiva artista Cristina Idiarte, persona reconocida en el ámbito teatral local que con postura elegantemente altiva y un decir claro. La música de Lerman acompaña con originalidad y acuerdo, los textos de la leyenda indígena. El final fue para el Fausto criollo.
Salta, Viernes 6 de mayo de 2016. Teatro Provincial. Fernando Lerman (saxofones). Cristina Idiarte (narración). Orquesta Sinfónica de Salta. Director Mº Jorge Lhez. Estudios Tanguísticos nº 4 y 3 (*) de Astor Piazzolla (1921-1992). Versión para saxo alto y cuerdas de Fernando Lerman. Del algarrobo del cielo (*) de Fernando Lerman (1968) para saxofones, narración y orquesta sinfónica. Texto de Rosa María Rey. Pampeana nº 3 (*) y Obertura para el Fausto criollo, ambos de Alberto Ginastera (1916-1983).
Siete minutos le bastaron al inolvidable Astor Piazzolla para dejar a la posteridad dos “estudios” para solista y grupo de cámara. En este caso fue saxo y conjunto para el nº 4 y nº 3, el primero con esa mirada lánguida, nostálgica, de recuerdo de su lugar original, el segundo con ese ritmo marcado, de lenguaje desafiante, de caminar seguro del tipo que se sabe ganador.
En ambos casos el solista fue el saxo de Fernando Lerman que a su vez escribió un “cuento sinfónico” basado en un texto de Rosa María Rey que habla de una anciana habitante del cielo que por esos designios ancestrales envía harina al pueblo “toba” o con más propiedad, al llamado “pueblo Qom”, para producir tradicionales alimentos. Aclaro que “toba” es un término despectivo para una etnia que no lo merece. El argumento es dramático y estuvo dicho por la atractiva artista Cristina Idiarte, persona reconocida en el ámbito teatral local que con postura elegantemente altiva y un decir claro, de directa llegada al espectador, cuenta la mencionada leyenda y sus avatares, tan típicos del norte salteño que a pesar de su dramatismo tiene un final esperanzador de volver a ser lo que esos originarios fueron alguna vez. La música de Lerman acompaña con originalidad y acuerdo, los textos de la leyenda indígena.
Para mi sencilla opinión, Alberto Ginastera fue el mejor compositor que dio nuestro país, tan inspirado como preparado. Se conmemora este año el centésimo aniversario de su nacimiento. Su hecho creativo tuvo diferentes etapas que comienzan con un nacionalismo simple y directo. Su música para el ballet Estancia es una prueba de ello. Luego vino la necesidad de expresar otros aspectos de la vida nacional y así, entre otras, aparece su admiración, su asombro, ante la inmensidad de la pampa argentina con sus momentos felices pero también con la calma, con la quietud de esa enorme cantidad de hectáreas que para su tiempo ya era fuente de riquezas para nuestro país. De allí sus “pampeanas” de la que escuchamos la única dedicada a orquesta sinfónica en una partitura que mezcla no solo impresiones sino que también describe la fuerza que surge de la tierra.
El final fue para el Fausto criollo que se aleja de la leyenda alemana, la dramática relación entre el alquimista Fausto, Gretchen y el temible diablo en la figura de Mefistófeles. Sobre ella y en un poético relato, Estanislao del Campo relata las impresiones vividas por el gaucho casi inculto e ingenuo luego de ver una representación del Fausto del francés Gounod. Su material sonoro, fervoroso, recio, con momentos de recogimiento, en una partitura dedicada a la batuta del ilustre director de orquesta Juan José Castro, es una joya folclórica llevada a un lenguaje universal.
El maestro Lhez, volcó con experiencia y sensibilidad un repertorio que tiene algunas particularidades. Reunió al notable compositor Alberto Ginastera, con su discípulo más importante, Astor Piazzolla. Trajo para nuestra región, información en estreno de obras realmente llamativas. Conmemora los cien años del nacimiento de Ginastera. Permitió que conozcamos a un buen músico argentino como Fernando Lerman. Reunió música y teatro con la presencia de Cristina Idiarte. Continúa con valentía, lo que viene haciendo hace años, estrenar para nuestro público, iniciado o no, música que si no fuera por él seguiría fuera de nuestro conocimiento. No es poco.
