Un estudio de la ONU demuestra que el país detenta la tasa más alta de desempleo juevenil en toda la región, y que además triplica la de los adultos.
En la Argentina no consigue trabajo casi uno de cada 5 jóvenes (19,4%) según relevó un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Argentina tiene la tasa de desempleo juvenil más alta de América latina, seguida de Uruguay (19,2%) y Colombia (19,1%), y se ubica también por encima del promedio regional (13,7%).
Las dificultades de los jóvenes para insertarse en el mercado se explican, en parte, por los desajustes entre el sistema educativo y las necesidades del mundo laboral, pero también son consecuencia de la «baja demanda» de personal con esas características.
La medición del PNUD, basada en datos de la Organización Internacional del Trabajo, abarca a los jóvenes de entre 15 y 24 años que han buscado trabajo remunerado y no lo consiguieron.
Otro dato preocupante es que en Argentina los jóvenes (de 15 a 29) triplican la tasa de desempleo de los adultos (de 30 a 64). Un estudio de CIPPEC indica que esa brecha se amplió en los últimos 10 años, según informó el diario Clarín.
Además, se ven más afectados por la precariedad laboral, y son los más vulnerables a perder el empleo en contextos de crisis.
«La franja más crítica es la de 19 a 24, porque antes de los 18 no es deseable que los jóvenes se incorporen al mercado laboral», planteó al matutino Ana Miranda, investigadora de Flacso y Conicet.
Estudios locales señalan que, para los chicos de clase media, el problema tiende a resolverse entre los 25 y 30 años, cuando consiguen por fin un empleo estable. Los jóvenes de sectores populares, en cambio, ingresan más temprano al mercado (incluso antes de los 18), pero en condiciones de precariedad.
¿Hasta qué punto las falencias del sistema educativo explican las dificultades para conseguir trabajo? Gala Díaz Langou, directora de Protección Social de CIPPEC, subrayó que «la responsabilidad es del sistema y no de los chicos», pero que «en Argentina el sistema educativo está cerrado a esa discusión» y que algunos sectores interpretan que la educación no debe formar para el trabajo porque eso significaría una «mercantilización» del sistema educativo.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, advirtió que el fenómeno parte de dos causas: «Hay un desajuste entre la secundaria y el mundo laboral. Pero otro problema es la demanda insuficiente, la economía no genera las condiciones para que esta población se inserte».
«Hay un desempleo oculto, al menos por dos fenómenos: el desaliento y el subempleo inestable. El primero incluye a los jóvenes que ya no buscan trabajo, desanimados luego de una larga búsqueda sin resultados. En el segundo caso, hay jóvenes que figuran como ‘ocupados’ en las encuestas pero en realidad tienen empleos de muy baja calidad», explicó Salvia a Clarín.
– iProfesional