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Sobre La noche de las librerías: Tantanian, Gobernori y Paula

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– jueves 18 de diciembre de 2008

Sobre La noche de las Librerías: conversación con Tantanian, Gobernori y Paula

El miércoles 10 de diciembre coordiné una Mesa Redonda con Alejandro Tantanian, Santiago Gobernori y Romina Paula; aquí anoto algunas breves impresiones sobre lo dicho, y sobre algunos textos de estos dramaturgos.

El desPROpósito

“¿Tenés idea, flaco, por qué cortaron Corrientes?”, me preguntó el taxista, bajando por Callao como la luna de los locos. “Por la noche de las librerías”, le respondí. “Ah, no sé qué es, pero pensé que era por los 25 años de la democracia, ¿no era por eso?”, contestó el taxista.

Este diálogo tuvo lugar el 10 de diciembre a las 23.30. A esa hora, la librería con más exposición de toda la avenida, Zivals, justo en la esquina de Corrientes y Callao, estaba cerrando. A medio metro, las vallas policiales desviaban el flujo de tránsito para convertir a Corrientes en peatonal. ¿Para qué? Para que “la gente” pudiera recorrer las librerías, que sacarían sus libros a la calle, que permanecerían abiertas toda la noche, que albergarían charlas, debates, mesas redondas, recitales. Una idea demasiado afrancesada, por lo visto, para la pragmática productora que tercerizó la propuesta de la Dirección General de Industrias Creativas del Ministerio de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires.

A mí me habían convocado para coordinar la mesa redonda “Una perspectiva de la dramaturgia en Buenos Aires” a las 22 hs en el Bar Ópera. A las 22, de la productora no había nadie –solo el sonidista y una chica que lo ayudaba-. Más tarde, cuando ante el ruido ambiente del bar –a pesar de la desolación de sus sólo cinco mesas ocupadas- que nos impedía escucharnos a nosotros mismos Alejandro preguntó si había alguien de la organización del evento…

Tampoco. Se dice que estuvieron, pero de incógnito.

La mesa redonda, en La noche de las librerías, fue organizada en un bar. La calle deshabitada fue cortada para que la gente mirara libros en la vereda, donde no había libros. La librería de la esquina más emblemática cerró sus puertas en su horario habitual. Y el evento entero, un evento cultural que debería tener peso e identidad propios, fue organizado el mismo día que el/los actos de los 25 años de la postdictadura.

El Tantanian de Los Sensuales y aquel de La Escala Humana
El Tantanian a mi izquierda en la mesa redonda era aquel de Los sensuales (se puede leer el comentario sobre esa obra, haciendo click en [- > http://la-diosablanca.blogspot.com/2008/08/sobre-los-sensuales-melodrama-de.html] ). En la reseña, hablaba del gran arco que recorre el espacio/tiempo entre la lejana Juegos de damas crueles y su presente, con imágenes y tópicos recurrentes que adquieren ahora la forma de la madurez. “Juego de damas crueles” fue su respuesta, su chiste y su verdad, a mi pregunta sobre el lugar común, de convergencia obligatoria, de los dramaturgos de las generaciones posteriores: “¿vos no tenés tu obra de familia disfuncional?”

Recorrer la vasta obra de Alejandro en pocas palabras es imposible. El dramaturgo fue muchos años actor del grupo El Periférico de Objetos, es cantante y su veta actoral, charlamos, encontró el mejor carril expresivo en sus espectáculos musicales. Es director, del modo en que los dramaturgos de los últimos veinte años son directores, y también del modo en que los directores de todos los tiempos han sido directores. Es docente, y había sido docente de los otros dos. Y agente cultural del agradecido “Festival del Rojas”, que Gobernori ponderó y añoró, porque no existe más.

Como nota personal, aquello que agradezco haber conversado en la hora y media de reunión: la reflexión artística, estética y autobiográfica sobre La escala humana y la poética de los años 90. La obra en colaboración con Javier Daulte y Rafael Spregelburd. El humor. La parodia. La identidad.

Breves reflexiones sobre la pieza inédita Chalet y la celebrada Algo de ruido hace

La última reseña de este blog fue sobre Santificarás las fiestas[i], una obra que “cristaliza el paradigma temático de lo disfuncional como norma”. En cierto sentido, no hace falta buscar mucho en las obras de dramaturgos jóvenes de los últimos años para encontrar los signos recurrentes de lo que la crítica periodística llamaría “familia disfuncional”, criterio de reunión (la agrupación en categoría) y de atributo (familias hay en todo el teatro de todos los tiempos, y su disfuncionalidad depende de lo que se espere de ellas) que fue muy discutido, y desechado en la mesa.

No obstante, la dramaturga y directora Romina Paula me había enviado para leer un muy interesante texto inédito y no estrenado, Chalet, que bien parece confirmar hasta el punto crítico en el que el género se tuerce y su dirección cambia, el tópico. Es una familia “típica” (madre, padre, hija, hijo) y son monólogos separados, interrelacionados. Lo que cuentan, en un lenguaje que oscila entre la conciencia poética y la más desvinculada chatura, es dis-tópico: el joven se queja de que la hermana lo empujó y lo hizo caer sobre la cortina del baño, la madre, negadora, no dirá que está postrada en silla de ruedas, pero su hija describirá, con asombrada neutralidad, que por algún motivo inexplicado, la madre atravesó el cielo raso y cayó en el piso de la cocina, rodeada y bañada de escombros y polvo de yeso –similar a la resina con la que una famosa gimnasta evocada se frota las manos antes de hacer sus destrezas.

Puede leerse en este blog la reseña sobre la obra de R. Paula Algo de ruido hace haciendo click en http://la-diosablanca.blogspot.com/2008/11/sobre-algo-de-ruido-hace-de-romina.html

El pronombre “algo” en Gobernori y preferir la muerte con dolor
Al terminar la mesa redonda, le dije a Santiago Gobernori: toda obra de Gobernori que se precie contendrá, en sus primeras escenas, un texto de un personaje que declarará que prefiere morir.

Y la continuación le cité las siguientes perlas:

El personaje de Quique en Algo Descarriló dirá, ante la perspectiva de un tacto anal perpetrado por un médico que otrora fuera amigo de la infancia, en la página cuatro dirá: “No sé si hacerme el tacto anal o cortarme las venas con los dientes”. Y reafirmará en la misma página: “Siento una molestia. Espero que no sea grave porque me tiro abajo del tren”.

En su obra Las riendas, directamente en la primera página, ante la reflexión de Marga respecto de las convenciones (“a veces siento que las convenciones matan al hombre, el hombre no es un animal que se adapte a las convenciones”), Delia responderá: “sin las convenciones me ahorco en el baño a la semana”.

Fiel a Gobernori, su personaje de Karina, en Reproches constantes, dirá: “Y si no me mato es porque simplemente no me animo y además no termino de saber qué forma de suicidio sería menos dolorosa y traumática”.

Y el Fernando de Deus Ex Machina: “No sirvo para nada. Soy un fracaso. Me quiero matar…”

El pronombre “algo” encierra algo. Algo de ruido. Algo innombrable, algo para lo cual las nuevas (y las viejas) generaciones se esfuerzan en producir dramaturgias, acontecimientos escénicos. Algo que alude a algo que alude a algo que sabemos que sería importante, pero que si fuera nombrado…

Algo descarriló fue escrita y dirigida por Santiago Gobernori con motivo del Ciclo Nuevos Dramas Argentinos, organizado por el Centro Cultural de España en Buenos Aires en 2005…

[i] Click en : http://la-diosablanca.blogspot.com/2008/12/sobre-santificars-las-fiestas-versin.html

– Fuente: La Diosa Blanca

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