A un costado de la bicisenda que recorre el West Side del Río Hudson, hay una piedra que tiene este graffiti: «Pichu: Tu familia te ama; ¡Te amos muchos! Mi vida; Tus chicas de toda la vida». Fue escrito hace dos días por la esposa y la hija de Alejandro Pagnucco, uno de los cinco argentinos asesinados por el lobo solitario Sayfullo Saipov.
Precisamente en ese lugar, Mauricio Macri colocó la ofrenda floral que rinde tributo a Hernán Mendoza, Diego Angelini, Ariel Erlij, Hernán Ferruchi y al propio Pagnucco, que junto a otros cinco compañeros del Instituto Politécnico habían llegado a Manhattan para ratificar treinta años de amistad. Esa amistad continúa en pie, pero cinco de esos amigos ya no están.
Antes de llegar a la avenida West 264 de Manhattan, Macri fue hasta el Hospital Prebisteriano para saludar a Martín Marro, otro de los rosarinos atacados por el terrorista Saipov. El presidente llegó acompañado por Miguel Lifschitz, gobernador de Santa Fe. Marro se está recuperando y aguarda su alta para volver a Boston, donde vive junto a su familia. (Por Román Lejtman, Infobae)