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lunes, noviembre 25, 2024

Yo después de César Brie: el caso Eluana Englaro

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Leés que pasan una obra titulada “Orfeo y Eurídice” escrita y dirigida por Brie y vas de cajón. Es mi caso. Desde que vi su primera obra no he perdido oportunidad de ver sus puestas en Salta. Es como tener un Picasso. Teatro fetiche. Si no vas, no existís (no al menos en el círculo teatral). La vimos en el Salón Auditórium el 20 de junio.

El título es una paráfrasis de la novela de Jojó Moyes “Yo antes de ti” (Y de su “Después de ti” , cuano por fin alguien pensó cómo seguir después de la muerte del amor de tu vida), libro que fue llevado exitosamente al mundo del cine romántico de la mano de Emilia Clarke y Sam Claflin, actores que interpretaron a Lou y Will, respectivamente, enamorados durante un “extra” de vida del protagonista quien ha decidido dejar de vivir y tener una muerte asistida por propia elección. Cómo pensar que una persona completamente inmovilizada tras un accidente iría a vivir una historia de amor de esta magnitud, lo que podría “salvarlo” de su decisión fatal. Preciosa ficción. Pegó tanto, que la autora londinense debió hacer la segunda parte. Activistas pro vida intentaron desmontar la película, pero finalmente su estreno fue mundial, aunque con polémicas.

El tema de la obra de César Brie, interpretada magníficamente por Liza Taylor y Sofía Diambra, actrices de larga duración para un texto tan intenso, quienes pasan de la dulzura a la angustia existencial en un segundo; o de la selfie amorosa de la historia vieja de las amantes al inframundo de un hospital, como quien atraviesa el día y la noche en un chist; es la eutanasia, el derecho a una muerte digna.

Las anotaciones de César Brie sobre la obra las leí antes de escribir esta nota y una amiga me las leyó rápida y escuetamente antes del inicio de la función en Salta. Yo fui al teatro a ver una obra bajo el título “Orfeo y Eurídice” con los antecedentes de un director y dramaturgo que versiona los clásicos de manera extraordinaria. Esta vez, creo que hay tres historias y hasta cuatro si se quiere. La que vimos: dos mujeres que se enamoran, viven juntas, una se accidenta y queda en coma durante 17 años mientras su compañera busca la manera legal de darle término al sufrimiento de su agónica amante. La de Eurídice y Orfeo, este último, enamorado profundamente de su esposa a quien pierde por el cruce de los hados en su camino. No conforme con ello, se dirige en la barca de Creón hacia las tinieblas para rogar por la vida de su bella esposa. Su don, el de su voz, podría ser un regalo a los dioses. Su falta de confianza en la condición antepuesta por Hades, esfumó la posibilidad de sacar a Eurídice del inframundo. La tercera historia es real: cuando en 2009 Brie se anoticiaba de la muerte de Eluana, a quien su padre, Beppino Englaro, había cuidado 17 años por estar en estado vegetativo hasta que el parlamento italiano autorizó a dejar de alimentarla e hidratarla para finalmente, morir. La cuarta historia es la que se ve en versión italiana y que se diferencia de la que se representa en Argentina: los amantes son un hombre y una mujer.

En sus notas aclaratorias o de lectura de la obra o de narración anecdotaria, el autor señala al poema de Rilke sobre el mito griego como su máxima inspiración para la realización de esta obra.

En estas notas, Brie desea hacer conocer a quien le interese, cómo fue que llegamos a ver este “Orfeo y Eurídice”. Si los personajes femeninos no aludieran permanentemente a estos nombres griegos, “antes de ser Orfeo y Eurídice” – manfiestan, no sería posible realizar la conexión. Esta verbalización intencional de la nominalización, es lo único que nos ata al mito. Creo, definitivamente, que es la necesidad del dramaturgo de poner en palabras el proceso creador que lo inspiró a mostrarnos lo que vimos. Entonces no sé si se trata de la visión moderna del mito o de que todo hecho humano puede compararse a una manifestación literaria porque en definitiva, se trata de la universalización de los sentimientos y virtudes, de lo que alguna vez Aristóteles llamó “mímesis”. Replanteo la pregunta: ¿Es la versión moderna de Orfeo y Eurídice o la mímesis que opera en nosotros la búsqueda de una relación que nos permita sentirnos seres elevados, acaso deseantes, catárticos?

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Si me limitara a decir que César Brie nos tiene acostumbradas al buen teatro, no estaría dando ninguna novedad. Para hacer una crítica de su teatro fetiche, más que buscar respuestas hay que hacerse preguntas. Las certezas no sirven.

A nivel emoción, a muchos les llegó la angustia, la tristeza y la tragedia de las amantes que resultaron palpables en las lágrimas o en los ojos rojos luego del encendido de la luz de la sala. Algo que realmente es digno de aplaudir en el público, puesto que la vertiginosidad de las acciones, el nunca dejar de tener un ritmo alto y enérgético las actrices, el tecnicismo y perfección de sus parlamentos a tono y en sintonía con sus movimientos, producen también el efecto contracatártico. Cero emoción y 100 por ciento reflexión.

¿Sobre qué? Sobre el derecho de morir dignamente.

A pesar de que hay cortes novelados de la historia de las amantes, no hay romanticismo. El teatro fetiche de Brie busca el cerebro del espectador. Requiere de la complicidad. Es un teatro apelativo que intenta persuadir de que esa mujer tenía que morir. No debe caber la duda. Y en todo caso, no hay un cruce con la ética. Porque en la ética juega en primera plana la responsabilidad. Y la hubo para con la vida de una pobre mujer en estado vegetal y de otra más que es la que mantiene en ese estado a quien ama. Algo poco digno. Apela a la compasión.

Excelente. Logrado.

Minutos después, el pañuelo verde que ostenta Sofía Diambra, no produce los mismos resultados. El país está dividido por esto y hay “lados” e infortunios, necesidades, apelaciones, derechos, cuestiones de diversa índole. Intentamos volver a la obra que estamos aplaudiendo con ganas, una verdadera celebración de un teatro al que es imposible evitar una vez que lo viste.

– Fotos tomadas por Salta 21

– Notas relacionadas:

“Fui”: Las venas abiertas de César Brie
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Teatro militante: «Árbol sin sombra” de César Brie o la Masacre de Pando
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Karamázov, a la manera de César Brie
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