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martes, noviembre 26, 2024

«El Potro», lo mejor del cine nacional en 2018 junto a «El Ángel»

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Extraordinaria cinta sobre el cuartetero cordobés que se instaló para siempre en la historia de la música argentina. Música. Músicos. Cuarteto. Un ritmo que caló hondamente en todos los círculos sociales, que conquistó Buenos Aires y a partir de allí, no paró más. Rodrigo Bueno lo hizo. Tenía 27 años cuando la tragedia tocó a su puerta. Creo que aún siguen abiertas las heridas.

Si vamos a calificar como «extraordinaria» a la cinta dirigida por Lorena Muñoz, debemos dar las razones: en primer lugar, actuaciones impecables, sobre todo la de Fernán Mirás como «Oso», su representante; y la de Rodrigo Romero como el Potro, con un notable y asombroso parecido fisonómico con Rodrigo Bueno. Además de las destacadas actuaciones de Florencia Peña como Betty Olave, Jimena Barón como Marixa Balli, Daniel Aráoz como Eduardo «Pichín» Bueno, el padre del cantante; Malena Sánchez como Patricia «Pato» Pacheco; y Diego Cremonesi como Ángel (una mala influencia para el artista). Merece especial mención la participación de Franco Yankelevich (el hijo de Romina Yan) como Rodrigo de adolescente.

Otra de las razones para ser un film de los mejores, es la excelente selección de fragmentos de la vida del Potro, la exaltación de las escenas de intimismo del cordobés, que lo sacan de la frivolidad del ambiente nocturno y lo humanizan para mostrar que más allá de todo, era un joven que soñó con cantar; y además, un guión que lejos de ser «lírico», condensa la simplicidad necesaria de una vida ruidosa y llena de luces que, en ocasiones, no son más que silencios que resuenan en la oscuridad.

Lorena Muñoz hizo «Gilda, no me arrepiento de este amor». Pero no es sino con «El Potro, lo mejor del amor» que logra ubicarse como una directora excepcional, según mi opinión. No porque su anterior película no haya sido buena, sino porque esta es grandiosa. Con «Gilda» pareciera transitar lo místico y en ocasiones, la protagonista se vuelve invención. Ver la nota en http://salta21.com/Gilda-la-reina-de-la-cumbia-llego.html

Con respecto a la otra gran película de 2018, esta es sobre un asesino serial, Carlos Robledo Puch. El film ejerce una fascinación particular, algo que se experimenta frente a una obra de arte. Tiene que ver con la brillante composición actoral de Toto Ferro y un guión llevado perfectamente. Demasiadas buenas combinaciones para «El Ángel», además de la música, la ambientación y los actores que completan la paleta artística del film: Chino Darín, Daniel Fanego, Peter Lanzani, Mercedes Morán, entre otros.

Mientras que Lorenzo Ferro tenía 17 años y estaba terminando el colegio secundario en la ORT cuando fue al casting convocado por Undergroound para «El Ángel», Rodrigo Romero, de 29 años, era un albañil que se presentó al casting porque leyó el anuncio en Facebook. Cuando lo vieron no dudaron. Con Toto tampoco. Fue el primero de la fila y aunque habían cientos, su parecido con el ángel de la muerte era impresionante. Y a Romero, muchas veces le dijeron que se parecía a Rodrigo y hasta le ofrecieron imitarlo en tributos. Nunca aceptó… hasta que llegó su oportunidad que pareciera haber estado escrita: ser Rodrigo Bueno, el Potro, en la pantalla grande. Increíble.

Otro de los grandes films argentinos de 2018 es «Mi obra maestra» en el que la dupla Brandoni-Francella no solo funciona más que bien y se lleva las medallas de plata, sino que posiciona al cine argentino -me atrevo a decir- entre los más notables del mundo.

Ubicaría a «El amor menos pensado» en un tercer puesto, no porque Ricardo Darín no destaque en su interpretación junto a una no menos subrayable Mercedes Morán, sino porque la película va por el carril de comedia romántica. Y es quizá el cine menos pensado para atraer ciertos públicos más exigentes. Es una cinta desafiante y atrapa a los seguidores del actor, con perdón de Mercedes. Pero Darín es Darín.

Sin embargo, su participación en «Todos lo saben» es, a mi modo de ver, la peor actuación del argentino. Además es un film carente. Carece básicamente de un buen guión y sobran estrellas como Penélope Cruz, Javier Bardem y Ricardo Darín.

En un cuarto lugar ubicaría a «Acusada» y a «Sangre blanca». Estas dos películas argentinas gozan de excelente salud. Lali Expósito compone muy bien a una adolescente acusada de homicidio: Dolores Dreier. Leonardo Sbaraglia interpreta a su padre, en una intensa defensa de su propio honor. Es cine en serio, con los condimentos necesarios para poner a pensar al.espectador e inquietarlo aún después del final. Con esta cinta descubrís que ser culpable o inocente depende de una gran puesta en escena. El papel de los medios es crucial y sobresale Gael García Bernal con una potente intervención.

Para el final, dejamos a la salteña «Sangre blanca», un thriller de Bárbara Sarasola Day a quien no le tiembla el.pulso para mantener la tensión en alto de principio a fin. Te cuesta levantarte de la butaca cuando todo termina. ¿Puede saldarse la hijaeputez de un mal padre con una «falsa» justicia? Fue rodada en la frontera argentino-boliviana, en Tartagal y en Salvador Mazza. Si bien las actuaciones de Eva de Dominici y de Alejandro Awada traspasan la pantalla, vemos al salteño Guido Núñez en un más que logrado papel, quien se mete en forma breve, pero contundente, en la piel de un narco.

Hay épocas de gloria. Este es el momento de Rodrigo, cuyo retrato conserva las dos caras de una misma moneda: la vida y la muerte; un mismo festival en el que solo la música puede romper el singular binarismo.

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