En 2017 hubo casi 200 partos de niñas entre los 10 y los 14 años de edad. Preocupación por la mortalidad materna y la falla en prevención
29 de noviembre de 2018.
Los últimos datos del Programa de Estadísticas del Ministerio de Salud de la provincia de Salta, correspondientes a 2017, arrojan datos alarmantes respecto al embarazo adolescente en esa provincia.
De acuerdo con las estadísticas oficiales, sólo el año pasado nacieron 4.914 hijos de madres menores de edad. Es decir que 13 adolescentes por día se convierten en madres. Sobre este total, 197 partos se dieron en la franja que va de apenas 10 a 14 años y los 4.717 restantes, entre los 15 y los 19 años.
Aunque entre 2015 y 2016 hubo un descenso en la cantidad de madres adolescentes (5.565 casos y 4.859 al siguiente), en 2017 se registró un aumento, cuando el 18,3 por ciento de los partos fue de madres adolescentes.
En relación con esta problemática, los datos indican también que el 35% de la población adolescente inicia las relaciones sexuales sin protección y un 75% de los embarazos en esta franja etaria son no planificados.
«Esto conduce a que en muchos casos las niñas, jovencitas y, sobre todo, las niñas madres menores de 15 años oculten su estado gestacional. Con ese ocultamiento inician muy tarde los controles prenatales o lo hacen cuando surge una complicación«, explicó la subsecretaria de Medicina Social de la provincia de Salta, Marisa Álvarez, a El Tribuno. «Básicamente se está incrementando el riesgo de mortalidad materna sobre todo en las menores de 15 años».
La funcionaria consideró además que el «sistema de salud no siempre es del todo amigable con el adolescente, quien tiene inexorablemente necesidades específicas que se deben considerar y para lo cual tiene que adaptar su servicio y dar respuestas».
«Todavía no estamos pudiendo desarrollar todas las estrategias que permitan que las chicas entren en confianza y en contacto con el sistema para tener todos los cuidados que deben darse en un control prenatal de calidad. Los recursos sí se tienen y están a disposición. No es lo mismo tratar a una embarazada mayor de 20 años que a una niña menor de 15. Estamos trabajando fuertemente en generar esa sensibilización que es equivalente a la información, más capacitación», puntualizó Álvarez.
Por otro lado, la cantidad de embarazos en la adolescencia aumenta el riesgo de morbilidad y mortalidad para la mujer gestante. Las causas directas de las muertes maternas tienen que ver con patologías propias del estado de gestación o complicaciones como hemorragias obstétricas, hipertensión inducida por el embarazo e infecciones. Las indirectas, en tanto, están vinculadas con patologías generales agravadas por las modificaciones gestacionales en el funcionamiento del organismo.
Según datos del informe 2018 del OVcM (Observatorio de Violencia contra las Mujeres) de Salta, presentado la semana pasada, durante 2017 hubo 12 muertes maternas. Está el caso de una adolescente de 16 años que murió a causa de una hemorragia obstétrica o el de otra de 19 años que falleció por una falla orgánica múltiple producida por la patología denominada «hígado graso del embarazo'».
Tres de las muertes fueron por complicaciones derivadas de enfermedades del sistema respiratorio y dos por abortos no especificados. Hubo también un caso de eclampsia, otro de placenta previa con hemorragia, un desgarro obstétrico de cuello uterino, una hemorragia posparto y uno por desprendimiento prematuro de placenta. En 2016 fueron en total 17 muertes.
Según el OVcM, entre los principales determinantes de la mortalidad materna se encuentran la persistencia de patrones de relaciones de subordinación y violencia hacia la mujer y el déficit a la hora de garantizar el acceso irrestricto a la educación sexual integral y los métodos anticonceptivos.
Por ejemplo, mientras que en 2017 las mujeres se realizaron 1.568 ligaduras tubarias, los varones que se hicieron una vasectomía fueron solamente 44. En la primera mitad de 2018, 943 mujeres se realizaron la intervención y varones solo 37. (Infobae)