Historia y Filosofía, aliadas del conocimiento, parecen ubicarse como dos grandes irrenunciables del pensamiento. Felipe y Darío Sztajnszrajber, en vital complicidad, abordarán temas como la patria, la justicia y el rock en una charla que ningún libre pensador, debe obviar. Y por qué no, apta para buscadores. Llega a Salta este miércoles 27 de marzo, a las 22 hs. en el Teatro del Huerto, “Preguntas de la Historia y la Filosofía 3”. Pero antes, un diálogo imperdible con el autor de “Mujeres insolentes de la Historia”, a pocas horas de su presentación.
Pensar, amar, vivir
Hay diversas formas de definir a la patria y hasta se habla de «matria» por esta cuestión del género. ¿Qué es la «patria» y qué debiéramos cuestionarnos como falsos pensamientos para salir adelante?
– Efectivamente hay muchas formas de describir y de definir la patria. Quizá una muy linda es: “la patria es la infancia” que alguna vez dijo algún poeta… y tiene que ver con esas primeras sensaciones, esos primeros recuerdos tan fuertes, casi estomacales -diría- del sentimiento que se relaciona con tu lugar, con tu pequeño lugar -probablemente- el primero: tu barrio, tu ciudad, tu provincia… que van conformando una sensación de pertenencia, ¿no? Creo que la patria es esencialmente eso: es el lugar donde nos reconocemos, donde tenemos el mismo idioma, las mismas costumbres, donde pensamos distinto también, por supuesto, como corresponde a todo modelo democrático. Y donde –creo- que es un terreno de disputa histórico, un debate histórico: qué es la patria, quiénes son los dueños de la patria, quiénes se apropian de la tradición de la patria…
Palabra muy linda, muy bastardeada que ha sido de alguna manera capturada o cooptada por los sectores conservadores. Por la tradición, tiene que ver con nuestra cultura, con nuestro folclore, con nuestras mejores raíces, también. Así que es una palabra sumamente interesante, ¿no? Está bueno que se ponga en cuestión lo de “matria” o “patria” porque no casualmente “patriarcado” y “patria” están tan vinculados así que es un lindo momento para discutir si hablamos de “matria” o de “patria”.
A los argentinos, ¿nos falta rock o nos sobra… y determinadas letras debieran ser un himno… ?
– Creo que los argentinos tenemos rock. Quizás nos faltaría un poco más, probablemente con todo lo que significa “rock”, ¿no? Que “rock” es esencialmente por definición, “movimiento”; “rock and roll” eran los movimientos que hacían los barcos hacia adelante y hacia los costados. Y esto fue siendo adaptado a un género musical que tenía mucho que ver con el sexo, con la libertad… “Rocking” era una palabra que se usaba para bailar, para cantar, pero también para hacer el amor. Así que “rock” fue esencialmente una música libertaria, una música que permitió pensar de otra manera, bailar de otra manera, escribir de otra manera… Y yo creo que el rock es una filosofía también, es una forma de ver el mundo; una forma inconformista, sanamente inconformista de ver la realidad, con mucho poesía, con una perspectiva crítica que ha sido muy importante para la cultura mundial y de Argentina en particular, de los últimos años… yo diría 30 o 40 años… 40 por lo menos…
Se siente esa sensación de falta de Justicia como un gran ideal a alcanzar. Nos pasa como con la felicidad. ¿Tenés esa sensación o debiéramos salir ya de lo «atmosférico»…?
– Sí, creo que lo primero que habría que decir, es que hay que distinguir entre «Justicia» y «Poder judicial». A veces se dice “la justicia condenó”, “la justicia liberó”… bueno… no es la Justicia. La Justicia es una aspiración, es un concepto, es un ideal, también. El Poder Judicial está manejado por hombres muy vinculados al poder, a las conveniencias del momento, a las conveniencias políticas… Entonces creo que esa primera distinción es muy importante. Y la Justicia es algo esencial. La Justicia de las leyes, la Justicia social, la Justicia en lo cotidiano… cosa que los niños tienen tan claro, los niños reaccionan muy fuertemente frente a la Injusticia, a lo que les pasa cotidianamente y tienen bien en claro esa idea de Justicia que luego se va perdiendo en esta educación tan particular que les brindamos… Así que creo que la Justicia es un elemento central. Hoy en día el Poder Judicial está por encima de todos los poderes prácticamente, ¿no? … Son lindos momentos para debatir el tema “Justicia”.
Felipe… ¿existe un pensamiento crítico en el común de la gente o es reservorio de especialistas e intelectuales? Digo… hay cuestionamiento, ¿pero hay construcción y discernimiento?
– Hay que fomentar el pensamiento crítico que no quiere decir el pensamiento molesto o al que nada le viene bien. La palabra “crítica” es muy linda porque la crítica -creo que la forma más clara de entenderla es en una crítica de cine- puede ser muy favorable o desfavorable… no quiere decir que “criticar” signifique “descalificar”, son dos conceptos completamente distintos. Yo creo que lo que debería hacer la educación es a lo que uno tiende cuando hacemos estas charlas y hacemos divulgación de temas de Historia y de Filosofía; y de alguna manera, inspirar el espíritu crítico que es el que nos va a salvar, el estar atentos, el no conformarnos, el preguntarnos por qué pasan las cosas que pasan…
Así que el pensamiento crítico es un pensamiento clave que, en los sistemas educativos más modernos, es uno de los objetivos centrales que está en los programas de estudios… Y ves los programas de los países más desarrollados y que más importancia y presupuesto le dan a la educación -que no nuestro caso, por supuesto- donde está muy presente el tema del pensamiento crítico. En nuestro caso, eso queda en manos de los docentes que en general tienen una muy buena intención de despertar el pensamiento crítico, pero se encuentran con dificultades presupuestarias, programáticas, de una sociedad que no acompaña, de un periodismo que no acompaña al pensamiento crítico, una construcción de lo cotidiano que está muy lejos de todo lo que tenga que ver con el pensamiento crítico. Así que está muy bueno que podamos hacer estas cosas para colaborar con el desarrollo de un sano -siempre va a ser sano desde el lado que lo miramos, por lo menos nosotros- pensamiento crítico.