La obra «80 Rosas Rococó» -programada en el marco del XXXIIIº Abril Cultural Salteño- no se pudo presentar debido a la ineptitud, negligencia e inoperancia de los encargados de Procultura Salta. El Teátrico Suburbano no cerrará el Abril Cultural.
El espectáculo de Café Concert del grupo Teátrico Suburbano –cuyo elenco está integrado por Cristina Idiarte y Gabriela Vázquez– debía salir a escena ayer en la sala “Cerveza Salta”, de Mitre 331 a las 20,30.
Las especificaciones técnicas se habían acordado con un mes de anticipación y el equipo teatral estuvo desde la mañana trabajando para la puesta y se había colocado un decorado llamativo en la puerta anunciando la función.
Pero los inconvenientes comenzaron cuando en horas de la tarde las luces manejadas por Manuel Agüero producían un cortocircuito y se advertía que no funcionaba el equipo de sonido.
El tiempo pasaba y no se apreciaba un adecuado acondicionamiento del lugar en cuanto a su limpieza y disposición de las sillas y mesas para la ubicación del público de acuerdo al formato del espectáculo.
Ante tal desidia, la propia directora y actriz Cristina Idiarte tuvo que ponerse a limpiar y a tratar de acomodar la sala, sin ayuda del personal que se mostraba ajeno y desinteresado por la situación.
Frente a las fallas del equipo de iluminación intervinieron dos técnicos que pusieron toda su voluntad para lograr instalar adecuadamente las luces. Pero el problema del equipo de sonido era más grave e insalvable. Había que conseguir otro. Allí intervino el presidente de Procultura, Agustín Usandivaras, a quien se le requirió telefónicamente una solución para el problema. Entonces la máxima autoridad de la institución organizadora del Abril Cultural y administradora de la sala sugirió como salida que el grupo teatral “se alquile un equipo”, lo cual no correspondía según lo antes pautado.
Entonces Usandivaras hizo otra propuesta: “vamos y vamos con el alquiler”, o sea que proponía dividir los costos. Finalmente Procultura aceptó su responsabilidad en el tema y se comprometió a pagar el alquiler del equipo de sonido.
Pero el colmo vino cuando media hora antes del inicio del espectáculo el grupo pregunta por el servicio de catering, parte indispensable para la realización del espectáculo de café concert, al notar que no funcionaba el servicio de bar y restaurante del patio cervecero. Entonces expresan su preocupación por el tema a los encargados de Procultura que permanecían inmutables, en las oficinas de la sede de Mitre 331. Diez minutos antes del comienzo del espectáculo una empleada de Procultura avisa que había “un problemita”, porque el servicio de catering no se iba a habilitar. A todo esto, Usandivaras ya no contestaba las llamadas telefónicas.
Frente a esta situación, finalmente la directora de la obra le pide a una de las empleadas que avise al público que no se podía dar el espectáculo y que asuman su responsabilidad frente a quienes esperaban esperaban en la sala con entrada ya adquirida.
Pero la empleada no se animó a dar la cara y entonces el elenco en la puerta aclaró a los espectadores los motivos por los que se suspendía la función. A modo de agradecimiento por haber concurrido a ver la obra –que no se pudo dar- los invitaron a presenciar en forma gratuita el espectáculo en Gieco Bar Cosmopolita, Sarmiento y Santiago del Estero, el martes a las 21,30.
Tras este insólito agravio al teatro de Salta, el Teátrico Suburbano decidió levantar la otra obra del grupo, Bizarria Café Concert Las hijas de las Aspirinetas , programada dentro del Abril Cultural para el día del cierre.
Finalmente el teatro salteño en el Abril Cultural tuvo su show inmerecido: el agravio al que fue sometido públicamente por Procultura Salta a través del escándalo y el papelón.
