Todo bien en Salta. Este podría ser quizá el mensaje subliminar del operativo mediático-deportivo que trajo a Salta al seleccionado nacional femenino de hockey. ¿Cuánto costó?. Pero más allá de todo eso, sin duda es un placer ver jugar a estas chicas!
En las retinas y en las neuronas de miles de argentinos Salta quedó asociada a la pobreza y a la epidemia de dengue como el punto emergente -junto al Chaco, que luego la desplazó del podio- de la marginalidad y el atraso.
Las cámaras de la televisión nacional enfocaron primero el Tartagal devastado por el aluvión y luego la miseria de las afueras de Orán, donde el aedes aegypti prolifera en medio de la postergación y el olvido.
Ahora, con las leonas en Salta, Canal 7 transmitía a todo el país la hermosa imagen de bellas muchachas argentinas y yanquis corriendo con palos detrás de una pelotita blanca. Y de fondo los sólidos edificios de la sede del Ejército en el Campo de la Cruz.
No está mal como contrapropaganda habida cuenta que los esfuerzos por ocultar la verdadera cifras del dengue y la pobreza se llevó la poca energía gubernamental que debió haberse invertido antes en prevención sanitaria y desarrollo económico.
Al gran pueblo argentino ¡salud!
Cuatro de la tarde de domingo 26 de abril. A pesar de la llovizna la gente acude al partido de la serie de encuentros que enfrenta a las amazonas de las pampas con las gringas de norteamérica.
Somos ganadores de entrada. El himno argentino suena con más fuerza. En los mástiles una enorme bandera argentina contrasta con otra pequeña emblema yanqui que luce un tanto intimidada.
Cuando logro avanzar de la popular (15 pesos, colmada) hacia la platea (25 pesos, con algunos claros), me ubico debajo de la hinchada más fanática de las Leonas. Son jovencitas de entre 15 y 18 años con la cara pintada de azul y blanco que gritan a más no poder y que agitan banderas patrias. Vienen de Yerba Buena, Tucumán.
¿Y cómo van? le pregunto a un señor sentado a mi izquierda. Acaban de hacer un gol, me cuenta, justo cuando usted estaba llegando. ¿Un gol? ni cuenta me dí. ¿Y cómo fue?. Un corner corto, me explica. Ah…, bueno.
Mire, se ve que la lluvia ya anegó el campo de juego, porque cuando golpean la pelota se levanta un poco de agua, le señalo al señor sentado a mi izquierda. Me dice: no, no es por la lluvia, es un sistema especial que riega la cancha en forma permanente. El agua fluye constantemente por su superficie. Fíjese al costado, hay un sistema de drenaje permanente. Asombroso. Más tarde me fijo y es así. Observo el efecto que eso produce en el deslizamiento de la pelota. Claro ¡qué sofisticado todo esto! Increíble.
Aymar es como Maradona y Aguirre la heroína salteña
Hay dos estrellas máximas. Una, Luciana Aymar, considerada como «la mejor jugadora del mundo». También me señalan a una joven morocha y movediza que destaca en medio de tanta gringa. Ella también es centro de la atención. Es salteña. Se llama Gabriela Aguirre.
20 minutos del primer tiempo. Avanza Aymar a toda velocidad y habilidad, superando adversarias a lo Maradona. Sobre la izquierda dos metros adelante corre la salteña Aguirre. Aymar le da un pase que Gabriela le devuelve, como si fuera una entente Diego-Canigia. Luciana saca un tiro impresionante hacia el arco. Casi es gol. Bravo! El entusiasmo de las tucumanas nos contagia en esa mezcla de orgullo nacional por Aymar y provincial por Aguirre.
Lo de Aymar es realmente superlativo, desde el centro reina con su figura esbelta, corre para aquí y para allá, defiende, ataca, arma. Es super bella y elegante dentro de la cancha. «¡Qué linda que es, yo con ella me caso!», dice un chico de 14 años. «¿Pero vos crees que una mina así te va a dar bola?», le contesta un amigo y todos ríen.
Las leonas meten dos goles más y las yanquis logran convertir uno. Final: gana Argentina 3 a 1.
¡Lucha! ¡Lucha! ¡Lucha! gritan unas chicas en la popular cuando termina el partido, al borde de la cancha. ¿Por qué gritan Lucha?, les pregunto. Me dicen, como si fuera un estraterrestre: la llamamos a Luciana, que es la mejor jugadora del mundo!
Luciana firma autógrafos en la zona de la platea, rodeada por otras jugadoras. Allí también está otra mujer rubia, a la que todos quieren fotografiar y pedirle autógrafo. ¿Quién es? pregunto. ¡Ella es Vanina Onetto, una de las mejores leonas de toda la historia, es super famosa!, me dicen sus fans. Ah… digo, tratando de ocultar -ya es tarde- que yo ni sabía de su existencia.
Se acerca Gabriela Aguirre, la número 22. Una chica linda, amable, tranquila, sencilla. En medio del fervor que la envuelve como un torbellino logro conversar brevemente con ella:
¿Cuántos años tenés?
Veintidós.
¿Cómo te sentís, como salteña, de haber llegado al seleccionado nacional?
Lo vivo bien, naturalmente, porque ha sido algo que se dió después de mucho trabajo y esfuerzo…
¿Dónde aprendiste a jugar?, ¿qué equipo integrabas en Salta?
«Yo soy de Universitario», dice. Sonríe, firma el último autógrafo y se aleja.
Bien por Aymar y por Aguirre. El espectáculo deportivo fue muy bueno. La imagen transmitida al país por la televisión nacional es positiva. No todo es miseria y dengue en Salta y todo eso se olvida mientras las amazonas de las pampas despliegan su juego bello y contundente en el campo del Ejército.
El trabajo del equipo técnico deportivo liga al camión de exteriores estacionado detrás de la popular Sur con los estudios centrales del canal oficial en Buenos Aires. Observamos un minuto el trabajo de los colegas: profesionalismo, creatividad y eficacia en una cabina mínima convertida en un estudio ambulante, con un panel de pantallas, un escritorio plegable y tres asientos cómodos ocupados por los trabajadores de prensa. «Entramos con la estadística y luego vamos con la repetición del gol», avisan desde Salta, donde generan esas imágenes y así se hace un instante después con el comentario de los periodistas en Buenos Aires para llegar a miles de hogares de todo el país.
Pero ¿cuánto costó todo esto?. Quizá Palópoli podría dar ese dato. Pero el funcionario pasa raudamente hablando por su celular y cuando quiero ubicarlo ya ha desaparecido.
A la salida la llovizna se intensifica. La gente se va contenta. «Me caga de gusto verlas jugar, valió la pena», comenta un muchacho. Una chica destaca el esfuerzo y la capacidad que se necesitan para llegar a ese nivel de juego. Las Leonas rugieron y convencieron, en un partido que tuvo tanto de choque deportivo como de exhibición distendida. Salta fue para ellas un eslabón más en su dilatada trayectoria de gloria mediática y triunfos deportivos. Pero no son divas caprichosas y altaneras. En su contacto con el público y la prensa mostraron simpleza, madurez, simpatía y naturalidad en un equilibrio mental y anímico que no se aprecia habitualmente en el fútbol, donde todo parece más comercial, impostado y torcido…
Urtubey en la línea de Romero y Salta 3era. en el país
Durante la gestión de Romero, Salta se posicionó bastante bien con respecto al hockey. A Urtubey le sale prácticamente de taquito. Te comento que a la provincia las Leonas le cuestan el alojamiento; como se sabe están parando en el Alejandro I; los viáticos se los paga Nación a estas deportistas.
Pero hay un dato muy interesante: a nivel nacional, Salta está ubicada en tercer lugar para albergar competidores de este deporte. Primera se ubica la provincia de Bs. As, segunda está Rosario de Santa Fe y luego Salta, que se postuló para el mundial. Bs. As. se retiró porque sus canchas están en Palermo (para un mundial se necesitan dos) y su mega proyecto era inabarcable; entonces quedó Rosario en primer término. En diciembre, el hockey para caballeros recibirá a los mejores equipos del mundo porque Popeye – que tiene dos canchas-, es la tercera a nivel nacional.