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domingo, noviembre 24, 2024

Tres recitales de cámara

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26 y 29 de abril; y 3 de mayo: tres recitales de música de cámara, un tipo de música que debe existir en cualquier lugar donde hayan esfuerzos públicos o privados para el desarrollo de la más completa de las artes: la música. La provincia tiene, desde hace años, un departamento de Música de Cámara a cargo de la pianista y pedagoga María Fernanda Bruno.

– PRIMER RECITAL: María Fernanda Bruno (piano), Inga Iordanishvili (violín). Sonata en Fa mayor op. 24 nº 5 “Primavera” (Ludwig van Beethoven 1770- 1827). Sonata en La mayor (César Franck 1822-1890). Salón Victoria del Teatro Provincial. Domingo 26 de abril de 2009.

– SEGUNDO RECITAL: Quinteto Piec (Cecilia Borzone: flauta, Eugenio Tiburcio: clarinete, Alejandra Barreto : oboe, Pablo Ahumada: corno y Karina Morán: fagot). Bläserquintett Es-Dur op.88 nº 2 (Antón Reicha 1770-1836). Seis Bagatelas (György Ligeti 1923-2006). Tema de María (Astor Piazzolla 1921-1992). Casa de la Cultura. Miércoles 29 de abril de 2009.

– TERCER RECITAL: María Fernanda Bruno (piano), Raúl Fernández (clarinete). Sonata para clarinete y piano (Francis Poulenc 1899-1963). Sonata para clarinete y piano op.120 nº1 (Johannes Brahms 1833-1897). Salón Victoria del Teatro Provincial. Domingo 3 de mayo de 2009).

Dicen los diccionarios refiriéndose a la “música de cámara” que se trata de música para un pequeño conjunto de instrumentos cuyas páginas están destinadas a un reducido grupo de oyentes. Otros hablan de ella como una forma de distinguir lo que en una época de la historia de la música se llamaba “música da chiesa” o sea, música religiosa para la iglesia, el culto, etc. Es que no hay una definición apropiada para este tipo de manifestación sonora pues muchísimas veces habremos de encontrar, y de hecho también sucedía en siglos anteriores, pequeños conjuntos que atraían, por un sinnúmero de razones, a una enorme cantidad de oyentes. Lo cierto es que lo que se conoce como música de cámara es un tipo de música que debe existir en cualquier lugar donde hayan esfuerzos públicos o privados para el desarrollo de la más completa de las artes: la música. Y aunque este no es el lugar para explicarlo, la provincia tiene, desde hace años, un departamento de Música de Cámara a cargo de la pianista y pedagoga María Fernanda Bruno, y ésto es un aporte a la cultura del pueblo.

En el lapso de una semana se programaron tres recitales donde pude apreciar dos destinados a los maestros de los talleres infanto-juveniles y uno al quinteto de vientos compuesto por integrantes de la Orquesta Sinfónica de Salta. Bueno sería poder contarles a ustedes, los lectores, lo ocurrido en cada uno de ellos pero esto va más allá de mis deseos personales. Los espacios gráficos no son todo lo extensos que uno desearía.

Sin embargo ¿por qué no decir algo de los momentos culminantes de estos recitales? Por ejemplo, la sonata “Primavera” es una página de cierta sencillez que no da lugar a explosiones románticas y por tanto no las hubo, a pesar de la existencia de grabaciones que justamente son lo contrario. Mal gusto que le dicen. La sonata de Franck es un lujo. Está escrita para violín y piano, no al revés y Bruno dejó lucir a Iordanishvili. A pesar que no la nombra específicamente hay casi unanimidad en que la sonata que menciona Marcel Proust en su obra En Busca del Tiempo Perdido , es justamente ésta. Página de un maestro compositor.

Antón Reicha logra salir de la aridez natural de los grupos de vientos y arma un quinteto atractivo, cálido y pintoresco. Las Seis Bagatelas de Ligeti requieren más audiciones pues su micropolifonía no es sencilla de apreciar. No es obstáculo para destacar de ellas “Presto Ruvido” que es la número cuatro. Finalmente, el excelente Quinteto Piec abordó un arreglo desafortunado del tema de Maria de la ópera Maria de Buenos Aires . Ese tema está pensado para el canto de una mujer, María, y acompañamiento instrumental. Puedo ser yo el culpable, pero no alcancé a encontrar la idea de Astor Piazzolla.

Finalmente, un dúo notable. La señora Bruno al piano junto a uno de los mejores músicos de Salta, el clarinetista Raúl Fernández. Repito lo que dije en el 2005. La sonata de Poulenc es hiriente, irónica, se solaza en romper la tradición. Requiere ensayos concentración y técnica. El dúo tuvo todo éso y de sus tres movimientos es oportuno destacar el segundo, una romanza donde el clarinete dice su tema y el piano responde la frase como si fuera un eco logrando un clima especial. Luego vino la sonata de Brahms que aunque escrita casi seis décadas antes, no evita la comparación entre ambas. Y es así como la primera aparece de juguete y la segunda constituye una pieza de mayor volumen, cargada de profundidad, de mayor cuerpo sonoro, de ideas apacibles, alegres o explosivas. Es una página de bella expresividad que solo brinda placer auditivo en sus veinticinco minutos de duración.

Que hubo poco público en los tres conciertos, es cierto. Mal pandémico, ahora que la palabra está de moda, que no debe ser causa para no redoblar esfuerzos en busca de mayor número de oyentes. Esta es una de las tareas de la Secretaría de Cultura a través de su correspondiente departamento. La literatura camerística escrita a través de los siglos y la capacidad de los intérpretes que hay hoy en Salta lo merecen.

– Foto: estreno suizo de la ópera-tango María (octubre de 2001) en el Teatro Municipal de Berna, una versión con danza, bajo la dirección musical de Daniel Zisman.

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