Derribó mitos del psicoanálisis. No hay recetas mágicas para el amor pero hay fases en la que una persona descubre si quedarse o no quedarse con el otro. “La infidelidad es el estado natural de las personas y se es fiel por decisión”. Charlas de diván, una entrevista abierta con Gabriel Rolón. “No es una terapia de grupo”, dijo a Salta 21.
Carlos Nieto abrió la charla del sábado 22 de agosto a las 22, 23 hs. en el Teatro del Huerto. Es como el alter ego del psicoanalista o como la voz del inconciente del público que va largando en forma de humor lo que le ha parecido subrayable o impactante de lo dicho por el público o de Rolón. En otra forma, es una especie de mediador que te pasa el micrófono para hacer la pregunta. El público se despachó con preguntas interesantes y con preguntas fuera de foco pero que no fueron subestimadas ni minimizadas por Rolón. Respondió todo en dos horas y se detuvo por cuestiones de tiempo. Algunas historias clínicas pudieron ofrecer un cierre potente a esta Charla pero la norma es medir el tiempo, como en una sesión.
Sale el psicoanalista, muy conocido a través de la TV y la radio, por su amistad con Dolina y por su increíble manera de abordar la psicología, y empieza con el relato de un libro que le impactó “El retrato de Dorian Gray” y a partir de allí surge la reflexión hasta que el público comienza a preguntar. Van saliendo los temas.
La síntesis sería: el amor tiene fases en las que una persona al momento inicial entrega su amor, se encandila, luego ve los defectos del otro y decide quedarse si esos defectos no lo lastiman. La fase de la idealización debe ser superada. No es lo mismo el deseo que el amor pero la llave del éxito de una pareja es cuando se combina la idealización y la degradación (esta es la erotización del otro). La fidelidad es una cuestión de decisión personal. El perdón no tiene que ser una obligación y siempre depende del dolor que el otro le ha causado. Diferenció la concepción de cliente y paciente (padeciente), el duelo y la melancolía. Habló sobre el enamorado contrariado, el papel de la transferencia, el sexo como parte del amor hasta el final de los días; las ideas sobre la existencia de un destino en lo que subrayó que lo importante es que la persona es lo que tiene en su memoria.
Todo ello fue surgiendo de la interacción con el público y para ciertos problemas complejos ejemplificó con historiales de pacientes.
Lo cierto es que el público femenino lo aguardó al término de «Charlas de diván» por fotos y autógrafos. Salta 21 esperó hasta el final, pasada la medianoche para dialogar con Gabriel Rolón; también estaban los de la TV antes que nosotros. Carlos Nieto, especie de súper-yo, nos marcó la necesidad de solicitar un entrevista telefónica. Como no nos caracterizamos por ser burócratas y nos desagradan los esquemas, con el consentimiento de Rolón, logramos charlar un poco con él, sin audiencias ni pactos.
¿Sentís que estás cumpliendo el rol de un actor y haciendo un espectáculo?
– Es un espectáculo, sí, es un espectáculo. No te diría que tengo el rol de un actor – que me encantaría. Yo estudié muchos años de teatro e hice radioteatro con Dolina y canté en “Lo que me costó el amor de Laura” y fui un actor, me encanta el rol de actor. Acá no siento que esté siendo un actor porque expongo demasiadas cosas personales como para ser un actor. Sí soy alguien que viene y habla, un charlista que no es lo mismo que un componentista y que un psicólogo que está haciendo un rol terapéutico. Esto no es una terapia de grupo, es simplemente algo que se quiere parecer un poquito a un grupo de reflexión.
¿Hay algo para lo que alguna vez no tuviste una explicación?
– Oh… tantas cosas… la muerte de mi papá es la primera. De ahí en adelante tengo muchos desamores a los que nunca les encontré la explicación y creo que no se la voy a encontrar tampoco. Vivir es también aprender a saber que hay muchas cosas que no tienen explicación y que uno tiene que vivir igual.
Cómo hacés para no tener conflictos conyugales o conflictos matrimoniales o no pelearte con tu mujer
– Y quién te dijo que no me peleo…
Lo leí en una entrevista que te hicieron… O ya cambió… ¿Te peleaste?… Confesálo
risas
– No, no… no me peleo. No nos peleamos porque nos respetamos mucho. Ella sabe cómo es mi vida, qué cosas tengo, mi mujer es violinista y a veces tienen que irse, tiene ensayos, se va con la orquesta a algún lugar. Jamás me enojo porque está de gira, no me enojo porque trabaja en un lugar donde hay cuarenta hombres. No me pongo celoso por eso. Ella respeta mis viajes, mis charlas, mis pacientes. Creo que el secreto que a nosotros nos funciona es respetar la vida individual del otro por fuera de la pareja.
(El restaurante está abierto para nosotros, dice Carlos…)
Se viene la última, a la que accede Rolón amablemente
Dijiste que los salteños eran conservadores, seguís pensando lo mismo o te pareció simplemente que un grupo no era conservador…
– Yo dije que me habían dicho que eran conservadores, no que yo lo pensara. Me habían dicho y vine sin pensarlo, justamente sin prejuicios y me sorprendieron porque fue un público más abierto que el que me he encontrado incluso en Capital Federal mismo. Y esa es mi grata sorpresa, me alegra no haberme quedado prendido a lo que me habían dicho.
El retrato de Gabriel Rolón y la llave de una relación exitosa
Hola Rolon, hay relaciones en la que solo juega lo sexual y a una de las partes solo le interese eso?…