Los fraudes por medio de internet crecieron un 10% en el último año, señaló Daniel Bonina, especialista en esta materia, quien explicó que este tipo de delitos se originaron en Nigeria, «llegando a ser una de las principales fuentes de ingreso de ese país.
Se lo conoce como estafa nigeriana o lottery scam. Hay argentinos que viajaron a Europa para reunirse con estafadores vestidos de abogados. Le entregaron dinero personalmente y volvieron con las manos vacías».
Uno de los más peligrosos, apuntó Cristian Borghello, de la empresa de seguridad informática ESET, involucra la fantasía de estar con una mujer rusa, quien desesperadamente busca ayuda en un hombre como nosotros para escapar de su país. Según el especialista, todo comienza con un e-mail con datos y fotos de una joven. Si el hombre se interesa en ella, es redireccionado desde la casilla de mail a un formularia de registro de un portal web para que se contacte con la mujer en cuestión, aunque para poder hacerlo deberá comprar créditos.
Otra de las modalidades es, ahora sí, de Nigeria. Un usuario de internet recibe un corre electrónico de una falsa autoridad gubernamental corrupta que quiere enviar grandes sumas de dinero al exterior a través de un cómplice que se anime a semejante delito a cambio de un porcentaje. Si la persona acepta, se le pide un número de cuenta bancaria y se le envían mensajes con datos de la operación. Luego, «el funcionario» comienza a pedir dinero, mientras que el porcentaje de la suntuosa suma nunca llega.
El de la pobre viuda es también un clásico. En este caso, el internauta recibe un e-mail de Caroline Hamson, una mujer que dice estar varada en Costa de Marfil, haber quedado viuda de un diplomático y estar postrada en un hospital porque padece una enfermedad terminal. Cerca del final, explica que no necesita el dinero para sí misma, sino para poder enviar a sus hijas de regreso con sus abuelos.
A continuación, se explica una en la cual es muy fácil de caer si se venden artículos por páginas de internet. Un estafador recorre sitios web en los cuales los usuarios venden productos. Al detectar alguno de gran valor, hace una oferta por el doble de lo que vale. Luego, se pone en contacto con el vendedor y le solicita un número de cuenta bancaria para depositar el dinero, al tiempo que le pide que le envíe varios de esos artículos a otro país. A los pocos días, llega al mail del proveedor un correo electrónico de un banco que asegura que la transferencia ha sido hecha y se agrega un link para que acceda a la página; una vez hecho esto, ingresa pero un mensaje de seguridad advierte que si bien el dinero ha sido transferido no será acreditado hasta que se envíen los artículos. De esta forma, muchos mandan los valores, pero no reciben la plata.
Finalmente, uno de los más peligrosos es el denominado «phishing». Al internauta le llega un e-mail supuestamente de un banco (si es al que uno pertenece es más fácil caer). En el texto del correo se pide que se actualicen las claves de seguridad y se da un link que redirecciona a un sitio que es una fiel copia de la de la entidad. Una vez adentro, uno ingresa los password y el dinero es robado por los hackers, publicó el diario Clarín.