El hecho de no saber cuando hay concierto, de no conocer a principios de temporada la programación anual tiene, a veces, su lado bueno. Por ejemplo en esta oportunidad Salta tuvo el placer de contar con tres visitas ilustres para hacer un programa íntegramente francés.
Salta, setiembre 25 de 2009. Teatro Provincial. Orquesta Sinfónica de Salta. Solistas: Paula Almerares (soprano). Enrique Folger (tenor). Director Invitado: Maestro Mario Perusso. Obertura Carnaval Romano op. 9 de Héctor Berlioz (1803-1869). Arias y Dúos de las óperas “Romeo y Julieta” de Charles Gounod (1818-1893) y “Manón” de Jules Massenet (1842-1912).
Primero fue Carnaval Romano , exquisita, vivaz, modelo sonoro en la materia, construida en pleno romanticismo del siglo XIX. Fue expuesta con absoluta sabiduría por parte del veterano -dicho con respeto y admiración- maestro visitante. Su intachable manejo orquestal, mereció “bravos” no acostumbrados, al menos en estos lares, luego de la primera obra que además mostró un magnífico solo inicial a cargo del oboe de Saro Danielian. Berlioz muy bien servido.
El drama shakesperiano “Romeo y Julieta” , los amantes de Verona, los causantes de la lucha entre Montescos y Capuletos, originó no pocas incursiones en las artes. Una de ellas fue la ópera del francés Gounod de la cual se oyeron en versión de concierto, tres pasajes: la delicadeza de su exquisito “Vals” a cargo de la notable Paula Almerares, una Julieta que aún no conoce a Romeo, luego el aria “Ah, no te vayas todavía” del muy buen tenor que es Enrique Folger, para finalizar con el ardiente “Dúo de la alcoba” .
Luego le tocó el turno a otra novela, esta vez la que relata la vida de la descarriada Manon Lescaut del abate Marcel Prévost, que en manos de Puccini se llamó igual que la narración y en la ópera de Massenet se llamó simplemente “Manon” . Cuatro fueron los momentos: “Adiós a nuestra pequeña mesa” , “El confesionario de Saint-suplice” , “El camino a El Havre” y el “Final” con Manon muriendo en brazos de su amado Caballero Des Grieux, luego de un breve y sentido recitativo.
Paula Almerares es una soprano realmente sobresaliente. En este tiempo debe ser una de las mejores voces femeninas de nuestro país. Lleva música en sus venas desde que es hija de uno de los integrantes del famoso Cuarteto Almerares que Salta conociera años ha. Es fina, elegante, bella, con un timbre y vibrato impecables. Su amplio registro le otorga la facilidad de un fraseo cargado de talento. No mostró el más mínimo decaimiento en toda su actuación, ora delicada, ora expresiva. Sus agudos son el producto de horas de trabajo de alto vuelo. En suma, una verdadera artista del canto. Su acompañante, el estupendo Enrique Folger no solo mostró su ardor escénico en ambas óperas, sino que tuvo una firme y musical línea sonora. Está dotado de una vena dramática casi innata y su canto es sólido y sin fisuras. Ambos de afinación imbatible. Creo en verdad que los salteños tuvimos la suerte de tener estas dos voces nacionales para el pleno goce de los sentidos. Esto fue rubricado por el fantástico trabajo de Mario Perusso. Hace bastante tiempo no escuchaba acompañar a solistas con tanta madurez, con tanto conocimiento. Una perfecta dinámica, una conducción lujosa, detallista, su lectura estuvo cargada de sutilezas que solo pueden hacerse cuando el pentagrama esta en su mente y en el alma. El refinamiento y colorido de la música francesa del romanticismo fue clara demostración de algo que no se ve frecuentemente. El maestro sabe que lo micro es lo que el músico de orquesta toca. Lo macro es la labor del director que intenta conseguir la traducción que el autor hubiera esperado. Perusso, gran director de óperas, sabe cómo hacerlo.
