En una maratónica sesión, el Senado sancionó en general, por 44 votos a favor y 24 en contra, el proyecto impulsado por el Ejecutivo, con las modificaciones hechas por Diputados pero sin realizar las enmiendas que reclamaba la oposición. Ahora votan en particular.
La Cámara de Senadores aprobó ayer en general la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y debatía el proyecto artículo por artículo, instancia en la que el oficialismo confiaba en alcanzar los respaldos necesarios para no realizar cambios en la letra chica. Entre propios y aliados, el jefe de la bancada oficialista, Miguel Ángel Pichetto, cosechó 44 votos a favor y 24 en contra, luego de una sesión que duró dieciséis horas y que significó un aval a la apuesta kirchnerista más importante del año.
Tras la aprobación en general, comenzó la votación en particular y el oficialismo calculaba aprobar con entre 37 y 40 apoyos todos los artículos, incluidos los más polémicos como la autoridad de aplicación, el plazo de desinversión y el régimen de sanciones.
La oposición, por su parte, mantenía cierta expectativa en torno a la posibilidad de modificar algún punto del texto y devolver a Diputados el proyecto impulsado por el Gobierno.
El resultado de la votación desató la algarabía de los senadores del Frente para la Victoria y de las agrupaciones kirchneristas que aguardaban el desenlace en las inmediaciones del Palacio Legislativo.
Los festejos, que también se reprodujeron en la Quinta de Olivos, incluyeron el canto del himno nacional, aplausos y mucho bombo, ante la inminente sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que reemplazará al decreto-ley emitido por la última dictadura el 15 de septiembre de 1980.
Al cerrar la jornada, el jefe del bloque del FpV, Miguel Ángel Pichetto, destacó la naturaleza de la iniciativa, y dijo que es «moderada, democrática, y permite que las empresas puedan tener una posición adecuada, pero no dominante».
«Ninguna norma se escribe en la piedra, pero es un avance», subrayó Pichetto. En medio de la disputa del Gobierno nacional con el grupo Clarín, el rionegrino aseguró que «TN se podrá reproducir en el interior», y subrayó que «el argumento de que se van a perder fuentes de empleo es totalmente falso».
Pichetto cuestionó el rabino Sergio Bergman y a Alfredo De Ángeli por encabezar este miércoles una convocatoria en contra de la Ley de Medios, y consideró que «hicieron una marcha patética, un rabino fundamentalista y un cortador de rutas profesional».
A la vez, defendió a los senadores Carlos Salazar y Dora Sánchez, que cambiaron sus posturas y apoyaron la norma oficial a último momento, y aseguró: «Los que se van del Gobierno son ídolos populares y pasan a tener la estima de la sociedad. Ahora, aquellos que deciden apoyar una medida del gobierno son tránsfugas, delincuentes, son Borocotó».
Durante el debate, varios senadores y otros referentes antikirchneristas aseguraron que la controvertida ley llegará a los estrados y que será la Corte Suprema de Justicia la que finalmente defina su suerte.
«No nos vamos a rasgar las vestiduras en decir que con esta ley no se sale de una de la dictadura, pero vamos a tratar de convencer al oficialismo para hacer cambios», subrayó el senador radical Gerardo Morales. El socialista Rubén Giustiniani, en tanto, señaló que también haría fuerza para que se modificara el artículo 161 referido a la desinversión, pese a que acompañó la ley oficial en general.
El jefe del bloque de la UCR, Ernesto Sanz, en tanto, consideró que el Gobierno nacional «se encierra en una tiranía de las mayorías parlamentarias». «Muchos van a festejar como si fuera un gran triunfo, pero no tienen real dimensión de lo que dejan en esta batalla, porque son cosas que exceden este debate en el Congreso», sostuvo el mendocino, y agregó: «Yo no creo sinceramente que se la ley de la democracia que podríamos haber tenido».
El debate comenzó pasadas las 10:30, media hora después de lo previsto, con la exposición del senador oficialista Nicolás Fernández, que aseguró que se trata de la ley con «más consenso en la vida institucional de este país».
«Este proyecto se encontraba en las plataformas de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner, fue discutida en 24 foros federales y tiene el respaldo de 43 universidades. Esto es consenso», resumió el senador santacruceño, y subrayó que en la Cámara de Diputados se le introdujeron al texto 150 modificaciones.
Fernández ofició de miembro informante de la mayoría, luego de que el jefe del plenario de comisiones, Guillermo Jenefes, le cediera esa tarea, tras manifestarse en contra de varios artículos. A su turno, Jenefes justificó haber firmado el dictamen de mayoría en disidencia, y negó que esta acción haya sido «la llave» que permitió al oficialismo llevar el proyecto al recinto.
«Mi responsabilidad de firmar un dictamen en disidencia era mi obligación como senador de la Nación y como hombre de la democracia, era mi obligación no tener como rehén al bloque al que pertenezco», puntualizó el jujeño.
Además, negó «terminantemente» haber sido objeto de presiones por parte del Gobierno nacional, tanto a nivel personal como a través del gobierno provincial, por un supuesto apriete tomando en cuenta las necesidades financieras de Jujuy. En cambio, dijo haber sufrido presiones «de los medios», los que «pretendieron que traicionara sus convicciones políticas».
Por su parte, Carlos Reutemann sostuvo que la intención declarada de combatir los monopolios no ha sido llevada a cabo por el Gobierno, ya que no aplicó la ley de Defensa de la Competencia, una herramienta que tenía a su disposición. «Estamos saldando una vieja deuda con la democracia», exclamó a su turno la jujeña kirchnerista Liliana Fellner. De concretarse la aprobación definitiva, la Casa Rosada cumplirá con su plan de tratamiento acelerado -luego de haber enviado la iniciativa al Congreso en agosto pasado-, pese a que la oposición ya confirmó que revisará la ley luego del 10 de diciembre, una vez que cambien las composiciones de ambas Cámaras.
Fuente: NA
Se aprobó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual
Con la aprobaciòn de èsta ley, podemos decir, con toda seguridad, que en la Argentina, se han terminado: el hambre, la corrupciòn, la anomìa, la vulgaridad, la falta de amor al trabajo, los bajos salarios, la falta de escuelas, el bajo nivel de las universidades, la deserciòn escolar, el tràfico de estupefacientes, el tràfico de personas, los accidentes de tràfico, la deuda externa, la deuda interna, el incumplimiento de los deberes de los funcionarios pùblicos, la incapacidad de los funcionarios pùblicos, la vagancia de los diputados y senadores, la prostituciòn, la corrupciòn de niños, el analfabetismo funcional, la desertificaciòn, la expoliaciòn de nuestros recursos naturales por firmas extranjeras, la discriminaciòn, el racismo, la viololencia contra mujeres y niños, la contaminaciòn ambiental, la televisiòn basura, las radios basura, los diarios basura y hasta el cambio climàtico. De ahora en màs seremos mejores en todo que los suecos, los japoneses y los alemanes juntos y, ademàs, vivirèmos felices para siempre. Que bueno. Y, para rematar, conseguimos todo aquello en sòlo 4 meses y por una cantidad mìnima de plata: unos cafecitos y unos viàticos extra para unos cuantos opas. Eso es todo lo que costò la puta ley. ¿ Por què no la exportamos? Serìa un gran negocio. En efecto, asì lo creen los gallegos quienes dicen: el negocio del siglo es comprar un argentino y sus leyes por lo que valen y venderlas por lo que dice el argentino que valen.