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sábado, noviembre 23, 2024

Maradona y Tomás Moro

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Tuve el impulso impertinente, a pesar de las risitas anteriores…, de diagnosticar que los jugadores del “futuro” iban a ser mucho más jóvenes que los casi “abuelos” que disputaban torneos anuales infinitos, de los que ya Araujo y Macaya se quejaban sin ser oídos.

Tengo ahora 41 cumplidos y por ende, principié a sufrir o vivir los 42… Allá, lejos, cuando todavía residía en Villa Mitre, cuando ese caserío era “más” villa que “barrio”…, se arremolina un oxidado recuerdo: una tarde de asado, prolongado con vino tinto, en la casa de un amigo de infancia, se hablaba de asuntos varios. Uno de esos, era el de cuánto podría aumentar la población de Salta a determinada cantidad de años; tuve la insolencia de pronosticar que las construcciones llegarían al “prohibido” Cerro ‘Bola’, lugar que se suponía del Diablo y la Salamanca…, lo que generó la carcajada burlesca y estruendosa de los comensales. Yo, mudo, niño como era. Al rato, por los vahos que despiden los alcoholes mezclados, pasaron al tema infaltable del fútbol. Tuve el impulso impertinente, a pesar de las risitas anteriores…, de diagnosticar que los jugadores del “futuro” iban a ser mucho más jóvenes que los casi “abuelos” que disputaban torneos anuales infinitos, de los que ya Araujo y Macaya se quejaban sin ser oídos. Aposté para ganar con uno de los adultos presentes, sin cobrar nunca los dos vaticinios perfectamente cumplidos (ruego que si el “compadre” lee el artículo, honre la “deuda”…).
Habiendo cambiado de espacio, yendo al “centro”, viví de cerca el “nacimiento” de Diego. Andando el tiempo, comenzó a firmar propagandas múltiples con su rúbrica inconfundible. Expresé que algún día, poseería la mismísima firma de Maradona; los presentes, se rieron como si se burlasen de un tonto payaso.

Por otra parte, mi madre biológica sufría transmutaciones; espirituales y no tanto. Uno de los tales devenires, la condujeron a Corrientes, en la época en que Diego era DT. Ingenuamente, le pedí que si le era factible, me consiguiera un autógrafo de quien evalúo el mejor futbolista de todos los tiempos, superando con creces a Pelé. Mi hermana budista, que todavía no era de esa tendencia…, había solicitado algo menos “inalcanzable”, pero a Evelina Lazarte, Prof. de Geografía, le resultó más sencillo, por los azares del destino, conseguir la firma de Maradona que complacer a mi hermana. Lo encontró en el hotel en que ella descansaba; se acercó nerviosa y me invocó. Él se dispuso a rubricar un papel inoportuno que no existía… La Eve, rápida, para no dejar escapar la ocasión, gritó que tenía un espacio donde podía firmar; era la Utopía de Tomás. Ahí dejó mi único jugador admirado, su rúbrica y sus huellas digitales de bisoño entrenador.

Luego de la “introducción” desempolvada para “capturar” la atención del lector, puedo enunciar que muchos lustros después de esa maravillosa causalidadcasualidad, me topo con periodistas, mujeres y varones, “escandalizados” por las últimas expresiones de Diego, luego del partido contra la Selección de Uruguay. Son casi siempre, los que lo condenaron por ser presuntamente, “drogón morbosón”, sin considerar que ni Pelé ni Messi, hubieran sido capaces nunca, nunca jamás, de ganar ellos solos varios partidos, hasta arribar a la final, como fue el asombroso caso del Mundial Italia ‘90. Son los noteros, los oportunistas, los que vivieron de las glorias y de los infortunios de un dotado de la cancha, tal cual enunció el “Padrino”, a quien sí habría que enfrentar y despedir… Pero para eso, se debiera ser tan bocón como Maradona…, y hasta ahí “no llegan”; no sea que caigan en “desgracia”.

Cierto que la Selección de Diego tocó puerto con más sobresaltos que “verdades” y que deportistas como Messi no aparecieron, pero el partido que se arriesgó contra Uruguay fue el mejor y el más inteligente, desplegado hasta entonces, haciendo “correr” la pelota y “enfriando” el juego. También esos periodistas “ofendidos”, critican lo bueno que se hizo; tarde, pero se hizo. ¿Existe algo que les venga bien?; ¿hay algo que los impulse a gozar?, para no ser “groseros” como Maradona.
No obstante lo antedicho, cabe remarcar que parece que en este perro universo, los Tribunales de “ética” se hallan a la orden del día y cualquiera puede tomar por asalto una radio, un medio gráfico o un canal de tv, de cable o no, para “moralizar” como Sacerdote y “condenar” como un perfecto reprimido. ¿O es que determinadas hermosas caricias no se practican en una pareja? No…; sí, tal cual usualmente se expresa, pero “no se debe” confesarlas. Ah…; el problema es por ende, que hay que ser hipócritas y parecer educados… ¡Andá!…

Para concluir, sería lindo que nos ocupásemos de otras cuestiones que son “piores” que las “puteadas” de Diego, como que en un país de la estatura del nuestro haya el 40 % de la población que es pobre. Esto sí merecería sonroja, repudios y solicitudes de destitución…

1 COMENTARIO

  1. Maradona y Tomás Moro
    Hola Adrian!
    Soy Florencia vivo en Barcelona, los comentarios de Maradona me produjeron un profundo rechazo. No solo por la vulgar y machista afirmación, sino por la falta de tolerancia que una vez más demostró. Refleja la incapacidad del ahora entrenador a recibir críticas, él siempre tiene el derecho a opinar sobre todo y de todos (desde un presidente hasta sobre el patrimonio del Vaticano) pero parece que es imposible que los periodistas puedan hacerlo.
    No voy a defender al periodismo (ellos solos pueden hacerlo) pero si a la libertad de expresión y a la tolerancia a las opiniones diferentes. Lamentablemente Maradona sigue siendo un exponente para muchas personas… leer en redes sociales nicks parafraseándolo me resulto preocupante!
    Y así como es él nos ven a los argentinos en el exterior como unos soberbios incapaces de recibir críticas porque «ya lo sabemos todo». Actuaciones como estas lo ratifican…

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